Comisos tras comisos, no termina el delito y tampoco hay castigo

¿A qué se deberá el fenómeno de que se incautan mercancías provenientes de los programas y misiones, que sin saber cómo van a parar a manos delictivas? A ratos leemos noticias al respecto y causa preocupación que no se determine el origen del vandalismo, haciéndose consuetudinaria la mangancia desde sus centros de acopios. ¿Por cuál motivo se permite la ligereza de la investigación y proceso a que debe estar sujeta, qué hay detrás de esta parsimonia policial?

Sorprende que cuantiosas mercancías, dígase, volúmenes inocultables de las mismas requirentes de dificultosa logística/movilización y que se trasladen sin objeción a través de las rutas en similar situación fronteril; ¿puede esto ocurrir con tanta frecuencia sin que organismos o quienes le conforman se percaten del hecho delictivo; quedan inconclusas las investigaciones sin caso juzgado?

En especial la apetencia al delito se centra en los productos Haier; pero sin desestimar el acto global a otros rubros, ¿será qué son magos los que hurtan? porque sus tamaños no son para nada escondibles.

La perplejidad invade a la opinión popular; anda dando vueltas a la cabeza para encontrar la lógica del ministerio al desbocado, desmedido y soez cuatrerismo económico y del cual sospecha preeminencie la complicidad; ¿qué cree usted, cree que sea posible que esta teoría tome carácter probatorio, o es que también a usted lo invade la duda de que hay hechos punibles inconsultos sin resueltos?

La impunidad se hace garante ante la desidia de las autoridades y mordisquea a la honradez, su disimulo se cubre del manto de la impuridad al cumplimiento de la ley; y es así, como la sociedad termina en anarquismo/caotización presta del desacato, se inhibe del rigor a que se debe como colectivo, disipa e insocializa el deber.-



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Omar Ignacio Pinto


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