Me he puesto a pensar si es necesario la moneda para la actividad comercial y la verdad es que no es necesaria, yo tengo mucho rato que no le veo la cara a un billete de los nuestros, y a estas alturas no he tenido el primer verde entre mis manos, pues yo me niego a aceptarlo como unidad de cambio. De seguro este resabio no me durará mucho, pues por lo qué alcanza a ver mi minúscula visión de economista, ya comienzo a dudar si volveré a ver al bolivar rodando por las plazas como antes. Pero bueno, en la vida hay muchas otras cosas inutiles como los diputados o consejales.
Hablando de verdes, de dólares, de Trump como dicen algunos, aunque lo neguemos, en la práctica el bolivar desapareció, el intercambio comercial es absolutamente en dólares. Si no lo crée dígale a algun funcionario de nivel medio a alto que le muestre su billetera y vera los billetes verdes del que nos alertó el Libertador. Esto yo lo he comprobado, hagan la prueba y verán. Es una farsante y brutal dinámica en la que nos tienen metidos, nos hablan de bolivares y se transan en dólares.
Algunos dicen que un país sin moneda propia no es un país libre, Es como si no tuvieramos cédula de identidad. Creo que tienen razón.
El gobierno obtiene su ingresos en dólares y le paga a sus empleados con el devaluado bolivar, esto es un gran negocio, le sobra para los bonos y para sus bolsillos.
Mientras tanto los Conuqueros andamos removiendo la tierra a ver si nos proporciona un tantico de su sagrada fuerza y así hacernos de un apoyo para lograr comprar algunas herramientas que año tras año tenemos que sustituir. Afortunadamente el conuquero sabe de plantas medicinales y ellas nos sanan, de este modo "baipaseamos" los médicos que antes nos arruinaban.
Tanto de hipocresía, tanto de maldad, un imperio atróz abriendonos la barriga, otro imperio aguardando sustituir al viejo, y unos corruptos e ineficientes gobernantes comiéndonos las tripas. El hábito no hace al monje. Farsa en la construcción del socialismo, mero amague, traición al comandante, traición a la ética socialista. No cambiaron, eran así.
Socialista es mi compadre que se levanta antes de que amanezca a arriar con sus macundales que dejó listo el día anterior y con apenas un trago de agua caliente y un bocado, sale pa su conuco a acariciar la madre tierra en quien realmente confía sabiendo que ella no lo traicionará. Socialista es la comadre que se queda en casa haciendo magia con sus manos para preparar el alimento diario.
Los adecos repartian las bolsas de comida, latas de zinc y manguera para buscar los votos del pendejo. Siempre lo combatí y ahora es la misma bolsa, aunque no son adecos quienes reparpen dádivas para comprar los votos decembrinos.
La sociedad de iguales, la productiva y solidaria, la sociedad justa por la que entregamos nuestra vida, solo se construye sobre la base del trabajo. Recuperemos la ética del trabajo y otro gallo cantará, también se lo aseguro.
La canción a ritmo se salsa que solía escuchar cuando me movía en la fogosidad estudiantil, decia: No quiero na' regalo, no quiero na' regalo, porque a mí lo regalo, porque a mí lo regalo, nunca me ha sabido a na'.