Honduras, PDVSA, Mitsubishi, frentes de combate obrero y popular

En el plano internacional la nota resaltante es la vuelta del presidente derrocado de Honduras “Mel” Zelaya a su país, lo cual realizó por los caminos verdes, dejando al gobierno de Micheletti “con los ojos claros y sin vista”. Es muy temprano para decir si dicha vuelta fue o no apoyada por el gobierno norteamericano, el cual declaró que la acción lo agarró de sorpresa, pero quien quita si tan solo es un disimulo para no acelerar la descomposición del gobierno de facto.

Como era de esperar, la noticia corrió rápidamente por todos los oídos del pueblo, lanzándose éste a la calle a tratar de reconquistar el hilo constitucional. En un acto como desesperado, el gobierno de Micheletti rodeó rápidamente la embajada de Brasil, inclusive cortando la luz y el agua, en una acción que viola todos los acuerdos internacionales y lanzó una fuerte represión en contra del pueblo manifestante, que no le ha dado tregua desde el momento mismo del golpe.

La fortísima represión ya ha causado centenares de golpeados y heridos, así como, a la hora de escribir este editorial, se habla de por lo menos tres muertos. Los centenares de detenidos, como en la vieja escuela de Augusto Pinochet, eran trasladados a un estadio de futbol. La represión desatada como medida desesperada de la dictadura no la va a frenar gobierno burgués alguno, sino la fuerza organizada adecuadamente del pueblo hondureño.

La hipocresía de la OEA, se expresa cuando los gobiernos latinoamericanos se esmeran en solicitarle a la “dictablanda”, así como al pueblo que lucha por sus libertades democráticas, que tengan moderación, como si fuese el pueblo el culpable de la violencia. Los EEUU están tratando de revivir el “Acuerdo de San José” que fue rechazado por los golpistas y que en el momento de entrar a Honduras, se dice que Zelaya rechazó sus términos. Los EEUU ven en este acuerdo la salida para evitar un desborde insurreccional de las masas hondureñas y de allí sus esfuerzos porque se aplique.

Todo apunta a que la vuelta de Zelaya tiene que ver con una acción tendiente a ponerse a la cabeza de las movilizaciones populares, que desarrollándose sin descanso, no han permitido estabilizar al gobierno golpista y su proceso electoral, que en medio de un creciente deterioro económico y desabastecimiento de productos, pudiese generar una mayor radicalización de las movilizaciones, cuestión no deseada por la burguesía hondureña, el imperialismo, ni las burguesías latinoamericanas.

Pudiéramos estar frente a los días finales del golpe, lo que implicaría una derrota para la burguesía hondureña que al apoyar a los sediciosos, pretendió evitar un mayor desarrollo de la capacidad de lucha del pueblo y sentar las bases para una ofensiva en Centroamérica y el resto del continente latinoamericano. Todo apunta a que la inevitable caída de los golpistas, se convertirá en un nuevo elemento de radicalización de las masas hondureñas y en la moralización de los pueblos de América, que verán en esto una derrota del imperialismo norteamericano y sus lacayos en el continente.

PDVSA – MITUSBISHI: DOS PELEAS DE LA CLASE OBRERA

Mientras el pueblo hondureño libra importantes combates en todas las ciudades, por la restitución del hilo constitucional y la realización de una Asamblea constituyente, en nuestro país, los hechos más importantes se desarrollan en el seno del movimiento obrero con un enfrentamiento abierto con la burocracia del gobierno (elecciones en PDVSA y las suspensiones de los dirigentes sindicales en la Mitsubishi, por decisión del Ministerio del Trabajo). En ambos casos se expresa con claridad lo que es una política gubernamental que busca frenar al movimiento obrero que se le escapa de las manos y el fortalecimiento de una tendencia a defender al capital privado frente a la conciencia de los trabajadores y no simples errores, o un problema de que la voz de los trabajadores no llega a las máximas alturas del gobierno. No se trata como algunos compañeros dicen de manera equivocada, que se trata solamente de la actuación de un sector de la burocracia reformista roja rojita. En ambos casos se trata de una misma política que tiene su diseño en las más altas esferas de gobierno, el cual se empeña en “servir a dos señores” con resultados bien parcializados en la defensa del status capitalista y sus principales beneficiarios (el capital privado), como no puede ser de otra manera.

