La educación es un proceso necesario para el desarrollo de la práctica de las virtudes soberanas, por lo cual actualmente es pertinente replantearse desde los distintos espacios (familiares, comunitarios y universitarios), debates reflexivos, críticos y creativos sobre su papel, su significado y las mejoras que requiere su materialización en aras de la construcción social de la voluntad popular. Este proceso contempla como arte, el ejercicio del saber colectivo en correspondencia con la comunicación participativa y protagónica, para la construcción histórica “desde dentro” de nuestras comunidades.
Se trata, entonces, de acoger una educación que promueva el proceso interactivo del hombre, la mujer y su realidad sociopolítica y ambiental. Una educación que contribuya en el avance de la comunión de intereses y del diálogo de saberes entre ciudadanos y ciudadanas. En fin, una educación con perspectivas más holista, ecológica, responsable y generadora de las transformaciones sociales para la consolidación de la identidad cultural, comunitaria y comunicacional de una nación, así como para la reinterpretación y la autonomía responsable del hombre y la mujer para valorar y decidir éticamente.
Desde estas perspectivas se deja entrever el desarrollo de una educación popular que dimensiona la reconstrucción colectiva de un aprendizaje cívico fundado en la ética de la hospitalidad y del cooperativismo. Esta educación impulsa espacios de convivencia y de aprendizaje integral, multidimensional y cogestionario, a través del diálogo horizontal como actividad que contribuye con el trabajo en equipo, involucrando a un colectivo comprometido con su historia sea para la re-construcción, la reinterpretación, la criticidad, la valoración, el debate, la decisión política y la creación de un nuevo espacio intelectual.
El papel que juega la educación popular, y su evidente intimidad con la comunicación, estará planteado desde la promoción del desarrollo endógeno y sustentable de nuestras comunidades, que traerá consigo el reconocimiento de la diversidad cultural y étnica, la participación protagónica y la construcción de la ciudadana. Por lo tanto, la educación popular desde Venezuela, y en particular desde nuestras universidades, lleva consigo el reto de carácter transformador determinado más que en su vinculación, en su interacción recíproca con los movimientos o actores sociales, organizaciones populares y los proyectos colectivos que impulsan y luchan por la re-construcción social y política del país.
Es indudable que el proceso organizativo que emerge de los movimientos sociales u organizaciones comunitarias como Comités de Salud, Comités de Tierra Urbana, Mesas Técnicas de Agua, Organizaciones Comunitarias de Viviendas, Cooperativas, etc., promueve, impulsa y fortalece las redes sociales de nuestras comunidades. Las experiencias de estas organizaciones influyen en el poder soberano del pueblo con virtudes cooperativistas y en correspondencia con su contexto sociocultural, para que el hombre y la mujer, así como los colectivos organizados construyan nuevas formas de relaciones sociales con dimensiones pluralistas y cogestionarias.
Yraida Gavidia
Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela
Miembro del CTU Los Eucaliptos