La Universidad otra, nueva y diferente

Este texto aporta para el debate actual sobre la Ley de Educación Universitaria (LEU), algunos elementos sobre la ‘Universidad otra, nueva, diferente’ (1), con la cual comulgamos, y que hemos mencionado con anterioridad en otros escritos (2). Nuestro foco: las relaciones de poder.

Comencemos diciendo que la ‘Universidad otra’, es la resultante del trabajo ideológico sociopolítico, cultural que promueve la conciencia y organización del sujeto colectivo y de los diferentes actores políticos para su concepción. No se concibe adjetivada, etiquetada o sujeta a determinismos.  Será el espacio para construir, inventar, compartir, dialogar e innovar multiplicidad de saberes y quehaceres.  Un espacio de tensiones y contradicciones entre las diferentes corrientes del pensamiento con respeto e inclusión del ‘Otr@’, por ende sin racionalidad hegemónica. 

Una ‘Universidad nueva’, proporcionará elementos sociopolíticos e ideológicos para comprender las relaciones de dominación y explotación existentes, condición indispensable para  transformarlas. Ello, implica una educación que subleve contra el Estado y el capitalismo, una educación contra toda negación de poder, una educación como instrumento para la acción contra la barbarie. Marx, enfatizó en la ‘Crítica del Programa de Gotha’, que una educación a cargo del Estado “es absolutamente inadmisible” como lo sería “nombrar al Estado educador del pueblo”.  La educación debe ser estatal sólo en lo referente a la fijación de unas leyes generales y la financiación, el resto de las competencias debe estar a cargo de Consejos Escolares para la gestión y el control de la enseñanza.  Los acontecimientos le dieron la razón, el ‘Estado ideología’ o ‘Estado docente’  ha sido históricamente el instrumento efectivo para la exclusión, dominio y muerte (sean de izquierda o de derecha).  Es por ello, que T. Adorno nos llama a entender la autonomía como reflexión, autodeterminación, y el amor en la educación como las únicas fuerza para que Auschwitz  (léase, el terror) no se repita.

Una ‘Universidad diferente’ se concibe para sentir, pensar y actuar por y para la vida con libertad, respeto y amor, más allá de leyes, demagogia, moral, nacionalismos, reproducción de la fuerza del trabajo y la diversidad de sus cualificaciones.  Se considerará absolutamente indispensable superar este último aspecto de la asociación educación - ‘trabajo productivo’, porque,   ¿cómo entender un ‘desarrollo pleno del ser’, una educación armónica con nuestra biosfera, si continuamos inmovilizados en el productivismo, crecimiento y progreso?   ¿Cómo superaremos la sociedad industrial responsable de la inminente catástrofe ecológica-climática?  ¿Qué nos diferenciaría del capitalismo?  ¿Cómo entender unos fines educativos para el  “trabajo liberador”, si el Estado planifica, ejecuta y coordina la “inserción productiva de los egresados”? ¿Cuándo el trabajo perdería su carácter alienante y se convertirá en acción creadora para y por la vida? 

La ‘Universidad nueva’, no utilizará ‘artificios para domar’ (denominación de Ferrer y Guardia para el principio de autoridad, estructura jerárquica y la norma).  Por ejemplo, no habrá Estado regulador y controlador de la gestión educativa que se asume, conciencia de la sociedad, el cual conoce qué hombres y mujeres se necesitan para el progreso, por tanto impone la forma de crearlos. Ni tendrá la paradoja de un Estado en labor demiúrgica y ‘democracia participativa y protagónica en la educación’.  La ‘Universidad diferente’, permite que los sujetos colectivos en democracia directa decidan su ‘currículo’ y ‘programa’ o si éstos, son necesarios o no para su proyecto de vida. 

Otro ejemplo de estos ‘artificios para domar’ es la corresponsabilidad de la educación e institucionalización de la organización estudiantil y del sujeto colectivo, todo ello bajo el ideario del cogobierno de las instituciones educativas, es decir, estudiantes y comunidades entran en el campo de la política oficial.   Engañosa cuota de poder: desde arriba se integra y controla cualquier médula de insurgencia.  Adiós a la autonomía e independencia, ya que continúa  – de forma ampliada-,  la estructura jerárquica, el principio de autoridad y la norma.  Una Universidad nueva, supera el orden coactivo, cimiente de la segregación social, separación entre los de arriba y los de abajo, de los gobernantes y los gobernados,  generadores de la obediencia, de la docilidad.

No podemos dejar de mencionar el artificio para domar por excelencia: la evaluación.  Aunque se adorne con cualidades como: democrática, participativa, integral, flexible, entre otras, el hecho es que persiste la calificación de lo intangible: el conocimiento.  Ello, implica asumir el proceso cognitivo como un evento lineal que puede ‘medirse’ a través de una abstracción matemática.  Pero más delicado aún, la evaluación se constituye como el instrumental para la ideología del ‘superior’, ‘el competente’, el fiscalizador ‘científico’, ‘neutral y objetivo’ que puede juzgar la formación, el proceso, los resultados.  Ideología de la desigualdad y la jerarquía (estudiantes – profesor; entre estudiantes, entre trabajadores (as)); de la competitividad; de los dones personales; de la simetría de oportunidades, entre otros.  

