¿Son confiables las estadísticas económicas en Venezuela?

Dirijí en el 2015 una investigación sobre el rentismo petrolero en Venezuela ayer y hoy, y la posibilidad de sustituir tan perverso modelo por un socialismo productivo. Sin embargo tal empresa ha sido, para el equipo de trabajo que lo ejecuta, una tarea ardua debido a la dificultad de conseguir información confiable de parte de los organismos gubernamentales; los datos suministrados por el BCV, ONAPRE, Ministerio de Agricultura y Tierras, entre otras instituciones, son inconexos, imprecisos y retardados. Por ejemplo, en materia de recolección de datos sobre producción agropecuaria, encontramos que la cuantía de la misma es medida por valor monetario en unos casos y en otros, por hectáreas de rubros específicos (tomates, papas, pimentones, etc.). Es de hacer notar que el primer procedimiento es impreciso porque la inflación desvirtúa el valor real del PIB agrícola, dándose el caso por ejemplo que una menor producción en el presente, representa un mayor valor en bolívares que un volumen superior anterior. El otro método de medir la producción por productos específicos hace de esta tarea una labor titánica, sobre todo cuando sólo se presentan los incrementos de algunos rubros y no las disminuciones de otros, los resultados oficiales nos señalan que el balance productivo en el país presenta un ligero superávit, y tengo la percepción al igual que muchos compatriotas que estos resultados son falsos y manipulados, dada la escasez de muchos bienes.

Al leer unas declaraciones del Vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, donde manifestaba que el PIB agrícola de esa República había crecido significativamente, medido en peso bruto sin discriminar en términos definidos; esto me llevó a reflexionar que los técnicos de esa hermana nación no son mejores que los nuestros y lo que sucede con las estadísticas gubernamentales en Venezuela, es el deseo de los burócratas actuales de seguir los pasos de sus congéneres de la IV República, desvirtuando la verdad para impedir una transformación económica revolucionaria.

El ministro de Agricultura y Tierras, Castro Soteldo, se la pasa teorizando y recomendando libros de filosofia, lo cual es positivo, pero la verdad es que en materia de productividad agropecuaria vamos de mal en peor, la agricultura de puertos como eufemisticamente se les dice a las importaciones de alimentos, abastece exiguamente los hogares venezolanos debido por una parte a la insuficiencia de divisas y por la otra, ante una producción interna postrada. El modelo chavista fracasó por incapacidad y corrupción y pretende llevarnos a la destrucción Nacional.

Donde están los "Fundos Zamoranos", Agropatria,los tractores iranies, los ferrocarriles encargados de trasladar los productos de manera directa entre el productor y el consumidor sin pasar por los intermadiarios o roscas que se enriquecen a expensas de los agentes económicos citados, qué se hicieron los sistemas de riego y represas proyectadas, en cuales bancos están los generosos creditos hechos por el Estado a empresarios ganaderos, ¿se esfumaron o se hayan en las cuentas de Andorra, de Sodoma y de Gomorra?: Ja, ja, ja.

Recuerdo cómo por alla en el 2010 Cudemus y el ministro Perez Abad le aseguraban a Chávez que nos autoabastecíamos de carne de cerdo, mentían descaradamente y eso lo evidenciamos en estas Navidades cuando nos quedamos sin hallacas y el tradicional pernil, los cuales no han faltado en las opíparas mesas de los altos funcionarios del gobierno civico-militar.



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José Burelli

Economista. Maestría en Relaciones Internacionales. Subdirector de Cultura UNESR. Profesor de la UNEFA, Universidad Pedagógica de Caracas.

 joseburelli@hotmail.com

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