Mucho teatro poca operación

Salvemos el Caura

 La Guayana Venezolana comprende los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro, formado parte de una región geomorfológica extensa denominada (Escudo de Guayana) la cual abarca a Guyana, Surinám, Guayana Francesa, Venezuela y una porción de Colombia y Brasil.

El Escudo de Guayana es una formación que data del pre-cámbrico con una antigüedad de 4.500 millones de años. Esta región se caracteriza por poseer numerosos ríos, entre ellos el Orinoco, el Caroní, el Caura, el Ventuari, el Cuyuní en Venezuela y es Esequibo en Guayana entre algunos de los más importantes.

La Guayana venezolana se encuentra limitada por el Norte con el Océano Atlántico, por el Sur con Brasil, por el este con Guayana y por Oeste con los llanos Colombianos. Geopolíticamente incluye a los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro.

El clima es cálido con una precipitación anual promedio de 1.400 a 3.500 mm3 y una vegetación diversa entre la que se encuentran bosques y sabanas. Su fauna es abundante y en ella encontramos mamíferos como el danto, báquiro, la lapa, los monos aulladores o araguatos, los cachicamos; aves como el guacamayo, el loro el paují, la pavita de monte, y otras muchas más. Entre los peces contamos a los caribes, pavones, curbinatas, rayaos, dorados, lau-lau y aymaras. Entre los reptiles y anfibios de la región destacan los caimanes y babas, los morrocoyes y terecayas, por mencionar sólo algunos.

Sus tierras guardan minerales y piedras de alta valor como el oro, el hierro y los diamantes. Sin embargo, ahora que los bosques están desapareciendo rápidamente, su principal riqueza son los ríos y los bosques que en ella se encuentran dados los servicios ambientales que prestan, entre ellos los de surtir de agua para el consumo humano y para las represas hidroeléctricas, regular el clima, capturar carbono y dar soporte a la mega biodiversidad y por supuesto en virtud de su papel en la prevención del efecto invernadero y de la desertificación, lo cual hace cada vez más importante su conservación. Es decir, que la Guayana venezolana es desde el punto de vista ambiental una región estratégica pues concentre recursos que para la humanidad son cada vez de mayor valor dada su creciente disminución como los bosques, y los ríos tropicales y con ellos la biodiversidad que en ellos florece.

Hay que destacar que la región Guayana ha estado habitada por las poblaciones indígenas desde tiempos inmemoriales y que las actividades que ellos han desarrollado tienen bajo impacto en el ambiente e incluso, su forma de trabajar ha servido para que el bosque se renueve y se mantenga en buenas condiciones. Incluso se ha demostrado que han contribuido a su enriquecimiento. Sin embargo, este ejemplo de explotación del ambiente, no se ha tomado como modelo de manejo de bosques aun cuando deberíamos aprender mucho del mismo.

Se considera que el poblamiento de Venezuela se inició hace aproximadamente14.000 años a.C. con oleadas de cazadores recolectores aunque el poblamiento de Guayana es más reciente. Se supone que a esta región llegaron las poblaciones de cazadores recolectores del denominado paleoindio tardío hacia el año 5.000 a.C. Alrededor del año 1.000 a. C. llegan al Bajo Orinoco poblaciones agrícolas identificándose ya hacia el 400 d.C. a cultivadores de yuca.

El poblamiento de Guayana tuvo la particularidad de que se dio aprovechando los ríos como vías de comunicación, por lo que no es raro encontrar en algunos ríos, especialmente en los sitios raudalosos, marcas en las rocas que nos indican que los mismos se utilizaban para afilar cuchillos y hachas prehistóricas.

EL CAURA

La cuenca del río Caura representa uno de los últimos grandes sistemas fluviales tropicales que todavía permanecen prístinos en el Macizo Guayanés. Ubicado en el Estado Bolívar, al sur de Venezuela, el río Caura es uno de los principales tributarios del Orinoco medio. Su nacimiento se encuentra en la frontera con Brasil en las coordenadas 3° 37´ N y fluye hacia el norte a través de un recorrido de aproximadamente 800 kilómetros donde desemboca en el Rio Orinoco en 7° 47´N. La cuenca se extiende sobre un área de aproximadamente 45.336km2. La misma forma parte del Escudo Guayanés y se sustenta en formaciones metamórficas, plutónicas y volcánicas de mucha antigüedad, sobre las cuales a su vez, yacen rocas sedimentarias irregularmente distribuidas.

Los suelos y aluviales que se han formado sobre estas rocas son formaciones fuertemente erosionadas que evidencian niveles de nutrientes muy pobres con valores de PH claramente ácidos. La región del Alto Caura recibe entre 3 y 4 metros de precipitaciones al año, con una estación de mayor estiaje discernible entre los meses de noviembre y abril en la mayor parte de la cuenca, aunque en algunos sectores, la precipitación mensual raras veces registra niveles por debajo de 100mm. Los ríos presentan valores pobres de nutrientes, razón por la cual han sido clasificados por los limnólogos como ríos de aguas negras.

