La culpa de la podredumbre es de Chávez. Y del PSUV

¡Qué tal, camarada! De nuevo tratando de aportar, como la mayoría, un criterio que trate, estimo, de apuntalar la revolución, brutalmente asediada.

No puede ser que tengamos que ver cosas horrendas, como lo que casi a diario nos perturba como simples ciudadanos y nos arrecha como revolucionarios.

No me refiero al asalto con asesinatos y prisión injustificada y vejaciones de todo tipo contra inocentes realizada por Israel.

Ni, pasada de horrenda, cuando no hay ningún tipo de penalización internacional contra ese terrorismo de estado, ni como los que han venido cometiendo apoyados principalmente por USA, campeones en ese estilo de terrorismo.

Guapos y apoyados, ambos Estados. Y con otros países poderosos inscritos en el mismo concierto de estupideces. Por supuesto, seguirán haciendo lo que les da la gana. Tienen atados a los gobiernos, primero a fuerza de dólares en ese concepto fracasado de comercio internacional, permitiendo cuidarles sus cuotas de imperialismo, o colonialismo.

Y segundo, generando apoyos incondicionales de países europeos por actos terroristas ejecutados por ellos mismos haciendo ver que son los árabes, todos metidos como de Al Qaeda, con Irán al frente. Y que ellos, USA, los respaldarán por actos en su contra.

“Tranquilos que ya estamos en Afganistán y en Irak. Tenemos fuerzas como arroz, o como corn flakes, regadas por todo el hemisferio. Y contando con sus involucramientos menores”

“Y para acá, en América, solicitamos nos protejan, con su acometida mediática, de los villanos Fidel -ya medio reducido- y de Chávez, con sus acciones pro-terroristas “en pleno desarrollo”, como el respaldo a las FARC, y a Irán, y a Corea del Norte, y a China. Y a Rusia -a la que ven todavía socialista-.”

No me refiero a esas aberraciones. No. Lo he repetido varias veces. No tenemos controles sobre el accionar de los funcionarios y, por ello, tenemos que calarnos las críticas que les hacen a sus errores.

En cada comunidad, en sitios de reunión, en oficinas, en bancos, en colas hasta en el cine, tenemos que soportar descargas como la ocurrida con PDVAL y medio patalear tratando de hacer hincapié en que valoren lo bueno que hacemos.

Los que trabajamos en asuntos de planificación en general, como los que simplemente tienen un poco de lógica, suponíamos que una empresa, más si depende de PDVSA nuestra empresa insignia en eficiencia (aunque los traidores del sabotaje lo nieguen), se tendría un programa integral de controles.

Con mayor razón en conocimiento de la burocratización ineficiente en más de ciertos casos, de las posibilidades latentes de corrupción, de donde nos excedimos de contaminación (tuetánica ahora) desde la IV.

Un programa que visualizara desde la solicitud de productos a importar (dólares de CADIVI) en función de las necesidades por los movimientos estadales de consumo; control de calidad y costos (comparados) en los países de suministros, fechas de pagos y de embarque, fechas de arribo a cada puerto, el almacenamiento y su tiempo, transporte y distribución.

Estos controles debían llevarse con un programa que permita trabajar fácilmente, rápidamente, preciso, más cuando se refiere al manejo de la distribución de alimentos, tal vez uno de los aspectos más delicados y sensibles a la opinión social.

Con mayor fuerza los controles del gobierno ya que estamos demostrando la sinvergüenzura fedecamarista de la escasez por acaparamiento. Y la gran cagada es que nos la descubren por olores nauseabundos de alimentos que se perdieron y no llegaron a bocas de los más necesitados. Y contendores y más contendores.

En mi casa no acepto que se pierda -por lo tanto reviso- ni un poquito de comida que sobró por cualquier motivo y se guardó en la nevera, siempre pensando que alguien con hambre pudo comérsela. Ni una fruta que se pudra. Imaginen cómo me siento.

Programa esquemático, en varias computadoras, hasta la de uso del presidente, con un informe diario de todos los involucrados y de cada uno de los movimientos.

