Aproupel y el juego de la partidocracia tradicional

De llegar a leer esto muchos se echarán a reír. Y bien está que así sea. Como podrán recordar los asiduos de la revista Selecciones del Reader’s Digest la risa es remedio infalible; y la verdad es que, dicho sea de paso e inversamente, algunos afiliados a la Asociación de Profesores de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador del núcleo Luís Beltrán Prieto Figueroa de Barquisimeto (APROULE-IPB) causaron hilaridad o risa hasta echar las tripas, además de vergüenza ajena. Unos porque ya de por sí desbordan siempre en sus locuciones innegable sentido del humor y otros llanamente como dice Roberto Malaver porque son “humoristas indirectos”, por ejemplo quienes reparten papelitos con sus respectivas opciones electorales a todo el que llega a la puerta del recinto como si ya cada quien no tuviera tomada su decisión previamente o fueran idiotas de solemnidad; también están aquellos que causan pena ajena, verbi gracia los bipolares: que, por una parte se proclaman adherentes del Socialismo del Siglo XX pero por otro lado pactan impúdicamente con adecos y copeyanos puntofijistas, de quienes se consideran aliados en la práctica dentro del contexto de la organización universitaria. También aparecieron otros “revolucionarios” o que verbalizan ser tales pero organizaron otra plancha para presidir ese gremio docente también con adecos y copeyanos antichavistas furibundos pero dizque disidentes de los primeros, (de allí que hubo dos planchas: 1 y 2 de donde estos últimos sacaron una consigna de pretensión pluralista) En realidad, tal cual decía en otro contexto el geólogo Domingo Rodríguez en sus clases y excursiones respecto de de ciertos alumnos aprovechados, que son como los zancudos; y de los peores: los zancudos patas blancas o también sucede que estos chavistas medios pendejos o medios vivarachos, yo no sé, son como el cachicamo, a saber que en última instancia trabajan para unas lapas de la peor especie y no en función del proyecto revolucionario del Presidente Chávez sino su contrario: desarrollar un proceso inverso de restauración cuartorepublicano. No en la función de la refundación de la república y también de una nueva universidad. Prendidos de la nostalgia viven como si todo tiempo pasado fue mejor.

Pueden reír también a mandíbula batiente en los siguientes párrafos, a saber que al ejercer el sufragio, se pueda además realizar una especie de observación participante, recordando a Orlando Fals Borda y a Baudrillard por aquello del simulacro que supone el voto como único medio para la participación y el protagonismo con planchas cerradas al mejor estilo de la cuarta; de donde se tiene que del primer autor se concluye que la descripción de una experiencia no tiene que ser necesariamente objetiva o de especial rigor matemático; porque además como dice Arjona en un verso especialmente luminoso: de qué vale contar tanto si la ecuación siempre es la misma…( la misma miasma). Esto es, desde buen tiempo a esta parte las fuerzas del chavismo no ganan una elección en el seno de la universidad venezolana. ¿Tendrá que ver esto con el hecho de que las políticas públicas en educación no se expresan con nitidez en la comunidad universitaria? ¿Será también porque los grupos de la revolución nunca han elaborado una opción con identidad claramente perfilada o revolucionaria sino con alianzas desdibujadas?

Son preguntas que como toda observación están cargadas de valores y siempre es la vista desde un punto como dice Leonardo Boff, son ingenuas y aventurar respuestas compromete también las interrogantes y la vida misma como dice García Morente; por tanto el relato siempre está en relación al enfoque que se adopte, que en este caso es el introspectivo vivencial en un momento de inflexión para una comunidad universitaria, la cual hace parte de un sistema general. El cual, dicho sea de paso, como todo sistema humano no es lineal. Al contrario suele ser dinámico y que en un momento como son unas elecciones gremiales comportan una inflexión, repetimos o que también se podría decir siguiendo a Martín García (en Nuevos tiempos: organizaciones y planificación. Uny 2003) muestran un atractor marcado por la interacción el cual lleva el sistema al límite a fin de buscar nuevamente su legitimación en la conciencia de quienes tienen membresía en él.

Ergo, si la participación en el evento gremial en el IPB fue por el orden del 73% del universo electoral (diario El Impulso 24 de enero de 2010) no cabría dudas sobre su legitimación pero ¿cómo quedan entonces las otras nuevas formas nuevas de organización de los trabajadores que prevé la nueva Ley de educación de agosto 2009? ¿Qué no son procesos vinculantes? ¿Por qué la impresión entre varios compañeros de que la contienda gremial de aproupel-ipb parecía una convención de las viejas cúpulas partidistas? ¿Será que como dice un compadre (y compadrito) que ello obedece a que la upel es un diseño de esas organizaciones adeco-copeyanas y su estructura matricial imita tales estructuras agotadas? Además de que constituye en estos momentos uno de sus últimos reductos de los viejos partidos.

Estas concurridas lecciones gremiales, a parte de legitimar tal instancia como representación de profesoral dirigido por un sector de la partidocracia tradicional, permite inferir que las fuerzas revolucionarias, o lo que se considera por tal, a parte de ser minoría se lía en alianzas (caso ipb) que, para citar un lugar común son contra-natura ideológicamente. Es como si pensaran gravitar como partículas en estado de entropía máxima pensando en que llegará un momento donde ese universo oposicionista de antichavistas sensibles se detendrá, como diría Sorián por una iluminación interior y dará lugar a una realidad inversa; a saber un evento, poco probable por metafísico y típico de la patria boba, donde los factores de la revolución dominarían el gremio y la universidad misma…

Lo cierto es que en la UPEL-IPB todos acudimos a sufragar como blancas palomas, rumorosas y gremiales, poniendo la vista en quiénes de los ancianos que acuden a las plazas electorales ofrecían mayor cantidad de migajas de pan; o como en cierta teoría griega de que el lugar del pensamiento se localiza en el estómago. Ergo, todos somos gana pan (panes peculiam), sólo que algunos creen que no solo de pan vive el hombre. Hay otros ideales.

luissaavedra2004@yahoo.es


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Luís Saavedra.

Docente, Trabajador popular.

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