¿Corrupción o Bloqueo, cuál provocó la crisis? (I)

Luego de presenciar una, de tantas, discusiones bizantinas entre un chavista y un opositor sobre la responsabilidad de lo que hoy sumerge a Venezuela en esta crisis, hemos considerado necesario o pertinentes poner algunos matices más teóricos que oriente o sincere esa discusión que se da entre las bases sociales como producto de la influencia de las estructuras comunicacionales que poseen ambas macro partes. Para facilitar la lectura, el articulo será presentado en dos partes o artículos, el primero con un análisis sobre la corrupción y el segundo sobre el bloqueo, así como un conjunto de conclusiones derivadas del análisis.

Comencemos con el tema de la corrupción por ser el más amplio: algunos dicen que la corrupción es endémica en todos los gobiernos, eso es parte del interés en desviar la atención en algunos actores importantes del acto o proceso de la corrupción. La corrupción se define como un acto de aprovechamiento ilícito, generalmente del estado, para el beneficio propio o de terceros. Pero esa definición es un modo de apartar de la acción al componente externo al gobierno o hacerla ver como un acto de gobierno y no de una condición social que tiene sus expresiones en lo que llamamos la viveza criolla y que sucede en todo el mundo, particularmente a través de las relaciones comerciales. El origen en Venezuela de esa segunda forma se remonta a partir de la llegada de un mercenario llamado Cristóbal Colón quien promoción el intercambio de oro por espejos el llamado trueque, que dicho sea de paso, es la distorsión más abyecta que se le haya dado al intercambio de la economía de valor.

Viendo la corrupción desde los gobiernos, se puede afirmar que se compone de cuatro factores: el donante (corruptor o quien corrompe), el favor o beneficio del corruptor, el funcionario (corrupto) y la recompensa. Este fenómeno, aunque es detestable, ha sido tristemente justificado por políticos y filósofos, por ejemplo, el filósofo holandés- británico, Bernard Mandeville (1714) escribió "Los vicios privados mediante la gestión diestra de un político hábil pueden convertirse en beneficios de Publick". O en Venezuela con la famosa frase de Gonzalo Barrios quien dijo "en Venezuela no hay razones para no robar".

El primer documento de la corrupción en nuestro país se haya significativamente descrito en el libro de quien fuese director de la compañía Guipuzcuana, Pedro José Olavarriaga denominado "Instrucción general y particular del estado de la provincia de Venezuela en los años 1720 y 1721". En este libro se hace un análisis del mercado venezolano hacia España y como la corrupción presente hace que una gran proporción de lo producido en Venezuela no llegaba a España sino que era desviado a las Antillas holandesas a cambio de licores y otros rubros para los encargados de esa exportación.

Recientemente (2009) José Sant Roz en su libro El Procónsul Rómulo Betancourt, subtitulado Memorias de la degeneración de un país, no da una importante aclaratoria de como en el betancourismo se profundizó la corrupción en el país. Pero hay un texto muy importante que es un trabajo de grado de Ivana Profeta y Vanessa Rodríguez quienes en su tesis de maestría de comunicación social e la ULA en el año 2006, denominado "Venezuela, País del Renacer: Una visión a través de sus inmigrantes", nos señala como durante el gobierno de Betancourt se abrieron a la llegada de Italianos y Españoles, algunos dentro de un plan de apertura a quienes se les dieron condiciones para el desarrollo de tierras y facilidades de montar empresas, así como inversionistas para las contrataciones con el estado. Cuando cruzamos las variables descritas en ambos textos nos encontramos que allí hubo la profundización de la corrupción en Venezuela a través de los empresarios españoles e italianos que llegaron al país y que promocionaron este flagelo. Esta afirmación no niega que el desarrollo de la infraestructura del país cuando la dictadura de Pérez Jiménez estaba soportada en los favores o contratos que recibía el grupo Mendoza por su vinculación en el sector construcción. Es decir que la infraestructura construida por el dictador no era una idea de gobierno sino el pago de favores para que grupos económicos le soportaran el poder y la gestión.

No es fácil encontrar un estudio serio de la corrupción de los países y menos en los de mayor desarrollo y probablemente sería bastante difícil a un investigador obtener, por medios honestos, una visa para un país que será objeto de un estudio de corrupción. Que no sea las supuestas ONG como Transparencia Internacional o HRW, cuyos vínculos e intereses con capitales privados de diferentes países están suficientemente demostrados. Sólo se muestran estudios de percepción, que son antecedidos de una gran campaña comunicacional en contra del gobierno del país. Mucho menos se ubicará información del aporte de la corrupción o de la economía ilícita, como la droga, en el PIB de un país. Eso hace que países como los del eje que va desde Colombia hasta Centroamérica tengan un bajo de nivel percepción a pesar de la incidencia histórica, del narcotráfico en sus gobiernos. Pero peor aún, en los países donde los gobiernos son determinados por las corporaciones económicas y que se deben a ellas como el caso de los EEUU no se nombra a la corrupción como flagelo. Italia se ha caracterizado por una gran corrupción, hasta para exportar (véase la película el padrino), pero poco se habla de ella ¿la superaron y cómo? Muchos países estarían interesado en la receta que sencillamente no existe, porque no ha desaparecido ni en su magnitud ni en su forma, solo se alinean a bloques de poder para preservar su pseudo reputación política como el caso del grupo de Lima.

El argumento de la corrupción es la excusa perfecta para golpes de estado, sobre todo en la nueva modalidad de golpes institucionales, una de las primeras acusaciones formuladas contra el régimen anterior por los líderes golpistas en el país menos desarrollado es la "corrupción". Y, en general, la carga es precisa. Un tipo de reacción a esto entre los observadores es muy moralista y tiende a ver la corrupción como un mal. Pero según las leyes de la economía es imposible crear grandes fortunas sin pasar por un proceso de explotación o robo ¿todas esas corporaciones del mundo como hicieron sus recursos, que podrán decir los japoneses? ¿Por qué existen los paraísos fiscales o serán países para el depósito de lo robado en otros y para el blanqueo de capitales de dudosa procedencia?.

También existe la corrupción dentro del ámbito privado, asociaciones corporativas para desplazar a otras, ganar contratos entre empresas, vale recordar que una corporación es la suma de muchas empresas, por ejemplo una marca como la Hyundai que fabrica electrodomésticos, vehículos, celulares, etc. Se constituye por muchas otras que son proveedores de tecnologías o insumos. Para ingresar a ser parte de esa corporación se transan significativas sumas entre los decisores más allá del costo de los elementos vendidos. En esos casos países como Japón, Corea del Sur, Alemania, Reino Unido, Francia y los EEUU donde se concentran un alto PIB por aportes de las corporaciones, llegan a tener un nivel de corrupción muy elevado en sector privado. La corrupción es propia del sistema capitalista, mientras se conviva en ese modelo existirá el flagelo, debemos atacarla pero también identificar su incidencia y actores en nuestro proceso político.



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Endert Gil Montserrat

Ingeniero Electricista y docente de la UPTAEB-LARA .

 endertgil@gmail.com

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