Violencia filioparental

Denunció a su hijo porque le gritaba e insultaba

Resolución de conflicto en buenos términos se trata de hacer en este caso de violencia filioparental

Resolución de conflicto en buenos términos se trata de hacer en este caso de violencia filioparental

Credito: Referencial

Las diferencias que tenía un hijo con su madre nublaron su mente y afectaron la convivencia en su hogar, lo que los llevó a un proceso de denuncia luego de que se desencadenara un ambiente de violencia también perjudicial para la tranquilidad en una comunidad del barrio El Guarataro.

La primer oficial del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (Cpnb) y miembro del Servicio de Policía Comunal de la parroquia San Juan, Joanny Gómez, contó a Últimas Noticias que la situación escaló a un episodio de agresión verbal del joven adolescente hacia su progenitora. La encargada de la sala de mediaciones dijo que el hecho ocurrido entre estas dos personas puso de manifiesto una problemática que lamentablemente no es ajena a muchas familias, donde las tensiones y conflictos pueden surgir en la convivencia diaria.

Si bien es normal tener discrepancias entre familiares, la madre, perturbada por los acontecimientos, decidió buscar ayuda. Se dirigió al módulo policial de la zona para denunciar que el muchacho le gritaba y la insultaba de una forma tan violenta que cada vez que ella buscaba llamarle la atención, en ocasiones- dijo la mujer- que llegó a temer que la agrediera físicamente porque golpeaba paredes y puertas.

En la sede del Servicio de Policía Comunal recibió asesoramiento y pudo formalizar la demanda. En el lugar, la oficial Gómez le propuso realizar una reunión con su hijo, lo que propiciaría el inicio de un camino hacia la resolución pacífica del conflicto.


Mediación. En la sala de resoluciones de conflicto de la parroquia San Juan se realizó el encuentro el día acordado por la funcionaria policial, quien envió la citación al joven a través de su madre. La afectada hizo un repaso por los hechos demostrando la preocupación que la embargaba.

El muchacho, una vez que su mamá finalizó el relato, expresó su molestia. Según él, su progenitora casi siempre estaba en su contra y lo regañaba mucho. No le daba permiso para salir y era muy estricta en casa. Tras estas revelaciones, la mujer precisó que si no lo disciplinaba, temía que su hijo se juntara con personas que no son de bien o que tomara rumbos peligrosos y dejara los estudios.

Los mediadores entendieron los miedos de la señora y los reclamos del muchacho. No obstante, a este último lo exhortaron a ser más comprensivo con su madre y no utilizar la violencia porque no es una forma efectiva para expresarse y le podía generar consecuencias mayores en el ámbito legal.

Le ofrecieron, además, una charla sobre las responsabilidades penales que pueden acarrear los adolescentes por actos delictivos y acerca de la importancia de evitar cualquier tipo de violencia contra las personas, especialmente contra su madre.

Compromiso

Los mediadores en el conflicto realizaron varias propuestas con el objetivo de enrumbar el diálogo hacia el desarrollo de un acuerdo. Entre éstas resaltaron la importancia de fortalecer los lazos familiares mediante la comunicación asertiva.

La mujer y su hijo aceptaron los planteamientos y firmaron el acta de compromiso en la que, además, quedaron reflejados otros puntos para un consenso que propiciará la convivencia en el hogar. De esta manera, los involucrados accedieron a no agredirse de forma verbal, psicológica ni físicamente, tampoco a difamarse o hablar a espaldas del otro con terceros y a evitar involucrar en el conflicto a otras personas.

Al muchacho le solicitaron mejorar su comportamiento, no gritarle a su madre y mucho menos dirigirle palabras soeces, también a que colabore con los deberes en casa y a manifestar de forma pacífica cuando se sienta mal. Entretanto, a la mujer le sugirieron escuchar más a su hijo y comprender cuáles son sus necesidades como joven.
Mientras, el cuerpo policial se comprometió con hacerle seguimiento al caso. Aclararon que si la mujer denunciaba nuevamente al joven, éste debería asumir consecuencias mayores por sus actos.

Normativas

La resolución de este caso fue posible porque los funcionarios del Servicio de Policía Comunal del Cpnb en la parroquia San Juan hicieron uso de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, en cuyo artículo 36 refiere que cuando un adolescente comete una infracción "la autoridad policial deberá dar aviso inmediatamente al Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Cpnna), a fin de imponerles las medidas de protección a que hubiere lugar".

Respondieron al artículo 13 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes que reconoce el ejercicio personal de sus derechos y garantías y el cumplimiento de sus deberes. Acotando que son sus padres y representantes o responsables quienes deben orientarlos en este proceso "de forma que contribuya a su desarrollo integral y a su incorporación a la ciudadanía activa".



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