Dinero Inorgánico: la confesión de un delito no cometido

Para comprender mejor lo que expondremos en este artículo, debemos tener clara la definición de "Dinero Inorgánico":

"Se le llama dinero inorgánico al dinero que emiten las autoridades monetarias de un país sin que exista un respaldo adecuado para el mismo"

Luego de la eliminación del patrón oro como unidad de medida del valor de las monedas, lo que respalda al dinero es la capacidad potencial de la nación emisora de la moneda, para producir bienes y servicios que se puedan transar en los mercados. Capacidad que se mide en términos de los recursos a disposición del estado y la cantidad de población saludable y entrenada para transformar esos recursos en cosas vendibles usando las tecnologías a su disposición.

Quienes avalan la existencia del dinero inorgánico, aseguran que los gobiernos acuden a este mecanismo cuando se presentan déficits fiscales y no tienen posibilidades de recurrir a incrementos en los impuestos. Sobre esa base, surgen dos conclusiones: la primera es que, según ellos, sólo las autoridades monetarias (el gobierno a través de sus bancos centrales u otra autoridad monetaria) son las que pueden emitir dinero inorgánico; y la otra conclusión, es que lo emite en una situación de déficit fiscal (gastos superiores a los ingresos).

Como podemos ver, la definición de Dinero Inorgánico nos conduce a la idea de una emisión, por parte de un gobierno, de dinero extra innecesario para la distribución de todos los bienes y servicios producidos en un determinado período. Pero lo clave de esta teoría es que, según ella, quién emite ese dinero inorgánico es siempre el Gobierno.

En este punto debemos develar una verdad que siempre ocultan los feligreses del dinero inorgánico, y es que no es sólo el Estado a través de los bancos centrales u otra autoridad monetaria el que crea dinero, sino también la banca comercial. La banca comercial cada vez que emite un préstamo, crea dinero. Ese dinero que presta la banca no sale de los ahorristas (el dinero de los ahorristas es sólo una referencia para lo que el banco puede crear), ni lo saca de un fondo de reserva del banco, ni tampoco se lo aporta el Estado. El dinero que presta un banco comercial, lo crea de la nada. Utilizan un mecanismo que se conoce como "multiplicador bancario" para multiplicar hasta por nueve cada moneda depositada en ese banco (dependiendo del encaje legal); es decir, de cada moneda, puede sacar hasta nueve monedas más. Y eso ocurre todos los días, cada vez que el banco otorga un préstamo. En este sentido, rara vez el dinero emitido por el Estado para cubrir el déficit fiscal, supera al creado a diario por la banca comercial.

Entendemos que el gobierno, a través de su autoridad monetaria, emite dinero para cubrir gastos o inversiones que no pudo cubrir con los ingresos que obtuvo en ese período fiscal. Está claro que estamos hablando de deuda interna, ya que el gobierno no podría crear divisas para pagar deudas externas. Surge entonces, una pregunta: ¿Acaso la deuda interna del gobierno no se generó por haber recibido bienes y/o servicios producidos en su propio país? O sea, se generó dentro del tamaño de la economía; en consecuencia, cuando el gobierno emite dinero para cubrir el déficit fiscal, está convirtiendo en dinero un valor que ya se creó cuando se produjeron los bienes o servicios que generaron la deuda. Es más, desde esta perspectiva, el Estado está obligado a emitir el dinero para no afectar a los productores nacionales de bienes y servicios.

Otra forma de producirse déficit fiscal, es como ocurre en Venezuela, que los precios suben constantemente, sin ningún motivo económico, y en virtud de eso, los presupuestos públicos resultan deficitarios, y para poder cumplir con las metas previstas, el gobierno se ve obligado a generar mayor liquidez. Aunque para los neoliberales, la inflación siempre es causada por un exceso de liquidez.

