Un auto rescate político del verdugo Uribe, con trofeo...

Ingrid Betancourt, en todo caso, puede agradecer a Bush el haberse decidido esta vez, a través de su obediente servidor Uribe, por su liberación y no por su ejecución. Ambas opciones siempre estuvieron contempladas, toda vez que los detalles técnicos para lograr una u otra no representaban obstáculos reales. Aquí se trataba de casos similarmente positivos para un mismo y único interés, dependiendo la elección del uno o del otro sólo de circunstancias bastante marginales. Es lo que podríamos llamar un "libreto interactivo", tipo A-B.

Es así que se explica cómo los mismos agentes agresores que sabotearon la evidente evolución de la liberación humanitaria intermediada por Chávez (la desautorización de éste, la invasión del Ecuador y el asesinato de Raúl Reyes), hoy se visten de héroes que salvan a rehenes de las manos del diablo, incluyendo al "ángel" Betancourt, el más importante de ellos. No deben quedarnos dudas acerca de la naturaleza de estas operaciones, nunca son espontáneas ni fortuitas. Detrás se encuentra indistintamente Washington y su sofisticado apoyo tecnológico-militar. Era, simplemente, el momento de pasar al plan B, es decir, hacerse los buenos, en vez continuar con el plan A, que consistía en provocar la muerte de Betancourt, o su "martirio" encargado. En ambos casos, laa "derrota" de Chávez no sería nunca accesoria, ni sin benéficas consecuencias.

Sobre todo, no olvidemos lo propicio de la operación, en términos locales: Uribe tiene un juicio internacional que atender.

(Qué reconfortante y oportuno McCain con su visita).

No hay duda que los mismos instrumentos de detección que llevaron a la destrucción del campamento de Raúl Reyes en tierras ecuatorianas son los que llevan ahora a la detección de la secretaría central de las FARC en la selva colombiana. ¿O tal vez haya sido que en el campamento de Reyes se obtuvo información sobre la ubicación de ésta y a partir de allí se les hizo un seguimiento ventajoso? Lo más probable es que su ubicación y desplazamiento se supiese desde hace tiempo. Recordemos cómo efectivamente el gobierno colombiano sabía de la muerte de Marulanda antes de que las propias FARC lo anunciaran.

Hay que tener en cuenta que las implicaciones geopolíticas del conflicto colombiano son enormes y que, debido a los grandes intereses de la oligarquía que están en juego, toda acción llevada a cabo es cuidadosamente administrada. Una recuperación hegemónica de América Latina por parte de la derecha, y por ende por parte de los Estados Unidos, no permite improvisaciones.

Básicamente la estrategia adoptada frente al caso FARC-Chávez es una de ping-pong. Es así como se logró, primero, implicar directamente en el conflicto al Presidente Chávez, otorgándole una visibilidad mundial positiva relativa al canje humanitario, para luego, acto seguido, homologarlo a las FARC (y por ende a todas las supuestas connotaciones terroristas y narcotraficantes de éstas). Una victimización por alternancia de contrastes, diríamos.

En este momento, todas las cadenas de información del mundo celebran -más que informan- "el rescate" de Ingrid Betancourt por parte del ejército colombiano. Con lo cual se induce a la población mundial a saborear la idea de una presunta derrota de las FARC, y, del Presidente Chàvez por extensión. Ya no es demasiado temprano para decirlo, la situación actual es a priori positiva para la derecha. Las primeras declaraciones de Ingrid Betancourt corroboraron esta avanzada derechista, en términos mediáticos, contra la voluptuosa emergencia de la izquierda latinoamericana. Betancourt ha preferido auto designarse trofeo de quien fuera su verdugo potencial.

Cuánta razón tenía Marx, madame Betancourt, al delinear las reales limitaciones que comportan grandes apellidos como el suyo: la fatalidad de sus patéticas sujeciones, la perennidad incondicional de sus atavismos de clase. No obstante, independientemente de estas primeras declaraciones suyas que favorecen al imperio y a la derecha latinoamericana, la oligarquía tiene en estos tiempos bolivarianos, más allá de un triunfo verdadero, muchas energías que invertir en reinventar lo que nosotros develamos y denunciamos de ella en tiempo real, en tanto que pueblos libres y despiertos: su mísero esqueleto. Por eso les llevaremos siempre ventaja.




xavierpad@gmail.com


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Xavier Padilla


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