¡Epa Chamo dame una colita!

Aunque es un poco difícil escribir sobre el tema sin pisar algún callo culposo o inocente; es evidente que se debe analizar el caso, no de la maleta de Guido, sino de la colita que le dieron en el avión de ENARSA en el que viajaban también algunos empleados de PDVSA.

No hace falta, de verdad que no, describir al tristemente célebre personaje de la colita, porque ya los medios opositores se han encargado de que lo conozcamos hasta en sus facetas más íntimas. Porque Guido es lo que definiríamos como el clásico empresario yuppie burgués venezolano, con varias empresas de maletín, aficionado a los autos y seguro comelón de arepa con chicharrón o mondongo en las mañanas, luego de una típica rumba criolla bailando con Guaco y tomando escocés 18 años. Guido representa lo que los medios golpistas nos vendieron por años como un tipo bueno bueno. Guido es de esos que “no pide que le den, sino que lo pongan donde haiga”.

Por eso a mí en lo particular, no me escandaliza lo de la maleta con 800 mil billetes verdes. Seguramente y dada la tranquilidad con que la entregó a las autoridades rioplatenses, esto sería una minucia, sería algo así como una pequeña remesa para cubrir sus gastos en la apasionante Buenos Aires. Guido no se mortifica, como si lo hacemos nosotros, por unos piches 800 mil, cuando sus negocios son de millones o más bien decenas o quizás centenas de millones.

Se que para nosotros los limpios, los proletarios, es un escándalo esa cantidad que multiplicada aún por nuestros bolívares débiles representa casi 2 millardos, es decir, mucho más de lo que ganaríamos todos los Ávilas juntos (y mira que somos varios) en 100 años. Porque déjenme decirles además, que con lo que llevaba Guido en la maleta viven muchos municipios de nuestro país durante seis meses y el muy “pingo” los cargaba como si nada, de lo más normal.

Pero les repito que el problema no está allí. La explicación que esperamos los venezolanos es como carajo ese tipo se subió al avión y tuvo incluso la creativa iniciativa de decirle a las autoridades aeroportuarias que él pertenecía a la comitiva oficial de Chávez. O sea, que de paso tenía que meter al bolsa de Sabaneta en el lío. Porque déjenme decirles que Guido no dijo eso para salvarse, porque si a ver vamos, ya estaba hasta el tronco en el asunto, sino que terminó de cumplir su mandado diciendo la palabra mágica “Chávez” en el momento justo e indicado.

Y para completar el cuadro de casualidades, resulta que el canal tipo Globoterror en versión gaucha llamado “Todo Noticias”, la explotó en primicia con el titular supercalifragilístico: “Miembro de la Comitiva de Chávez es apresado con 800 mil dólares en un maletín”. Con eso hicieron todo. Porque si era cierto, imagínense al socialista Chávez pasándose por el filo 800 mil dólares para gastos de su comitiva y si era mentira, entonces así será el desnalgue en Venezuela que cualquier coño sale del país con ese realero y nadie le dice nada.

Y es que este asunto nos pone en aprietos por varias razones. En primer lugar porque se trata de una colita. Si, de una clásica colita de la PDVSA de la cuarta república. Esas mismas colitas que criticamos a rabiar y que nos dieron herramientas para enriquecer el discurso del Chávez candidato en el 98. Por eso y estando seguro que eso de las colitas aún reposa en nuestro subconsciente, no me explico como se le ocurre la genial idea a no se quien, de darle el aventón a Guido hasta la mismísima Buenos Aires, justo cuando Chávez estaba allá.

Por otro lado, si usted tiene la suerte de viajar en avión, ha debido pasar por los rigurosos controles de seguridad y ya le habrán confiscado más de un cortaúñas, yesquero o soldadito de plástico. Me imagino que habrá tenido que quitarse zapatos, correas y demás prendas ante el pitico acuseta del arco de seguridad. Entonces habría que explicarse, como es que Guido pudo subirse al avión sin la menor sospecha y sin que nadie le hiciera abrir su maleta ricachona.

Y finalmente, habrá que saber de donde salió ese poco de dólares. Porque si algo tengo clarito es que no saldrían del genio de la lámpara o de un baúl enterrado. Porque por mucho realismo mágico que tengamos en el caribe, aún no tenemos una prueba certera de que las morocotas degeneren en dólares y mucho menos que estos salgan de mazorcas o de la ralladura de la yuca. En fin, que de algún lado salió la plata que se metió en el maletín que llevaba Guido, ese que consiguió la colita en el avión de ENARSA que lo llevaría a las querencias de Carlos Gardel.

En situaciones así, queridos amigos, es donde está el verdadero peligro de se cierne sobre la Revolución. Casos como estos producen al menos dos efectos que son en su conjunto letales:

En primer lugar se produce un desencanto colectivo al ver que los mismos vicios de la cuarta se reproducen en la quinta. La colita no tiene justificación alguna. Darle esa arma a la oposición es una torpeza de categoría superior y más que eso una irresponsabilidad que raya en la conspiración por acción u omisión. En medio de una ofensiva brutal contra PDVSA, si estos ejecutivos que viajaban hubieran tenido un mínimo de sentido de la responsabilidad, debían evitar un riesgo de esa naturaleza, al montar a alguien no autorizado en ese avión.

Y por el otro, se produce una razonable radicalización por parte del Presidente Chávez. Escándalos de este tipo le hacen cerrar su círculo de confianza, que de seguir así lo llevaría incluso, a la larga, a confiar solo en si mismo, produciéndose un previsible aislamiento y estado de soledad, que lo harían presa fácil de la conspiración imperialista.

Desencanto popular más soledad en el poder. Con una situación así no hay 13 de abril posible. Y a eso juega la verdadera conspiración. Allí si está la CIA haciendo su trabajo. La CIA no pierde su tiempo con palangristas tal y como lo pretenden hacer ver Eva y Mario. Su poder de penetración es mucho mayor y se ubica en las entrañas del corazón económico de nuestro país.

El efecto letal de Guido y su maleta ya se logró. Por muchas explicaciones que salgan, por muy lógicas que parezcan, ya la conspiración comunicacional conectó un suceso de de la quinta con una denuncia común de hacíamos contra la cuarta república. Lo de Guido fue una colita tipo PDVSA de la cuarta. Fue una colita conspiradora, de golpe en cámara lenta, que no busca sacar a Chávez por la fuerza, sino desarraigarlo de la voluntad popular.

Si en los vehículos de carga de cualquier empresa vemos un letrerito chocante que dice “prohibido dar colas” ¿cómo es posible que uno igual no lo tengan esos aviones último modelo que llevan en un santiamén a unos cristianos desde Charallave hasta Buenos Aires?

Te la comiste Guido. A esta hora estarás en Miami, gozando un bolón. Total, en el menor de los casos, gracias a la colita que te dieron, estás metiendo en apuros a un buen hombre como el Ministro Rafael Ramírez y dándole un golpe al mentón a la nueva PDVSA, que aún en medio de esos escándalos sigue haciendo cosas buenas por la gente y es con creces, mucho mejor que la meritocrática y sempiternamente corrupta de antes.

abmiguel04@yahoo.es


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