La rebatiña del dólar y el cuento la margariteña vende arepas

El dólar sube, el dólar no para, el dólar trepa, el dólar va rumbo al infinito, y quien lo consigue, para él mejor no puede ser que tranquilamente castiga al venezolano y a su moneda, y después de obtenido, de alguna manera le sacarán provecho a posteriori, pero la pregunta que deja una incógnita en el aire es, ¿de dónde salen tantos dólares en Venezuela?, sino salen del gobierno, ¿acaso vienen de Colombia? ¿Son dólares que vienen al lavado del narcotráfico sin que el gobierno se percate del daño que a diario tiene sometido al pueblo? Y, lo que da rabia y vergüenza es cuando: preguntas por los precios y el vendedor serio con ínfulas de gringo extraviado de ojos oscuros, lo primero que te responde es, a dólares: vale tanto y, la respuesta que te dan cuándo le preguntas a cómo está su valor en bolívares es que, él no sabe, ni le interesa, que lo mismo le da con tal que le paguen en dólares, su felicidad momentánea es su gozo de caza dólares.

Pero lo más preocupante en esta Venezuela socialista es cuando, los farfullantes economistas responden por los medios a, qué se debe qué el dólar todos los días aumente su valor. Bueno es allí donde Cantiflas se queda pendejo y hasta la puerca tuerce el rabo de la rabia que, ninguno dice la verdad, todos asoman su criterio que es una bien pensada mentira, no porque no lo saben, sino que no lo quieren expresar que, fuera del país -Colombia, los EEUU- hay quienes se dedican a traficar con su valor diario, con toda la facultad que les da la señora que los parió de disponer del valor diario como si ellos son Washington y, acá hay un gobierno al que penetró ese Dolar Today hace años como indetenible que ha demostrado ser sin las manos de Trump, pero apoyado por él que cada día está matando de hambre a los venezolanos a excepción de quienes trafican con el explícito dólar, que hasta el gobierno ha pescado en río revuelto -¿pareciera?

Total. Solución no hay. Anarquía sin corazón, ni razón. Quiérase o no, la isla de Margarita es una colonia gringa que produce muchos dólares y cómo no sé. Aunque en todos los países que usan esa divisa, existe el dólar paralelo fuera de los bancos, pero se cotiza a un precio razonable que quien lo necesite comprar, lo puede hacer sin afectarlo como acá en Venezuela que, somos más irracionales que los ciudadanos de esos países y, nos cabría como un desahogo, el cuento de la muchacha margariteña, que salía a vender arepas (raspada o peladas como se le dice ahora) todos los días y después de recorrer el pueblo ofreciéndolas voceadas y, a cierta hora del día cansada y con muchas de ellas que le quedaban sin vender, se iba a un escondite de muchos cardones y tunas, y comenzaba su monólogo con ellos: ¿Quieren arepas? Tomen arepas y se las lanzaba y, finalizaba su acción y se iba a su casa y, las que le faltaba decía que, las había dejado fiadas y, eso lo hacía siempre que le quedaban arepas, hasta que, le descubrieron su museo de arepas y, eso debería ser la acción desinflacionaria del gobierno, poner a volar unos helicópteros y desde ellos lanzar los dólares con el artilugio revolucionario: ¿Quieren dólares? Ahí les van dólares.

En la isla no se pueden comer desde ayer las arepas: pues, la harina Pan de La Polar subió como río dolarizado a los cielos de lo inesperado y los huevos comenzaron a volar y se ven fluctuando en las nubes del desconsuelo.

Así que estamos progresando: porque nuestra nueva moneda americana está subiendo y el pueblo come menos, pero está feliz y contento, no importa que la barriga pida auxilio y las tripas gruñan como cochinos desesperados.

¿Y el bolívar soberano? ¿Cuál bolívar soberano? Anda en el horizonte de los perdidos sin valor alguno.



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Esteban Rojas


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