15-01-14.-El presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, recalcó que el Estado debe evitar el vandalismo sin menoscabar los derechos de los ciudadanos
Monseñor Diego Padrón, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), manifestó que el proceso de pacificación que ha anunciado el presidente Nicolás Maduro “tiene que pasar por el desarme de los grupos violentos”.
Insistió en que no se puede “hablar de una política de desarme y dejar que los grupos violentos sigan armados”.
La declaración la ofreció durante la lectura de un comunicado de la CEV ante los sucesos que ocurrieron esta semana, y que fue avalado por el cardenal Jorge Urosa Savino.
En cuanto a las manifestaciones de calle que se han registrado esta semana, el clérigo subrayó que la protesta es legítima y constitucional, “y por tanto es un derecho de todos los venezolanos, que no puede ser ni criminalizada ni reprimida violentamente”.
No obstante, recalcó que el Estado debe evitar la violencia, sin menoscabar los derechos de los ciudadanos.
En cuanto a la supuesta desaparición de un grupo de estudiantes, dijo que desconocía este hecho: “En caso de que eso fuera verdad, el llamado es al respeto a la vida y a los derechos humanos”.
A su vez, el obispo auxiliar de Caracas, Jesús González de Zárate, opinó que en el país “hay signos de debilitamiento de la democracia”.
Comunicado
En el comunicado la cúpula del clero venezolano expresó su preocupación “por el creciente clima de tensión” en el país: “Como pastores de la iglesia, manifestamos nuestro deseo de contribuir al fortalecimiento de la paz entre todos los venezolanos”.
Asimismo, rechazaron cualquier tipo de violencia, “tanto en las manifestaciones como fuera de ellas, así como los excesos en la represión de las mismas”.
La CEV lamentó la muerte de tres venezolanos y apuntó que el derecho a la protesta, así como el derecho a la libertad de expresión e información, “son valores sociales imprescindibles para el ejercicio de una auténtica democracia”.
En el texto de señala que el uso de la violencia “como medio para imponer las propias posiciones, venga de donde venga, es moralmente inaceptable; exigimos una exhaustiva investigación y el castigo a los culpables, observando el debido proceso judicial”.
Según los clérigos, le corresponderá al Estado “atender los justos reclamos de los diversos sectores y ofrecer las condiciones mínimas para un diálogo social”.
Apuntaron que para que se logre un diálogo sincero, deben respetarse “las legítimas diferencias” para conseguir el bien común.
“Pedimos a los dirigentes de todos los partidos que alienten a sus partidarios a contribuir con su conducta y sus palabras a bajar las tensiones, al reconocimiento de los adversarios y la mutua reconciliación”.
Asimismo, la CEV exhortó a los medios de comunicación “a informar la verdad con objetividad y evitar la exaltación de la violencia”.
