En honor a: CARLOS BELLO, MANUEL QUIROZ, LUIS ROSAS, DOMINGO SALAZAR, JOSE URIBE, jóvenes mártires de la lucha revolucionaria venezolana.
Observando en los noticieros de la televisión y sin perder de vista la salvaje persecución a la juventud en España, uno termina percatándose de cuánta distancia física, social y política nos separa de la moribunda corona borbónica. Los acontecimientos en la vieja Europa han llegado a niveles de degradación solo comparable con lo vivido por los venezolanos durante los años 60, 70, 80 y 90: desajuste socio económico, ético y político total. Inflación de más de 80% desempleo por los cielos, miseria, niños deambulando en la calle, sin escuela, entre basureros buscando un mendrugo de pan.
El desajuste social en mi país era tal que en el año 84 viví esta experiencia: me encontraba estacionado frente a un gran supermercado cuando se aproximaron dos chiquillas muy maquilladitas de unos 11 a 13 años. Cuándo bajé el vidrio para saber que se les ofrecía, cuál sería mi sorpresa, ellas ofertaban sus servicios sexuales, todo ello con un desparpajo absoluto… ¡horror, eran unas niñas!
Esa no era mi Venezuela…era la de otros, la de los banqueros, empresarios y políticos inmorales que se robaron todos los millones del mundo ante la cara impávida, complaciente y cómplice de las autoridades de aquél nefasto período.
Fue aquella época en la que ser estudiante –cual España franquista - era suficiente para considerársele sospechoso y objeto de rolo, peinilla, bala de fusil, cárcel, tortura o desaparición. Y por qué tanto odio a los estudiantes…pedían cupo en las universidades, pedían en la calles justicia social y admiraban la revolución cubana. Época en la que los vocablos: recluta, desaparecidos, escuela de las américas, disip, ley de fuga, electricidad en los testículos, sótanos de tortura, cazadores, eran del dominio público, pero absolutamente clandestinos. Con estrategias propias de la guerra de Vietnam, estos “cazadores” (nombre gringo para las tropas venezolanas) abatieron -en la Av. “Tulio Febres” al salir de sus facultades de Medicina e Ingeniería en Mérida - a los bachilleres: CARLOS BELLO, MANUEL QUIROZ, LUIS ROSAS, DOMINGO SALAZAR, JOSE URIBE. Nunca nadie se responsabilizó de estos horrendos crímenes. ¡No a la impunidad. Estos delitos no prescriben y los responsables deberán ir a la cárcel! Allá están sus retratos esperando justicia.
Las luchas de estos jóvenes venezolanos no fueron en vano. Hoy vivimos la Venezuela que soñaron. Cuánto quisiera la oposición venezolana, incluidos sus medios de terror, que nuestra clase obrera estuviese hoy como en España, en la calle, deambulándola o en imparables manifestaciones reclamando lo que les corresponde. Miseria extrema que como espanto duerme en sus calles; una clase media perdiéndolo todo, sus pensiones, sus casas, sus trabajos, sus vacaciones, aguinaldos y bonos vacacionales, (los dos últimos ítems son solo privilegio universal de los venezolanos) sin hablar de una generación de jóvenes que también patea las calles de España buscando un futuro que no alcanzan a ver por ningún lado…sus sueños se esfumaron.
A los que se empecinan en no ver ambas y disímiles realidades es bueno recordarles que Venezuela no es España. Vergüenza por los españoles que han venido a tratar de darnos lecciones de política luego de haber hundido a su país, pero más vergüenza sentimos por aquellos venezolanos eunucos que deben acudir al auxilio externo ante su absoluta incapacidad de redactar dos cuartillas con ideas propias… por supuesto, adolecen de ellas.
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