Inconcebible que Maduro no pueda repartir perniles en Zulia porque se los roban

Ahora cuando parece que entramos de lleno en el terreno del petro, cuando vemos que se dispara el dólar con la brutal guerra económica opositora, cuando nos preparamos para enfrentar un nuevo año lleno de retos, incertidumbre, expectativas, y a unos adversarios que insisten en la violencia, ¿vamos a estar pendiente de un pernil? Pareciera una nimiedad, pero no es así, no se trata de lambucear una pata de cochino como algunos quieren hacer ver ¡no!, se trata de la majestad, de la credibilidad, de la honorabilidad y del poder de mando del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Se trata, camarada lector, camarada lectora, del máximo jefe de la revolución bolivariana, del hombre que Chávez poco antes de morir nos pidió que apoyáramos y eligiéramos, para que siguiera adelante con el proceso bolivariano, pero que últimamente da la impresión que imparte una orden y no se la cumplen.

Se trata, pues, de la gobernabilidad del país, del futuro de nuestra revolución. Del futuro de la patria buena. Se trata, de la decepción, del descontento, de la indignación de un pueblo que vio y escuchó a su máximo líder en 2018 prometiendo unos perniles en Navidad que no llegaron por el bloqueo económico y financiero, pero también porque, al parecer, se robaron los que pudieron importar y no ocurrió nada.

Después para las Navidades de 2019 anuncia de nuevo los benditos perniles, anuncio del cual se hizo eco el gobernador del Zulia, Omar Prieto, y el alcalde de Maracaibo, Willy Casanova, e igualmente no le llegaron a mucha gente y tampoco pasó nada, por lo menos, el Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1 del barrio Los Robles, capital del municipio, no repartió a la comunidad la carne de cerdo porque supuestamente no les llegó, aun cuando la gente vio que algunos jefes de calle si obtuvieron uno y más perniles. Toda una vil acción en detrimento del pueblo.

Otra cosa es que yo no puedo concebir que un Presidente verdaderamente revolucionario, de la estirpe de Chávez, no pueda repartir unos perniles en diciembre en Maracaibo o en alguna parte del estado Zulia, porque los desaparecen o se los roban como se presume también ocurrió en las pasadas Navidades.

En los Robles tampoco entregaron juguetes a los niños tal como igual prometió el presidente Maduro y en la misma dirección Prieto y Casanova, pero es que el Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1, en 2018 y en 2919, apenas entregó dos cajas Clap por año, a pesar de que el Presidente, el gobernador y el acalde celebran públicamente la forma como en las comunidades distribuyen ese beneficio mensualmente, cuestión que no es así…Y por la reacción de los usuarios en las redes sociales, esa irregularidad se registró en varias comunidades de Zulia y en diferentes estados de Venezuela.

Lo dije y lo repito: creo en Maduro, porque pese a ser el Presidente más atacado, incluso, que Chávez, veo que no se quiebra, que no da un paso atrás, que es un revolucionario entregado, que trabaja, un revolucionario incansable, que siempre anda en algo para hacernos más llevadera esta crisis que nos impuso la oposición terrorista, el imperio gringo con las sanciones y el bloque financiero, y una corrupción chavista-opositora que no saca los colmillos de las instituciones y de donde pueda llenarse de dólares americanos, pero hay momentos en que me asalta la duda cuando veo situaciones como la de los perniles: ¿es que Maduro no escucha un hecho de corrupción tan escandaloso, cuyos ruidos comienzan desde que llegan a los puertos del país? ¿Le ocultan semejante desastre? ¿Está cercado y no lo dejan ni escuchar? ¿Se entera y no puede hacer nada a pesar de ser el Presidente? ¿Qué ocurre?

Se observa una gran incongruencia entre el Maduro preocupado, atento, diligente, sensible antes las necesidades de los pobres, ese que hace los anuncios públicos de los beneficios por los medios de comunicación social, y el Maduro que no reacciona cuando a la gente la despojan impunemente de esos beneficios que él mismo promete y entrega.

Con respecto de los perniles debió ordenar una investigación, lo mismo que el gobernador Omar Prieto, el alcalde Willy Casanova, e incluso, los representantes del Consejo Comunal Raíces del Poder Bolivariano 1 del barrio Los Robles, si de verdad están a favor de las comunidades como dicen, de lo contrario, la situación se convertirá en un vicio pernicioso, en el que el Gobierno nacional seguirá trayendo el puerco todos los años y un grupo de ladrones se los seguirá robando desde alguna parte de la cadena de distribución.

El extinto general Alberto Müller Rojas, un analista político de envergadura de quien ya ni se habla, dijo durante el gobierno del Comandante Eterno en uno de sus artículos: "creo que estas pequeñas cosas están minando a una velocidad acelerada la confianza en la revolución bolivariana y al presidente Chávez, quien se ha preocupado por cosas de trascendencia hemisférica descuidando las cosas pequeñas".

Y los chavistas del "todo bello" se preguntarán o tal vez desearan preguntarme: Siendo así, ¿por qué a estas alturas no han terminado de minar la revolución? Y es verdad, no la han minado, pero observen que nosotros tampoco hemos vencido a esa oposición violenta que poco a poco, pero firme, afincado y provocando esas "pequeñas" triquiñuelas como la de los perniles y tantas otras, nos ha llevado a este desastre que mantiene al país en un caos y a la gente en vilo, en muchos casos pasando hambre o sin poder hacer las tres comidas al día.


 



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Alberto Morán


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