En la lucha de los petroleros por hacer respetar la autonomía e independencia sindical y sus derechos contractuales, todo nos dice que el gobierno va a obtener una tremenda derrota a manos de la plancha 1 – 20, que encabeza el camarada José Boda. En el caso de la Mitubishi, el primer round lo ha ganado el gobierno en beneficio de la multinacional japonesa, que baila en una pata, pero las fuerzas clasistas del movimiento obrero, con el sindicato SINGETRAM a la cabeza, organizan sus fuerzas para responder a nivel nacional y revertir este golpe que pretende quebrantar la capacidad de lucha no solo de los trabajadores de la Mitsubishi, sino la de los trabajadores del sector automotriz y los del estado Anzoátegui.

En esta batalla que tenemos la obligación de librar, es muy importante tener en cuenta la experiencia de los trabajadores de SIDOR el año pasado, que lograron voltear toda la política gubernamental encabezada por el ex ministro José Ramón Rivero, el cual al final quedó destituido del cargo y los trabajadores se alzaron con su contrato colectivo como premio a su tesón y combatividad. También hay que tener en cuenta la larga batalla de los trabajadores petroleros, quienes durante meses han combatido las pretensiones del Ministro Rafael Ramírez a nombre también del gobierno, de imponer una directiva a la Federación sindical (FUTPV), defendiendo la autonomía e independencia sindical.

En esta nueva pelea de los trabajadores de la Mitsubishi, hay que desarrollar todo el potencial acumulado de las últimas batallas, donde se logró convocar a dirigentes vecinales, militantes del PSUV y a los sindicatos del estado. La convocatoria a todos los trabajadores de país, puede ir en este sentido y su resultado puede ser un nuevo salto cualitativo para las luchas de todos los trabajadores que venimos sufriendo los efectos de la crisis capitalista y de las primeras medidas dictadas por el gobierno en febrero, que no tienen nada de socialistas y que por los vientos que soplan van a ser reforzadas por todo un segundo paquete del mismo tenor.

Desde el equipo El Topo Obrero, desde un principio sumamos nuestro apoyo a la lucha de los trabajadores petroleros en la búsqueda de una importantísima victoria, apoyando la plancha 1 – 20, haciéndoles alguna propuesta que fortalezca su programa (objetivos) de lucha como es la necesidad de impulsar el control obrero en PDVSA como forma de combatir a esa burocracia que golpea a nuestros trabajadores petroleros y sienta las bases para el debilitamiento del potencial de producción de nuestra principal industria. Ahora, frente a la medida de suspensión de 11 dirigentes sindicales de Mitsubishi, nos colocamos nuevamente al lado de los trabajadores y trabajamos en nuestros frentes de lucha, por crear un gran movimiento político sindical nacional que derrote el accionar del Ministerio del Trabajo y a su beneficiario la multinacional imperialista Mitsubishi, tal y como lo derrotamos el año pasado en los combates protagonizados por los sidoristas, cuando se pretendía favorecer a la multinacional ítalo argentina Techin.

LA CRISIS ECONÓMICA, EL NUEVO PAQUETE Y LA CLASE OBRERA

Estos ataques que se vienen produciendo contra el movimiento obrero, se dan en medio de la crisis capitalista internacional, cuyos efectos se vienen sintiendo con creciente fuerza, sobre todo porque los empresarios privados no se han cohibido en hacerla recaer sobre las espaldas de los trabajadores. Pero es que así mismo, el gobierno desde el mes de febrero cuando oficializó su primer paquete de medidas económicas, decidió que la orientación de sus medidas iba en defensa de las relaciones capitalistas, manteniendo en disminución, las políticas de reforma que le han dado sustento social frente a la oposición golpista. Disminución del gasto público, con sus efectos sobre el empleo en las instituciones del estado; Aumento del IVA en 3 puntos, con el consiguiente aumento de los precios; Endeudamiento público con la banca privada, por un monto de 15.000 millones de dólares, lo que implica a mediano largo plazo, menos inversión en salud, educación, empleo y cultura; y ahora nos anuncia otro paquete, de 54 puntos, que por lo que se asoma, va en a misma tónica de las anteriores medidas y una de las cuales es la aceptación de una devaluación real de la moneda, que beneficiará a los sectores exportadores de la empresa pública y privada, pero no a los trabajadores ni al pueblo.

