Resumen:
Venezuela enfrenta una crisis humana que se agrava en la población de adultos mayores. La combinación de una transición demográfica con la precariedad socioeconómica ha dejado a millones de personas en una situación de abandono estructural. Este texto no solo expone la dura realidad basada en datos, sino que propone una hoja de ruta para la reconstrucción de la esperanza a través de un cambio de liderazgo y narrativa. La realidad de nuestros adultos mayores es alarmante y se sustenta en cifras:
1. El Rostro de la Emergencia Silenciosa:
(i). Soledad y Desarraigo: Se estima que en Venezuela hay entre 3.8 y 4 millones de adultos mayores. Cerca de 400.000 de ellos viven en total soledad, al haber perdido sus redes de apoyo familiar debido a la migración masiva.
(ii). Pobreza Extrema: Estudios especializados señalan que hasta el 87% de los adultos mayores vive en situación de pobreza.
(iii). Deterioro de la Salud: Más del 62% de las personas mayores reportaron haber sufrido algún problema de salud recientemente.
(iv). Pensiones de Miseria: Aunque la mayoría percibe una pensión, su monto es ínfimo para cubrir las necesidades básicas.
(v). El Pasaje: Una Barrera Contra la Vida
2. El impacto económico se vuelve tangible y doloroso en decisiones como la oficializada en la Gaceta Oficial # 43.228 sobre el Aumento del Pasaje del transporte público:
(i). La Salud Negada: Para un adulto mayor cuya pensión no alcanza, cada aumento de pasaje se convierte en una barrera insalvable para acceder a la salud, a la alimentación o a sus trámites básicos.
(ii). La Vulnerabilidad Profundizada: El aumento del pasaje no es solo una medida económica; es un factor que profundiza la vulnerabilidad de la vejez, demostrando que las decisiones tomadas sin consenso y sin una visión humana tienen consecuencias directas en la supervivencia de los más débiles.
3. La Urgencia de un Nuevo Liderazgo y Narrativa: Abordar esta crisis exige un nuevo liderazgo capaz de superar la confrontación que paraliza al país. La polarización ha llenado el imaginario colectivo de símbolos de desesperanza:
(i). El primer paso para la reconstrucción es una guerra de símbolos para reemplazarlos, una visión de futuro basada en la solidaridad y el consenso.
(ii). De "Bandos" a "Puentes": Debemos dejar de hablar de "bandos" para hablar de "Puentes". El puente es el símbolo de la mediación y de la superación de un abismo, esencial para la reconciliación social y la colaboración interinstitucional.
(iii). De "Muralla" a "Tejido": Frente a la idea de la "muralla" o la "trinchera", necesitamos la metáfora del "Tejido". Cada hilo es una persona, una iniciativa comunitaria o un emprendimiento. El tejido es fuerte porque está hecho de la unión y la acción de muchos.
4. Una Hoja de Ruta para la Solidaridad Integral: La data demográfica y la realidad social exigen que este nuevo liderazgo tome la iniciativa para implementar políticas públicas integrales:
(i). Políticas Integrales: Estas deben enfocarse no solo en ajustar las pensiones de forma digna, sino también en garantizar la atención en salud, el bienestar emocional (combatiendo la soledad) y la seguridad.
(ii). Diálogo y Consenso: Fomentar un diálogo y consenso que priorice la protección de la vida y la calidad de los servicios por encima de cualquier interés sectorial.
(iii). Reconocimiento y Protección: La reconstrucción de la esperanza comienza por reconocer y proteger a quienes construyeron el país, pasando de la narrativa de la confrontación a la narrativa de la solución.
