23 de junio de 2025.- Donald Trump lanzó una serie de mensajes desde su red Truth Social que evidencian, una vez más, su estilo agresivo y chantajista en materia energética.
Dirigiéndose a los llamados "especuladores del petróleo", Trump advirtió: "¡Mantengan bajos los precios del petróleo! ¡Los estoy vigilando!", insinuando que cualquier intento por elevar los precios sería visto como un acto de "complicidad con el enemigo". La amenaza, aunque absurda, deja ver la lógica imperial del chantaje: el petróleo barato es un derecho divino de EE.UU., y quien lo cuestione debe atenerse a las consecuencias.
Minutos después, redobló la apuesta con otro mensaje, esta vez al Departamento de Energía: "¡Perforen, chicos, perforen! ¡Y digo ahora!" Una frase que recuerda a las viejas órdenes de guerra, sólo que ahora dirigidas contra la tierra y el planeta mismo. Desde el gabinete energético no tardaron en acatar la orden: su titular, Chris Wright, celebró la "robustez" de la seguridad energética estadounidense, agradeciendo al "liderazgo del presidente Trump".
Queda así al descubierto el modelo: amenazas públicas a quienes comercian libremente el crudo y órdenes directas para que su aparato extractivista intensifique la devastación ambiental, todo en nombre de una "seguridad energética" construida sobre el petróleo ajeno.
En tiempos en los que se denuncia a otros países por "desestabilizar" o "violar el orden mundial", la política energética gringa —basada en la coacción y el saqueo— continúa mostrándose impune y sin freno. Mientras tanto, los pueblos del Sur seguimos pagando el costo de su adicción petrolera y su diplomacia de pozos y cañones.