Pasemos a un punto, de este tema, en el que creemos que es necesario dar un debate: y es que consideramos que debemos romper con la concepción de que es la cantidad de bienes y servicios que se producen en un país, en un tiempo determinado, lo que define la cantidad de dinero necesario para la circulación de esos productos. Quienes avalan esta teoría, son los mismos que sostienen que el dinero inorgánico es aquella masa monetaria extra que no tiene sustento en los bienes y servicios producidos en el país; es decir, es una cantidad de dinero que supera la liquidez necesaria o suficiente para la circulación de los bienes producidos en ese país en un período determinado. Desde nuestra perspectiva, esa es una concepción falaz, ya que es el precio de los bienes y servicios, lo que determina la cantidad de dinero que se requiere para distribuirlos.

En un país donde la producción de bienes y servicios es baja pero sus precios son altos, se requerirá mucho dinero para la circulación de esos productos; sin embargo, en un país que produzca muchos bienes pero con precios bajos, se requerirá poco dinero para que circulen los bienes y servicios. Al hacer esta aclaratoria, nos podemos dar cuenta que una subida de precios, termina obligando a un gobierno a la emisión de más dinero para que la circulación de esos bienes no se vea truncada por la caída de la demanda.

Los fieles creyentes de la existencia del dinero inorgánico tratan de explicar cómo es que la emisión de ese dinero inorgánico produce inflación, y para ello elaboraron dos hipótesis: la primera lo explica de la siguiente manera:

Al dividir el valor nominal del dinero en circulación, entre la cantidad de cosas producidas en el país (PIB = Producto Interno Bruto) se determina el valor de la moneda en el precio. Esto quiere decir que si se imprimen billetes sin que la producción haya aumentado, el valor de la moneda baja porque al realizar de nuevo la división, correspondería más dinero por cada bien o servicio producido, mientras que si la producción aumenta sin que se impriman nuevos billetes, el valor de la moneda aumenta porque al realizar la división, correspondería menos dinero por cada bien o servicio producido.

Esta hipótesis supone que los bienes y servicios salen al mercado sin precio, y es la cantidad de dinero circulante la que determina sus respectivos precios; luego, plantea que ante un incremento de la masa monetaria frente a la misma cantidad de bienes y servicios, ese dinero se distribuye de forma igual entre todos los productos. Es absurdo pensar siquiera que los productos salen sin precio y es la liquidez la que se los coloca, y es igualmente absurdo pensar que un incremento de la masa monetaria termina distribuyéndose entre los productos de forma igualitaria. Esta teoría no es más que un sofisma.

La otra hipótesis que intenta explicar cómo el dinero inorgánico produce inflación, plantea: que al emitirse una masa extra de dinero, éste se distribuye en la sociedad por los distintos mecanismos sociales, como salarios, pagos, deudas, inversiones, etc. y ese dinero extra estimula el consumo; ese consumo extra genera una escasez de los inventarios regulares y frente a la escasez, los precios suben… Esta explicación desde el punto de vista de la lógica formal, diríamos que sólo plantea una probabilidad, ya que las premisas no conducen necesariamente a la conclusión; y siendo que la elevación de los precios no terminan produciéndose por obra y gracia, veamos lo que no explican los que esgrimen la hipótesis de marras:

En esta segunda hipótesis, que describe el verdadero mecanismo que opera luego del incremento de la liquidez, podemos ver que el incremento de la liquidez es una condición suficiente, pero no necesaria para que los oferentes suban los precios, ya que si los oferentes conciben la ganancia por volúmenes de ventas, simplemente buscarán incrementar la producción ante un incremento de la demanda, sin afectar sustancialmente los precios. Porque no podemos perder de vista que un incremento de la liquidez sólo estimula la demanda: la gente compra más. Eso no explica la subida de los precios en la teoría objetiva del valor.

