Dos respuestas contrarias a una misma conspiración

La reacción que tuvo Chávez a la presión de los empresarios sobre los controles de precios (el sueldo mínimo, la inamovilidad laboral, el pago de prestaciones sociales…) dejando de producir, desapareciendo sus marcas de los mercados, en algunos casos abandonando sus plantas y migrando sus capitales hacia otros países, fue la confiscación y el traspaso de las plantas a los trabajadores, fundando las primeras empresas socialistas o de propiedad social, no privadas. Es decir, la reacción que tuvo Chávez ante la avidez capitalista, la desmedida codicia de empresarios, malacostumbrados a ganancias exorbitantes, a los subsidios, a evadir impuestos, a pagar sus deudas con dinero del Estado, fue la confiscación de sus plantas y de sus empresas para producir a favor de toda la sociedad.

La reacción que tuvo Maduro, a la presión del sector privado para acabar con los controles del Estado, fue liberar los precios, restaurar a los privados las empresas confiscadas, financiar sus conspiraciones, importaciones y deudas verdaderas y falsas con dólares de la renta petrolera (de todos los venezolanos), además de acabar con las contrataciones colectivas de los trabajadores, dolarizar la economía, acabar con las prestaciones sociales de los trabajadores, condonar del pago de IVA a los importadores, ceder a las amenazas de la inflación y al cuento de la productividad de las empresas privadas (el sector privado) frente al mito de la ineficiencia de las empresas públicas.

El primero, intensificó la revolución socializando la propiedad de los medios de producción, el segundo restituyó los espacios conquistados por la revolución socialista a los privados, cedió el control de la economía a los capitalistas. Las excusas de maduro sobran: la paz, la ineficiencia, la corrupción, la "guerra económica", "en Venezuela cabemos todos" (o la vuelta al "pacto social adeco-copeyano" entre gobierno, trabajadores y empresarios privados), las sanciones y el bloqueo. Chávez confiscó las empresas de los conspiradores, Maduro se las devolvió (¡devolvió las Cristinas a Golden reserve!), les dio dinero y ventajas, a nombre de una PAZ boba. Chávez radicalizó la revolución, Maduro cedió fácil y rápido (hasta fundó otro partido distinto llamado "Somos Venezuela" "un movimiento social y partido político venezolano de izquierda y antiimperialista –pero no socialista – refundado el 11 de junio de 2017 y legalizado ante el CNE el 29 de enero de 2018 por iniciativa de Nicolás Maduro... El partido estuvo liderado entre febrero y octubre de 2018 por Delcy Rodríguez") Diría Chávez: "el que tenga ojos, que vea"

Maduro, no satisfecho con eso creo zonas francas para los capitales extranjeros y nacionales, llamadas Zonas Económicas Especiales, "maquilas" criollas, zonas liberadas de todos los controles y "desnacionalizadas", para hacer "crecer" la economía, para decir a gritos que crece la economía venezolana, pero a costa de los sueldos y la calidad de vida de los trabajadores (obreros y de todos los trabajadores, docentes, de la salud, profesionales); del abandono y la pauperización de los servicios públicos, el sistema de salud, de educación pública, eso no es un secreto para nadie, "el que tengo ojos que vea".

Mientras tanto (señor Jesús Farías), la gente tiene que migrar o morir de mengua, esperando sentaditos ver la luz al final del túnel. Chávez, al ver que el país estaba en ruinas, quiso pagar una deuda social de forma inmediata recuperando PDVSA para financiar la revolución. Maduro la postergó con la promesa vana del desarrollo de las fuerzas productivas del egoísmo capitalista, el cual, como ya lo deberían saber todos, trabaja EXCLUSIVAMENTE para enriquecer a los a los grandes propietarios, no para la sociedad. Y la esperanza velada de la intervención de la generosa "mano invisible del marcado", que Jesús Farías supone que igualará las cargas sociales (esto, por supuesto, nunca ha sucedido, ni sucederá mientras la mezquindad capitalista gobierne la economía, pero Jesús Farías nos lo prometió).

El "nuevo modelo económico" de Maduro es neoliberal y Jesús Farías se hace el pendejo. El nuevo modelo económico de Maduro es tan viejo como el capitalismo, porque es capitalista. Lo que quiso decir Maduro fue "nuevo" respecto a Chávez, quiso diferenciarse frente a los capitalistas, diferenciarlo de la propiedad social, de las confiscaciones, de la PDVSA trabajando para la revolución, pero, sobre todo, de la preocupación "exagerada" de Chávez por la salud y la vida de los más necesitados (de los "excesos" de Chávez, como los llamó Iturriza).

Ya basta de seguirle el juego al show de las elecciones, hay que tomar partido, o somos socialistas o estamos en contra del socialismo, o nos interesa la salud de toda la población o nos importa un coño y seguimos jugando disfrazados de antiimperialistas. ¡Claro que maduro no necesita ser socialista para que el sistema de salud y de educación públicas funcionen, sea eficiente y de calidad!, pero no funcionan si el presidente alimenta con nuestro dinero la codicia insaciable de los capitalistas, ellos necesitan de un pueblo débil e ignorante, maleable. Pero, solo un socialista puede cambiar esa forma mezquina de pensar y actuar.

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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