La revolución y el comercio

Hoy Colombia le pide a la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO, que interceda ante Venezuela porque más de 1.300 millones de dólares dejan de entrar a ese país producto de las ventas a Venezuela y entre muchos productos estaban los vehículos que aquí en las ensambladoras no producían como parte de la guerra política que vivimos desde hace diez años. También al territorio patrio llegan cantidades de mercancías importadas con dólar oficial pero que son expendidas a dólar libre cuyo monto sale de la gana de cada uno de esos iluminados que pueden hacer esa operación come y después entra en el juego toda la cadena, hasta el último vendedor.

Un kilo del pescado más famoso del Orinoco, el morocoto, cuesta hoy, en la orilla del rio, entre 25 y 30 bs.f, como vemos está más caro que un kilo de carne de primera y tres veces más del costo de la que vende Mercal y Pdval. Y en un restaurant, al lado del mismo rio, un plato de ese pescado no baja de 33 bs.f. y una sopa en 20 bolos. Claro, el kilo de verdura ronda los 8 bs.f y lean esto, aquí en Guayana, una sopa de mondongo cuesta 20 bs.f.

En un supermercado de Puerto Ordaz, una cadena, solo aceptan cheques cuando el monto de la compra supera los 500 bs.f. y a la vez este mismo comercio que posee una línea de farmacias, el mes pasado vendió una caja de Diclofenac en 3.599 y ayer el precio de venta estaba y está hoy, lo más seguro, en 8 bs.f.

Ese comerciante organizado y en cuyos establecimientos consigues los rubros con precios establecidos por ley, masacran al consumidor, es decir, a la gente, a la del pueblo, la que tiene dinero y la que no tiene, la que solo compra allí o en otros comercios con esa categoría y los que lo hacen solo porque no tienen tiempo para ir y meterse en la colas de los mercales o pdvales. Y si Ud., el que vive en el barrio no puede salir de su sector a unos de estos grandes comercios tiene que morir en manos del bodeguero que no tiene fuerza ni corazón y vende con porcentajes altos.

El propio gobierno, a través de una empresa como Movilnet no mira hacia abajo y ni siquiera teniendo más de 13 millones de usuarios baja el costo del minuto. Peor aún, eliminan la entrega de premios como los daban por medio del Club Amigo Cantv y así, en esta ciudad una sola oficina atiende los males por los que pasan cada usuario, por una u otra razón.

Esta Movilnet, por cierto, le siguen dando millones de bolívares a los empresarios del beisbol que cada día maltratan al fanático con los altos precios de las entradas. Tienen propaganda en toda la prensa regional, la de aquí y de cada uno de los 23 estados y hasta en un canal internacional, que se ve por cable, aparece esta empresa promoviendo alguna actividad netamente capitalista. Se imaginan toda esa cantidad de dinero que invierten en publicidad en manos de los Consejos Comunales, o de una escuela o de una universidad para construir canchas o colocarle techos a las que ya existen, para crear bibliotecas, remodelar escuelas, laboratorios de computación y pare de decir que se puede hacer.

El enemigo de la revolución no solo es Obama, o Aznar, o Felipe González, o Tony Blair, o la prensa española, o la mundial, la radio o la televisión, la oligarquía y la “sociedad civil” sino que está plasmado en la figura de INDEPABIS y de todo aquel funcionario que no cumple sus responsabilidades en cada área del quehacer del país y este de la especulación, del abuso, de la ironía, del sarcasmo del ser humano, es quizás el peor porque el hombre es enemigo del hombre, a muerte.


ajvmederico@hotmail.com


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Antonio Valdéz Mederico


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