Lo que no explican los que esgrimen esta teoría es que los precios suben porque el oferente se aprovecha que en momentos de escasez, los consumidores amenazados por la posibilidad de no poder satisfacer su necesidad debido a la escasez, terminan dispuestos a pagar más por el bien o servicio, y es en ese momento que el comerciante o productor se APROVECHA DE LA NECESIDAD de los consumidores y sube el precios de su producto a voluntad. Esa es y ha sido siempre, la verdadera causa de la subida de los precios en no menos del 90% de los casos; que si lo analizas con objetividad, te darás cuenta que la subida de los precios no tiene que ver con la cantidad de dinero que se emita, sino con la voluntad especulativa (avaricia) de los oferentes de bienes y servicios. Si el aumento de liquidez genera una demanda extra, lo lógico es que se aumente la producción y no el precio. Lo fundamental es tomar consciencia que ante una situación de escasez, no existe razón alguna, diferente de la avaricia, para que los precios suban.

Ambas hipótesis se enmarcan dentro de la teoría monetarista de la inflación, la cual es una de las vertientes de la teoría del valor subjetivo (entiéndase que la inflación afecta el valor de cambio de las monedas) las cuales sólo justifican la usura de los oferentes de bienes y servicios.

Sostener que la cantidad de dinero es determinante en la variación de los precios hacia el alza, es darle al dinero una atribución que no posee. El dinero es un intermediario en la distribución de bienes y servicios. Con el dinero se satisface la pretensión crematística de los oferentes. Ese es el valor de uso del dinero.

Quienes avalan la teoría del valor subjetivo, no podrían, coherentemente, hablar de precios altos o bajos, a menos que lo digan a título personal, ya que según esa teoría el valor de cambio de los bienes y servicios en el mercado viene dada por la utilidad marginal que le dan los consumidores al bien o servicio en determinadas circunstancias. Una mercancía no tiene "un" valor sino tantos valores como individuos. Siempre que se dice que una cosa vale más o menos que otra se está emitiendo un juicio subjetivo, es la apreciación de una persona en un momento y circunstancia particular. No solamente los individuos valoran de distintas maneras una misma cosa, sino que, además, pueden valorar diferente una misma cosa en distintos momentos y circunstancias. Una particularidad de esta teoría subjetiva, es que la culpa de que los precios suban es de la valoración extra que le otorga el consumidor a los bienes y servicios, en un momento determinado. Podemos darnos cuenta que ninguna teoría de las que intentan explicar la inflación aparece los productores o comerciantes como culpables de la inflación. Es obvio que estas teorías no son neutrales.

Para quienes creen en la teoría objetiva del valor de cambio, el precio se forma por una suma de valores agregados que le otorga el trabajo y el tiempo de trabajo. En términos generales, la teoría objetiva del valor explica el precio y su variación desde el objeto y no desde el sujeto. Podemos explicarlo desde la siguiente perspectiva: un precio surge de los costos de producción más la ganancia del productor; su variación depende del trabajo incorporado en la distribución y en el expendio final. Esos valores agregados pueden calcularse objetivamente a través de variables como el tiempo de trabajo y los costos de producción.

Si la teoría objetiva del valor fuese la dominante en la academia y en la concepción de los agentes económicos dedicados a la producción y distribución de bienes y servicios, la inflación sería un fenómeno esporádico e irrisorio, ya que la variación de los precios estaría determinada por la variación del trabajo y del tiempo de trabajo, y por la afectación de fenómenos eventuales a esos factores en todos los eslabones de la cadena de producción y comercialización.

Nuestro gobierno nada dentro de una gran contradicción, cuando por un lado, hay voceros que tratan de explicar y combatir la subida de los precios alegando la poca afectación en las estructuras de costos de las empresas (visión objetiva del valor) , por lo que no se explica la subida permanente de los precios, y sobre todo la magnitud de los aumentos; y por otra parte otros voceros gubernamentales hablan de que el gobierno ha emitido dinero inorgánico, siendo entonces esa, la principal causa de la inflación.

No es posible, en este caso conciliar ambas teorías (objetiva y subjetiva del valor) en cuanto a las causas de la variación de los precios, si se cree en una, no se puede creer en la otra ¿Cuál le parece a usted que es la que debe prevalecer?

Seguiremos con este debate.

Juan Carlos Valdez G

 

 



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Juan Carlos Valdez


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