Mi palabra

El dólar: hambre y corrupción

"El mercado es una bestia salvaje,

caótica e incontrolable."

Fidel Castro Ruz

En la puerta de un negocio de repuestos para vehículos, escuché a un comprador, dirigiendo a tres personas, quienes se encontraban esperando su turno para preguntar por los precios de unas piezas: ¡Nunca me imaginé, que íbamos a llegar a esta locura! Estas palabras despertaron la curiosidad de otros compradores. Uno de ellos muy comedido intercambiaba palabras con uno de los socios, quien estaba haciendo algunos comentarios de la forma tan alarmante, como se dispararon los precios de la semana santa a esta parte; es decir que, en apenas un mes, todo lo relacionado con el transporte se ha convertido en algo de "lujo", así ande rodando en un verdadero cacharro, pero aparte de eso, muchos artículos de primera necesidad se han hecho difícil de comprar, y todo está relacionado con la moneda estadounidense a través de "dólar today".

El año pasado en el mes de septiembre, me atreví a publicar un artículo, el cual titulé "Apartamos el dólar, o seguimos jodidos" esto produjo la reacción de varias personas, que me hicieron llegar sus opiniones a través del correo electrónico. Uno más incisivo que los otros, presumiendo de ser un versado en la materia, o un experto economista me refutó con una larga explicación para finalizar con las siguientes palabras: ¡El que no conoce la hierba, no se mete a curandero! Le respondí sin profundizar en la discusión de manera muy concisa: ¡El tiempo nos va a dar la verdadera explicación!

En tan corto tiempo–8 meses– los hechos vienen demostrando, quienes son los verdaderos equivocados, aunque no reconocen sus errores, porque tiene metido el "chip" de los dólares en la mente, como si no existiera otra manera de hacer transacciones comerciales; sin embargo, debo admitir, que no es fácil zafarse del King Kong de la dependencia tecnológica con los Estados Unidos, porque para eso se necesita un alto grado de consciencia, y un patriotismo a toda prueba, al que muchos no están dispuestos hacer el sacrificio. Por la otra parte la transculturización, impulsada por el "sueño" americano, aunado a un consumismo traído a nuestro país –recuerdan el ta´ barato, dame dos– nos convirtió en unos verdaderos robots, manejados por el dólar, y eso lo vivimos hace pocos años atrás, cuando se desató la fiebre de los llamados raspa cupo, o raspadores de tarjetas; no habían llegado, cuando estaban listo para embarcarse nuevamente. A nadie se le escuchaba decir absolutamente ¡nada! Era una especie de locura; ahora estamos viviendo un éxodo de venezolanos, impulsado por la grave situación inducida por un sector de la oposición, los grandes empresarios, y aquí es cuando se convierte en una gran verdad el adagio muy popular: ¡El pez gordo se come al más pequeño! ¿Cuántos comerciantes han cerrado sus puertas, porque no aguantan las sacudidas del dólar? y por la otra parte la más peligrosa, y desafiante: el imperialismo con todos los mecanismos a su alcance para penetrar la economía de países, que dependen de su moneda.

A todas estas, son muchas las voces, que parecen lobos en la madrugada, llamando a dolarizar la economía venezolana, porque alguien se le ocurrió decir: ¡Venezuela está dolarizada! cuando son los títeres de la gran maquinaria propagandista, que va creando la matriz de opinión, y en poco tiempo, nos encontramos, como sucede en el cuento de Gabriel García Márquez "Aquí va pasar algo" –los invito a leerlo– echando carrera para todas partes, sin detenernos a pensar de donde sale la alarma para enloquecer a todo el mundo.

El dólar, se ha convertido en el principal mecanismo para llevar el hambre, y la corrupción a todas partes –Panamá un desfalco de 300 millones de dólares en la Caja del Seguro Social (CSS)– y sin ir muy lejos, en nuestro país el atraco a PDVSA, es un daño descomunal, y todavía un ex gerente, parece un angelito llegado del cielo, cuando presenta sus alegatos para defenderse. El "bachaqueo" con las medicinas a precio de dólares, no tiene perdón de nadie, y para corroborar el daño a nuestro pueblo, el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Larry Devoe, explica con detalles muy claros, como los entidades bancarias estadounidense, ponen todas las trabas para impedir la llegada de alimentos, y medicinas, y después hablan de crisis, acompañada de ayuda humanitaria, cuando Puerto Rico, todavía están sufriendo los embates del huracán "María" y la ayuda que llega es a cuenta gotas . ¿Cuántos ilusos plantean la dolarización? Cuando la gran verdad, es que lo poco que hay, es para comprar, y resolver problemas urgentes. Por eso, sigo pensando: "Rompemos la dependencia con el dólar, o seguimos rumbo al precipicio".



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Narciso Torrealba


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