La ‘Universidad diferente’, no tiene poderes judiciales y su respectivo régimen disciplinario sancionatorio, premisa fundamental para motivar la curiosidad intelectual, y el deseo y placer por aprender, para incentivar a ese ser pensante, creador y brillante que existe en cada cual, potencial activador de cambios profundos, que arriesguen las enraizadas verticalidades.   ¿Cómo podría superarse el individualismo, competencia y discriminación, manteniendo la ‘vigilancia y castigo’ de la que tanto nos alertara Foucault? ¿Cómo podría expresarse el pensamiento crítico?  ¿Cómo superar el recalcitrante positivismo del ‘orden y control’?

La ‘Universidad otra’, promueve una sociedad de ‘iguales’, sin pretensiones de ‘acreditar al otro’ y/o ‘legitimar’ ese vasto campo de la auto educación, auto formación, los saberes trasmitidos y adquiridos por la experiencia, es decir, los aprendizajes que de manera real, natural y espontánea se dan dentro de las comunidades.  Hablamos de  la autosuficiencia popular en materia de conocimiento que responde a unos modos autónomos de trabajo y relaciones sociales en su forma de comprender el mundo, mediante  el cual organizan sus vidas por ellos mismos. 

En síntesis, la ‘Universidad nueva’ se declara en insubordinación permanente contra cualquier forma de tiranía, de orden y control social; contra cualquier nueva forma de racionalidad punitiva; contra cualquier ideología y/o dirección hegemónica; contra el ideal desarrollista/crecimiento (de  izquierda o de derecha), y sus relaciones sociales de producción, destructor de la naturaleza (seres humanos y no humanos).  Sólo así emergerá un nuevo pensamiento, nuevas ideas, una nueva ética que respondan a la preservación de la vida como imperativo categórico.

En ese sentido, aplaudimos el veto del Presidente a la LEU aprobada por la Asamblea Nacional en la madrugada del 23 de diciembre 2010, y nos comprometemos a continuar el debate, entendido como el trabajo ideológico sociopolítico, cultural que promueva la conciencia y organización del sujeto colectivo y de los actores políticos para la construcción de la ‘Universidad otra, nueva y diferente’.

 “El poder es sin duda más complicado, o de otro modo, más espeso y difuso que un conjunto de leyes o un aparato de Estado (…) ha producido una nueva distribución de poder que se llama disciplina, con sus jerarquías, sus cuadros, sus inspecciones, sus ejercicios, sus condicionamientos y domesticaciones (…)  La cúspide y los elementos inferiores de la jerarquía están en una relación de sostén y de condicionamiento recíprocos; se “sostienen” (el poder como “chantaje” mutuo e indefinido)” (Foucault, 1980). 

(*)  Docente UCV. Correo: polanco.delia@yahoo.es  

Referencias bibliográficas

Adorno TW. s/f. La educación después de Auschwitz, [en línea].  Disponible en: http://encontrarte.aporrea.org/teoria/sociedad/83/a14535.html

Ferrer y Guardia F. 1908. La escuela moderna.  Capítulo X: Ni premio ni castigo. Disponible en: http://es.wikisource.org/wiki/La_escuela_moderna

Foucault M. 1980. El ojo del poder, [en línea]. Entrevista con Michel Foucault, en Bentham, Jeremías: “El Panóptico”. Ed. La Piqueta, Barcelona, 1980. Traducción de Julia Varela y Fernando Alvarez-Uría. Disponible en:  http://www.rie.cl/?a=1009

Lanz R. 2010. Universidad: algo anda mal.  Diario El Nacional. Sección Opinión. 2 enero 2011. Pág. 6 

NOTA:

  1. El título de este texto, parafrasea el artículo de  Zibechi R. 2005. Un mundo otro, nuevo y diferente, [en línea]. Revista ‘Rebelión’. 17-02-2005. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=11490
  2. Para más argumentos sobre la justificación de esta propuesta, ver: 

    Polanco-Loaiza D. 2009. Peleas sobre la dirección de la cría de los hombres y mujeres.  Reflexión en torno a la recién promulgada Ley Orgánica de Educación (LOE) en Venezuela, [en línea]. Revista española ‘Rebelión’.  17-09-2009. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=91595.  

    Polanco-Loaiza, D. 2007. Sistema de evaluación: diagnóstico cuanti-cualitativo y una propuesta. Revista Docencia Universitaria. Vol. III Nº 2 p. 95. Acreedor del premio como mejor trabajo en el área de evaluación del aprendizaje y del docente, en el Primer Encuentro de Reflexión sobre Docencia Universitaria en la UCV (2006).

    polanco.delia@gmail.com



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Delia Polanco-Loaiza (*)

Militante de CARIACO (Colectivo Ampliado para la Retoma e Investigación de la Agricultura Campesina y Originaria. Docente Fagro-UCV

  polanco.delia@yahoo.es      @deliapolanco

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