La mayor parte de la cuenca del alto Caura, sobre el espectacular Salto Para, se caracteriza por tener un terreno ligeramente ondulante que se eleva desde los 150 m sobre la caída de agua hasta alcanzar una altura de entre 1000-1500 m en las principales vertientes. Dentro de esta área, se observa la dramática presencia de unas mesas constituidas de areniscas denominadas tepui, particularmente las de Guanacoco hacia el Este y Jawa-Sarisariñama en la zona sur, elevándose sobre terrenos boscosos de las zonas más bajas y alcanzando alturas de 1500 y 2350 m respectivamente. Las zonas meridionales y occidentales presentan montañas de mayor inclinación que se elevan desde los bosques hasta alcanzar alturas de entre 1800 a 2400 metros.

La mayor parte del alta Caura se encuentra cubierto por una gran diversidad de bosques tropicales. Bosques ribereños de distintos tipos ocupan las márgenes de los principales ríos hasta adentrarse en las zonas montañosas. Hacia el oriente, sobre el Salta Para, algunos de estos bosques ribereños de la penillanura se encuentran sujetos a inundaciones estacionales, pero la mayoría se ubican en tierra firme. Tierra adentro las llanuras están principalmente cubiertas de bosques montanos perennes que a su vez dan paso a bosques nublados y bajos con árboles enanos y de pesadas cargas de epífitas en las cimas de las montañas. Las cumbres de los tepuis y la Serranía de Maigualida se encuentran tapizadas de variedades únicas de vegetación, consistentes en campos tupidos de plantas de hojas anchas y pequeños arbustos, con numerosas especies endémicas.

La cuenca del Río Caura en general, alberga alrededor de 450 especies, 120 especies de ofidio, 257 especies de aves, 204 mamíferos y aproximadamente 15.000 personas, de las cuales alrededor de 3.500 son indígenas. De estos, más o menos 3.000 habitan aguas debajo de la desembocadura del Nichare y Salta Para. Enrumbando hacia el sur, hacia la cabecera del Caura, la parte baja es permanentemente navegable por canoas (curiaras) y pequeñas embarcaciones, aunque el curso del río se encuentra interrumpido en ciertos puntos por rápidos de aguas blancas que hay que atravesar con cuidado. El Salto Para es en realidad un complejo formado por una catarata principal seguido por un cañón con más rápidos y cascadas, que interrumpe el río y es contornado por un difícil camino de selva, en el cual se puede durar más de una hora para acceder al lado oriental del Salto.

Encima de las cataratas, el río se vuelve a tornar navegable hasta a su cabecera, aunque una serie de rápidos – algunos de los cuales son imposibles de navegar especialmente durante la estación de sequía – interrumpen el río en algunos puntos. Donde ocurren largos tramos innavegables en el río, existen caminos de selva para llegar a los poblados más lejanos, los cuales a su vez se encuentran interconectados mediante una red compleja de senderos y trochas de caza que cruzan la cuenca y se conectan con otras comunidades en las cuencas colindantes. Hacia el oriente, el caño Chanaro serpentea a través de bosques bajos sujetos a inundaciones estacionales, desembocando en un camino bajo a través del cual las embarcaciones pueden ser fácilmente arrastradas para llegar hasta los afluentes de la ribera izquierda del río Paragua, proveyendo de esta manera un vínculo comercial con los Pemón y otros pueblos hacia el Este.

Los pueblos indígenas han ocupado la zona del alto Caura desde los primeros registros históricos de esta zona, que datan solamente desde mediados del siglo XVIII. En estos tiempos el río era usado extensamente por los Kariña y los sectores más altos se encontraban ocupados por los pueblos Maco y Guinau. Luego de que la Real Expedición le Límites (1756-1761) estableciera por primera vez los pedimentos territoriales españoles en la zona del alto Orinoco y el alto río Negro, se precedió a construir una hilera de fuertes interconectados por puertos y caminos desde Angostura en el Bajo Orinoco, subiendo por el Caura a través de la vertiente, cruzando el alto Ventuari para luego bajar por el Padamo hasta llegar a La Esmeralda en las fuentes del Orinoco. La trocha atravesaba una serie de territorios indígenas y la presión ejercida en las comunidades locales como consecuencia del trabajo de mantener y abastecer estos fuertes, no fue bien recibida.

Uno de los pueblos más vigorosos de esta región es el de los Ye´kwana, un pueblo de lengua Caribe (también conocido como Soto, Makiritare y Maiongong) el cual ocupaba, en aquel tiempo, principalmente la zona del alto Orinoco a lo largo de los ríos Casiquiare, Kunukunuma y Padamo. En 1776, los Ye´kwana coordinaron una efectiva sublevación contra los Españoles, destruyendo los fuertes y en consecuencia, causando el retiro de la permanente presencia Española en la región excepto por un pequeño asentamiento en la Esmeralda que permaneció en la zona.

Este es un pequeño homenaje a la Organización Kuyujani y sus 53 capitanes Indígenas, a los, Profesores e Investigadores Científicos Marcus Colchester, Nalúa Silva Moonterrey y Ramón Tomedes, Judith Rosales, Otto Huber, Alexander Luzardo, a los periodistas Licenciado Carlos Mejías, Licenciada Evelyn Guzmán, Fritz Sánchez, al Padre René Bross con 50 años de servicios en las comunidades de Caura.

Todos ellos protegiendo y fomentando el uso consuetudinario de los recursos biológicos: Alto Caura, Venezuela.


lanz_alejandro@yahoo.es



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