Es la corrupción

Shhhhh…! Que le das de comer a la canalla. ¿Cómo se te ocurre denunciar el desfalco de ese Súper Mercal en plena campaña electoral? Deja la denunciadera, chica que esa conducta es sospechosa, Carola, me hueles a infiltrada... cuidadito, pues, que te estamos mirando, nosotros, los rojos rojísimos, cachuchita, franela y clavo…

Carola Chávez, Otros Silencios.

Es demasiado el descaro con el que funcionarios públicos cobijados por su identificación pública  como “Chavistas” se las arreglan para hacer todo lo contrario a lo que pregonan, y encima acusan de traidor o contrarrevolucionario a cualquiera que se atreva a siquiera llamarle la atención sobre lo impropio de su conducta, se “cuaimatizan” inmediatamente, descargando toda la furia y poder que poseen (poco o mucho) contra el que sea que los señale.

Es así como hoy dicen una cosa y mañana hacen otra, para pasado mañana presentarse  con su cara de prócer muy lavada a lanzarse a cuanto cargo de elección haya, o enquistarse en cualquier organismo que les permita su supervivencia política, económica y familiar (nepotismo del bueno camarada).

Pretenden que la gente es boba: “el pueblo no está preparado”, “hay que entender la coyuntura política”, “no es el momento oportuno”, son las frases que repiten una y otra vez a la hora de reinterpretar principios éticos y morales. Porque lo peor es eso, los carajos roban, se corrompen y corrompen a otros pero se molestan porque el pueblo se da cuenta de la vaina y se los reclama. Van quebrando un organismo y otro, y otro, dejando una estela de cascarones vacios atrás y un tufo tan nauseabundo como el de los contenedores de PDVAL, se sienten inexpugnables en su poder, hasta son premiados con cargos y posiciones dentro y fuera del partido de la revolución.

En algunos  casos hasta hacen co-gobierno con la oposición (Alcaldía de Arismendi dixit), repartiéndose las cuotas de poder y los contratos, avalados de manera grosera por los miembros de la cúpula del partido, quienes se encargan de tratar de enterrar cualquier protesta. Les aviso a cualquiera que anda despistado todavía: La Alcaldía de La Asunción es más fascista que cualquiera de las del Este de Caracas, lo único distinto es que le permiten al Alcalde anunciarse como Bolivariano. De mis conocimientos de educación primaria recuerdo que de la mezcla de rojo y amarillo resulta el color naranja, que en nuestro espectro político corresponde al MAS, un partido de derecha con nombre de izquierda, mi maestra no se equivocó.

Vuelvo a señalar que no es la oposición apátrida y sin ideas de colectivo la principal amenaza de este proceso, son el burocratismo y la corrupción las plagas que más daño hacen a esta naciente revolución. Duro con ellos, “aquí no hay vacas sagradas”.


cogorno1@gmail.com



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Arnaldo Cogorno M.


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