Marramucias NaZionales

Marramuncias NaZionales

Caracas, 9 de noviembre de 2002

 

El lunes 4 de noviembre El NaZional, en la pagina C-8 de su edición impresa, publica una interesante entrevista que le hiciera Rubén Wisotski a Enrique Enríquez, talentoso escritor de la nueva generación venezolana.


Haciendo gala de un profundo sentido crítico, no desprovisto de un punzante sentido del humor (quién lo duda cuando concede la entrevista disfrazado de payaso), este joven escritor se refiere a la actualidad venezolana. De entre las muchas cosas que señala caben destacar estas.

Cara de payaso.

P. El vicepresidente del país ha dicho que lo que están haciendo los militares en la Plaza Altamira es una payasada. Suena despectivo ¿no? ¿Qué es para usted una payasada.

R. Lamentablemente todo lo que hace reír está mal visto por los intelectuales y por los grupos de poder. Yo creo que los payasos son gente muy seria. Su trabajo es algo muy serio. Para mi es todo un problema interpretar lo que está pasando en Venezuela. Déjame aclarar que creo que en este país hay por lo menos 20 millones de analistas políticos y que, por lo tanto, mi opinión no es ni importante ni necesaria. Pero si me la pides, te digo que yo no veo nada de lo que pasa aquí como una payasada. Esto es una tragedia.

P. ¿Lo de plaza Altamira es una tragedia?

R. Lo que está pasando en esa plaza es muy interesante, porque demuestra una vez más que este país, que no es civilizado, es civilista. Creo que este es el único país del mundo donde los civiles defienden a los militares. Es muy raro todo. Los militares que están allá cobran un sueldo, ¿no? Pero las amas de casa que los aplauden no. Del otro lado tampoco se ven claras las cosas. Y es que todos los venezolanos tenemos la neurosis esquizofrénica desatada: sabemos que los militares nunca fueron la solución, pero siempre esperamos que nos salven. Todos esperamos ver en un militar a Batman cruzando el cielo con su nave y salvándonos de la desgracia...

¿Ves?, yo podría asegurar, como otros, que el venezolano ha perdido su sentido del humor. Nadie puede hacerlo a conciencia. Y hay que prestar atención a esto, ya que el humor se utiliza para entender civilizaciones. Es algo clave. El humor habla de cómo son las civilizaciones. A mí me sorprende que de dos a tres años para acá haya comediantes que basen su carrera en imitar, por ejemplo, a Marta Colmina o al Presidente. Quizás antes vendían pollos, pero ahora son comediantes porque ponen cara de Marta Colomina. Quizás es un gran mérito, quien sabe, sobre todo si se la pueden quitar a voluntad (Risas).

Boca de payaso.

P. Y si ahora fuera un payaso a la plaza Altamira y se pronunciara, o fuera a la reja del Palacio de Miraflores y manifestara su apoyo al presidente, ¿qué pasaría?

R. Se caería todo, porque nos creemos muy serios. Este es un país que se toma muy en serio. Este país es muy extraño: no creemos serio al de enfrente, pero nosotros nos juramos serios, muy serios. Y cuidado, creo que lo que está pasando en el país es muy importante. Pero mira las marchas. Esas grandes concentraciones de personas, las cuales no desacredito ni desvaloro como estructura de protesta, capitalizan nuestro amor por el bonche. Para ir a una marcha no hay que leerse un tratado político, y hasta hace poco no había que firmar nada. Solamente ibas y ya, estabas ahí, entre la gente, con los amigos. ¿Qué se comenta al día siguiente de una marcha? «Mira, vale, estaba todo el mundo». Como si fuera una fiesta, como si uno hubiera ido a una fiesta, como si uno hubiera resuelto el problema de sus relaciones sociales en una mañana. En una marcha funciona a la perfección ese ver y dejarse ver.

P- Entonces según se puede interpretar de sus palabras más que hablar de payasos deberíamos hablar de un circo entero.

R. Aquí están todos. Pero, ¿quién es qué? Este es un país de fieras buscando un domador. Nos la pasamos buscando alguien que a punta de látigo nos coloque en nuestro sitio. Pero, eso sí, tenemos salidas maravillosas cuando nuestros actos no nos salen bien: «No se pudo». ¿Qué quiere decir «no se pudo»? ¿Qué es «no se pudo»? ¡Por favor, es «no pudimos»! El «no se pudo» es como dejar las cosas a voluntad de Dios. Nosotros mismos nos saboteamos.

[...]

Pinta de payaso

[...]

P- Siendo así, hay chistes hasta el infinito (antes había afirmado que los chistes se construyen cuando la gente se ríe): basta que nos miremos como sociedad en el espejo.

R. Sí, me parece bien. Es bueno reírse de uno mismo. Nos reímos mucho del señor Presidente, pero quizás él no sea realmente nuestro problema. Tal vez somos nosotros. Yo creo que aquí todos tenemos una responsabilidad, no solamente el Gobierno, las instituciones o los partidos políticos. Y si así es, ¿quién se ríe de uno mismo? Que el día no funcione no es responsabilidad únicamente del Gobierno. Nosotros mismos generamos nuestra calidad de vida. Nosotros, todos los días, somos los que decidimos cuál va a ser nuestra calidad de vida. Y todos los días nos ponemos de acuerdo y decidimos que esa calidad de vida va a ser horrible. Así mañana, y mañana, y mañana...

P- El venezolano salta com los grandes trapecistas: sin red debajo.