La crisis económica, continúa su curso. La velocidad con que se desarrolla se ha desacelerado, pero el aumento del desempleo en las economías de los países imperialistas continúa creciendo y ello implica afectación del consumo de bienes, servicios y energía. Esto es mala señal para un país que vive de la exportación de energía.

Algunos “optimistas” nos dicen que aunque la crisis continúa, ya se ve la luz al final de túnel, pero no nos dicen que esa luz es tan débil, que el pueblo seguirá pagando con una mayor precarización del empleo y una disminución del salario real, aparte de que las empresas nacionales y extranjeras, van a intensificar sus ataques a los derechos laborales para disminuir sus costes de producción que le permitan competir adecuadamente entre sí. Y en esta competencia, los que pagamos, somos los trabajadores.

Es aquí donde la lucha en PDVSA por la autonomía e independencia sindical cobra importancia. Los sindicatos son la primera herramienta de lucha contra la crisis que asume la clase y por ello también son el primer objetivo de los capitalistas. Es aquí donde es sumamente importante la defensa que podamos presentar a nivel nacional de los trabajadores de la Mitsubishi, pues el objetivo de la suspensión aplicada por el Ministerio del Trabajo y las 156 calificaciones de despido que han sido introducidas, es destruir la capacidad de lucha de un sindicato que ha sido abanderado en los combates contra la profundización de la tercerización, y por los derechos contractuales. La Mitsubishi, con apoyo del Ministerio del Trabajo, intenta aumentar la explotación de sus trabajadores y para ello necesita quebrar, destruir la organización de estos, representada en sus cuadros sindicales.

PDVSA y Mitsubishi no son los únicos combates sindicales que se están desarrollando en Venezuela. Tan solo son los de más relevancia en estos últimos días. Pudiéramos mencionar la lucha de los trabajadores de la energía eléctrica por su contrato colectivo, la de los trabajadores de MERCAL, la de los portuarios, empleados públicos, los trabajadores de IOSA Y GLASVEN en Barquisimeto, etc. Formar un frente unitario contra las suspensiones y las calificaciones en Mitsubishi, es una tarea de primer orden. Derrotar la crisis capitalista y las medidas económicas que favorecen el capitalismo, tienen un fuerte encuentro en PDVSA y Mitsubishi. Los trabajadores de todo el país, no podemos eludir esa cita.

La lucha del pueblo hondureño por la reconquista del hilo constitucional y la convocatoria de una Constituyente, está unida a los intereses de la lucha de los trabajadores de PDVSA por la autonomía e independencia sindical, su contrato colectivo y el control obrero de la industria y a la de los trabajadores de MITSUBISHI en defensa de su sindicato, como herramienta de lucha antipatronal. Sus victorias, serán las de todo el movimiento obrero.

LA CRISIS CAPITAISTA NO LA PODEMOS PAGAR LOS TRABAJADORES.

LA CRISIS CAPITALISTA LA DEBEN PAGAR LOS EMPRESARIOS.

DERROTEMOS LA REPRESIÓN EN HONDURAS.

POR EL DERROCAMIENTO DE LA DICTADURA MILITAR, EL REESTABLECIMIENTO DEL HILO CONSTITUCIONAL Y LA CONVOCATORIA DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE EN HONDURAS.

CONQUISTEMOS LA VICTORIA EN PDVSA Y EN MITSUBISHI.

POR EL FORTALECIMIENTO DE LA CAPACIDAD DE COMBATE DE TODOS LOS TRABAJADORES DE VENEZUELA Y AMÉRICA

CSR - EL Topo Obrero

eltopoobrero@yahoo.es,


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Ricardo Galindez El Topo Obrero

Militante y dirigente revolucionario y sindical del Topo Obrero y la Corriente Socialista Revolucionaria (CSR)


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