Explota la corrupta burbuja económica puntofijista

Ya para cuando entra a gobernar el copeyano Dr. Luis Herrera Campins, 1979-1984, ya había estallado la crisis económica en Venezuela y por ello fue que Herrera Campins declaró en su toma de posesión de la presidencia que "recibo un país hipotecado" Muchos venezolanos se alegraron pensando que el gobierno se ocuparía de pagar la deuda y disminuir así el peso de la misma, pero estaban equivocados, al salir Luis Herrera del gobierno la deuda se había incrementado y un poco antes de irse vino el Viernes Negro (devaluación de la moneda), endeudamiento externo, espiral inflacionario y RECADI como símbolo de corrupción; todo ello naturalmente incrementó las desigualdades sociales entre los más ricos y los más pobres. El Viernes Negro en Venezuela, se refiere en síntesis al día viernes 18 de febrero de 1983, cuando el bolívar sufrió una devaluación frente al dólar estadounidense derivado de políticas económicas corruptas de los gobiernos de CAP y el propio Presidente Luis Herrera Campins. Consecuentemente, para Venezuela, el Viernes Negro representó un hito que cambió su historia económica. Hasta ese día se mantuvo oficialmente la estabilidad y confiabilidad que desde la segunda década del siglo XX había caracterizado al bolívar, cuya última cotización libre con respecto al dólar fue el valor fijo de 4,30 bolívares por dólar.

Desde entonces la devaluación constante del bolívar, complicaciones con el pago de la deuda externa, acelerado deterioro del poder adquisitivo y la implantación de un control de cambio llamado "Régimen de Cambio Diferencial" (RECADI) que tuvo graves casos de corrupción por el gobierno de Jaime Lusinchi hicieron desaparecer la estabilidad cambiaria de la moneda venezolana. Al Viernes Negro en Venezuela le anteceden hechos tales como la caída de los precios del petróleo que llevó a las exportaciones petroleras de 19,3 millardos de dólares en 1981 a casi 13,5 millardos en 1983, una caída del 30 por ciento, y el inicio de la crisis de la deuda en América Latina, la cual produjo una fuga de capitales de casi 8 mil millones de dólares y por ende el correspondiente descenso de las reservas internacionales, factores que hacían inminente más devaluaciones del bolívar. Es así como el domingo 20 de febrero, el Presidente Luis Herrera Campins dicta un decreto de suspensión de la venta de divisa extranjera durante los días lunes 21 y martes 22. Esta medida fue extendida posteriormente hasta el día 25 de febrero; y el día 22, por decreto presidencial, se establece un control diferencial que permite el cambio de 4,30 bolívares por dólar sólo para los gastos corrientes, envío a estudiantes del exterior, amortización de las deuda pública interna y la privada externa y para las operaciones de la industria petrolera. Nace una turbulencia nacional denominada Oficina del Régimen de Cambios Diferenciales, que pasaría a los anales de la historia nacional por sus siglas, RECADI. Esta organización manejó a sus anchas y con la mayor impudicia todas las divisas que circularon por las cuentas bancarias desde 1983 y hasta 1989.

Jaime Lusinchi con su estafa al pueblo Venezolano, Ley Habilitante de la Deuda Externa y Restauración de la deuda externa, destruye las reservas internacionales operativas en divisas y en oro. Incrementa más aun la iniquidad social y hace crecer la miseria dentro la población venezolana. En cuanto a los escándalos de corrupción administrativa, protagonizó la escena el mal manejo del sistema cambiario en el organismo de Régimen de Cambio Diferencial (RECADI) con un solo responsable EL CHINITO DE RECADI. La invención de los oligarcas venezolanos al difundir públicamente que habían establecido miles de empresas, nunca existieron, con la única finalidad de solicitar dólares preferenciales al gobierno, la mentira de que el gobierno había pagado la deuda externa a largo plazo por más de 50 mil millones de dólares dejó al Estado insolvente, más aun cuando el gobierno anuncio haber pagado otros 27mil millones de dólares de la deuda externa de corto plazo, y el gran desconcierto que causó el balance de las reservas del Banco Central de Venezuela, que para diciembre de 1985 eran de 10.251 millones de dólares, para los primeros meses de 1988 eran de apenas 3.092 millones de dólares. Total, que Venezuela para la época ya estaba arruinada debido al latrocinio desmedido de los gobernantes del puntofijismo: Los adecos y los copeyanos.



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José M. Ameliach N.


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