R. Si, somos valientes. Bueno, yo diría que la mitad valor y la mitad inconsciencia. Aquí todo el mundo está apostando a que el señor se va mañana y regresa el país de jauja. ¿Qué país de jauja? ¿Dónde estaba, que yo nunca lo vi? Y aparte de eso, si el señor se va, ¿acaso con su partida va a desaparecer toda esa gente? ¿No va a haber más Freddy Bernal o algo que se le parezca? ¿Y quiénes se van a quedar? ¿Volverán los Paciano Padrón o algo que se le parezca? ¡Qué extraña ilusión! [risas] Dime, anda, dime que no somos un país extraño.

P. ¿Cuál es el mejor momento para convertirse en payaso?

R. ¿En Venezuela? ¡Ya!


Impactado por lo que había leído decidí bajar la entrevista de la pagina Web de El NaZional.

¡Oh sorpresa! Al primer intento la pagina se negaba a ser abierta y cuando, dos horas después, pude al fin abrirla me consigo con que la pagina C-8 (es decir la pagina de cierre del cuerpo C) no existía. Para corroborar lo dicho he aquí la reproducción de la pagina impresa en pantalla.

Obsérvese también que la reproducción la hago el día 6 de noviembre, por lo cual de manera definitiva para los internautas esa entrevista nunca se realizó. Deduzco que a El NaZional no le importó que a los pocos lectores que aún le quedan leyesen las declaraciones de Enríquez, pero sí le preocupaba que la misma estuviese al alcance de un público mucho más amplio que a diario consulta la versión on-line y que se enterasen que aquí hay gente «bien» que cuestiona a sus pares. Y en un gesto de magnanimidad para con El Nacional, también llegué a preguntarme si la omisión de la entrevista no tendría por causa preservar a Enrique Enríquez, quien debe tener su público en Miami, y evitarle inconvenientes por aquellos lares. Ya sabemos lo sensibles que son los «Westonzolanos» y la facilidad que tienen para darle «bola negra» al más pintado. Ni que decir de alguien que se haya atrevido a cuestionar a la Colomina, a los «cómicos» imitadores convertidos en adalides de la democracia, a lo que pasa en la Plaza Francia, o que ponga en duda el país de jauja que añoran, y que se atreva a decirles que los únicos culpables de sus males son ellos mismos y no el presidente Chávez, como a diario no se cansan de afirmarlo. No digo que le den «bola negra», es que lo llevan amarrado a la «Pequeña Habana» para ahorcarlo, sin fórmula de juicio, de una farola del alumbrado público. Y digo a la «Pequeña Habana» ya que los cubanos del exilio no estarían dispuesto a dejar de darse ese gustazo.

Pero hay más.

El 6 de noviembre, es decir, dos días después del acto de prestidigitación reseñado, en la pagina B-8 de la edición impresa aparece la noticia del viaje de Steven Spielberg a Cuba, y su entrevista de 8 horas con Fidel Castro (el periódico fue escaneado, como se muestra a continuación).

Lo del tiempo que duró la entrevista es lo de menos, ya que el «lomito» de la noticia está en que el director de cine norteamericano declaró:

—Considero que este embargo debe ser levantado... No tiene razón que mi país comercie con China y con Corea del Norte, pero no con Cuba.

Pero asimismo señaló que las ocho horas pasadas en compañía de Fidel fueron las ocho horas más importantes de su vida.

En rueda de prensa, efectuada al día siguiente de su encuentro con Fidel, tambien declaró:

—Espero que mi visita, junto a la que han efectuado otros embajadores de la cultura, sea una señal bien clara de que queremos una interacción más amplia entre la comunidad creadora de Cuba y la de Estados Unidos.

Y de nuevo voy a la pagina Web para bajar la noticia. Y de nuevo el acto de prestidigitación, la noticia desapareció de la pagina y en su lugar se colocó una propaganda. Aquí está la prueba de lo afirmado.

Y esta vez sí que no me cupo la menor duda del motivo de este nuevo tour de force. El NaZional no podía permitir que sus amigos cubanos de Miami se enterasen de que en su páginas se estuviese publicando algo que favoreciera a Fidel Castro, tanto más que no fue un Don nadie quien así se expresó. Y para más «Inri» la noticia venía certificada por DPA/AFP, y no por Prensa Latina. Ergo, ninguna duda en cuanto a la credibilidad de lo reseñado. El NaZional no puede darse el lujo de dejar de recibir las «ayudas» en dólares, que no me cabe la menor duda recibe, de los «hijos» y «nietos» de Mas Canosa. Y vaya usted a saber si también de algún fondo secreto ad hoc que Jep Bush, el flamante reelecto Gobernador del Estado de Florida, pudiera tener abierto para contribuir con aquellos que están siguiendo las instrucciones que se les pauta desde alguna secreta, y no tan secreta también, oficina muy cercana al neo «Cesar Imperator».

Lo cierto es que después de comprobar estas marramuncias uno lo que siente es un profundo disgusto, tanto más que ellas no son más que la negación misma de los principios deontológicos que debieran ser el Norte de un medio de comunicación social. Disgusto que deviene en rabia ante la impotencia que uno como lector del periódico siente al no poder evitar esos abusos. Y de tratar de hacer algo, verse entonces calumniado, sin derecho a réplica, por el «Comité editorial» de El NaZional, quien no habrá de dudar en calificar la rabia como desquiciamiento mental, y al reclamo como la más abyecta expresión de fanatismo.

Pero como dicen por allí, a cada cochino (que me perdonen los cochinos) le llega su San Valentín.



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Juan Vicente Gómez Gómez


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