Me permito recomendar que todos los transportes deban tener controles por GPS, satelitales, que revisen el recorrido de cada vehículo desde cada puerto, desde los almacenes intermedios. Puede ser por ciudades, por estados, etc.

Cantidad que sale, cantidad que se transporta y cantidad que llega a cada puesto de venta. ¿Cuánto se vendió) Control de inventarios, pues.

Esto no es nada complicado. Los controles son necesarios, más en este país (como en otros) donde hay el vivián parejo, revolucionario o no. ¿Por qué los venden los informales? ¿Cómo llegan a locales privados, clínicas y restaurantes inclusive?

La peor pregunta ¿Por qué se pudre?

Seguro que si se hubiesen puesto en práctica los controles no habría escasez en los anaqueles de los Pdval, Mercales, etc. y menos la irregularidad en el abastecimiento de esos centros. “¿Ha llegado aceite? No. ¿Cuándo crees que llega? No sabemos, nunca se sabe”. Lo he comprobado.

El no regular esta situación se traduce en una espera medio angustiosa. Todos moscas. Y en cuanto se enteran de que llegan el alboroto de pueblo atiborra las áreas exteriores con sol y hoy con lluvia.

Ahora con el título del artículo. Pensamos que Chávez, casi como lo hace, no puede supervisar todo. ¡Imposible! Tampoco sus súper ministros. Si atender un cargo es harto difícil como serán dos, y al implacable ritmo de Chávez.

Tal vez el presidente, pensando en su tremenda capacidad de trabajo y de pensamiento creativo, cree que sus más cercanos colaboradores son o debe ser iguales que él. ¡Imposible, también! No sobra tiempo. Además, tienen una familia que no deben descuidar.

Imagino que más de uno es recriminado por la esposa sobre el tiempo que le dedican a la familia. Que es por Chávez, por la revolución. Difícil que lo aprueben. Hay algunos casados con escuálidas. Peor aún.

Por ello siempre hemos abogado por las Contralorías Sociales. Cada día menos efectivas, si es que las hay. Formarlas, fortalecerlas, darles poder, que actúen donde haya que actuar. Tipo policía al llegar a cualquier oficina, del jefe que sea.

En varias oportunidades he propuesto la creación de Fiscales Integrales para vigilar y hacer cumplir leyes, reglamentos y decretos y con ello proteger todo el proceso. Y ayudar a formar ciudadanos.

Si controláramos el accionar de funcionarios públicos en diversos niveles les eliminaríamos las posibilidades de cometer actos de corrupción. En especial de alcaldes y gobernadores del proceso. O por no planificar; menos junto a las comunidades. O de no darles el poder que requieren. Lo más revolucionario de la Revolución.

Una anécdota. Soy ingeniero civil. Circulo por una vía que sería ampliada a 4 canales por el desarrollo habitacional y por la mayoritaria visita turística popular de fines de semana ya que va al río. A una “empresa favorita” le otorgaron el proyecto de ampliación, por FIDES, en un esquema perverso porque nunca se planifican recursos para estos fines, preinversión, y con ello amarraron la construcción. Situación que se hizo frecuente.

Todos los días observaba improvisación y mala ejecución. Metían una tubería, la sacaban, metían otra de un diámetro mayor. No compactaban adecuadamente el relleno, etc. Se lo participé a un arquitecto de la oficina de planificación de la institución y me sugirió que presentara un informe. Lo pensé, pero luego le dije que no me metería en ese paquete, seguro que saldría yo más rayado.

¿Culillo? ¿Cuidado? No sé. Lo siento, pero ahí está la vía mal hecha. Y de tres canales. Con daños en el asfalto, hundimientos, fallas de borde, etc.

Las calles dan pena por tantos huecos, las aceras también. Andamos esquivándolos. O reparando carros y tacones. ¿Quiénes se perjudican? Los usuarios chavistas, aunque resignados tienen que votar por quien diga el partido o Chávez; los opositores, acentuando la crítica mediática, y los indecisos o poco participativos en política alejándose de la revolución.

Cuando en el título menciono al PSUV, es porque en su conformación los principales dirigentes son aquellos a quienes les debiéramos controlar sus gestiones. ¿Qué hacemos?


edopasev@hotmail.com


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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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