Problemas revolucionarios

No son gobiernos de masas, obrero o campesino, que presida la lucha del pueblo por su independencia política, para que avance, para mejorar la relación de fuerzas y, con ello alcanzar los objetivos socialistas. Para eso hay que presentar una ideología de unificación y fortalecimiento de un gobierno proletario regional.

La evolución capitalista da lugar a un movimiento obrero que no es, evidentemente, creación del grupo intelectual. El obrero nunca pidió el apoyo de los intelectuales pero los intelectuales invadieron la política obrera. Tenían una importante contribución que hacer, dieron una expresión verbal al movimiento, le suministraron teorías y consignas como la guerra de clases y con ella cambiaron su significado con un caudillaje intelectual.

La conciencia del obrero cambio de significado porque los intelectuales radicalizaron el movimiento obrero, olvidándose del campesino, pero dando a los obreros con orientación burguesa en los sindicatos, una orientación más revolucionaria. Orientación que la mayoría de los dirigentes tomaban en un inicio a mal.

Pero continua la distancia entre ellos dos, al escuchar a un intelectual el obrero se siente casi invariablemente separado de el por un abismo infranqueable del conocimiento y experimenta una desconfianza terminante hacia el intelectual. Para establecer una relación con los dirigentes o políticos no intelectuales, el intelectual tiene que conducirse en una dirección completamente innecesaria para el grupo de intelectuales ya que no puede hablarles con la crudeza que da parte de la verdad.

El intelectual con el movimiento obrero nunca ha tenido autoridad, tiene que hacer la del imbecil, para evitar que lo manden a la mierda, así, el intelectual tiene que prometer, adular e instigar a las alas izquierdistas y las minorías resentidas, defender casos dudosos, declararse prácticamente a obedecer. De tal manera que, aunque los intelectuales no han creado el movimiento obrero, lo han configurado de una forma que difiere sustancialmente de lo que habría tenido sin ellos.

En la fase actual, los gobiernos revolucionarios poseen una doble función: En primer lugar, ofrece una lucha parcial a la perspectiva revolucionaria y no facilita la consigna de las masas a ese nivel. No hay conciencia porque no hay ideología para las reivindicaciones económicas y sociales, es decir, no se ha enseñado a fomentar las iniciativas revolucionarias desde la masa. El sectarismo oficial evita que los pueblos piensen políticamente hacia los socialismos.

En segundo lugar, los gobiernos, sus funcionarios, por celos, discriminación, producto del sectarismo que hacen gala como elite gobiernista, no son un instrumento para acelerar la ruptura de las masas con las corrientes conciliadoras del neoliberalismo, que permita desenmascarar la política burguesa dentro de los propios gobiernos con el capitalismo.

No hay una consigna verdaderamente revolucionaria, por lo tanto, no puede haber revolución solo con los lideres y unos cuantos mas. No se tratan los problemas políticos, sociales y económicos a profundidad, se resuelven si, conforme aparecen, y, eso no puede ser planificación, peor eficiencia administrativa.

Los pueblos se movilizan por reivindicaciones específicas que tienen que ver con sus condiciones de vida material. No lo hacen por ideología revolucionaria, por los derechos democráticos y para resolver amplios problemas en conjunto como masa, como pueblo unido no saben cómo hacerlo, caso Honduras, porque la indiferencia revolucionaria es palpable. Falta una visión proyectada a largo plazo. Eso le permite a los gobiernos, utilizar los eternos problemas con el imperio como anillo al dedo, porque a mas de ser reales, disimulan la ineficiencia administrativa y corrupción, producto de sostener el burocratismo y a la prensa golpista. Hay cosas que no deben ocultarse, al contrario hay que debatirlas públicamente y pronto.

Todos estos problemas se los lleva hasta una próxima reunión o elección, como son los casos de las bases norteamericanas en Colombia a UNASUR, o par tratar los asuntos internos en el proselitismo, en donde las promesas y más promesas fluyen como la demagogia misma.

Convencidos los del gobierno que, lo que hacen no es poco. Con ese cuento las masas se tranquilizan, ignorantes que, en un proceso revolucionario de lucha diaria contra el capitalismo, lo realizado no es nada…porque siempre la revolución este en peligro de ser sofocada y revolución no es socialismo. Pero como en las elecciones todo se promete, es uno de los motivos por el cual no se abriga la esperanza de ver que la transición hacia el socialismo, sea un cambio verdadero, real y honesto, ideológicamente hablando, para luchar con nuevas armas administrativas contra el capitalismo.

Pero, como están convencidos que,” lo que se ha hecho no es poco” nadie los saca de su ignorancia política. Su gestión en sus países es la misma, poco se avanza por culpa del imperio… por eso no se mejora la fuerza revolucionaria. El porcentaje de haga esto o aquello es el mismo, por eso hacen, punto. Objetivos socialistas cada vez más lejanos con esa práctica política, las metas económicas, mixtos están a la orden del día en los proyectos industriales y petroleros. Estrategia capitalista con la que se penetro los sistemas revolucionarios en la ex URSS y en China, actualmente, con Rusia, aliados de los Estados Unidos y de nosotros, siempre y cuando compremos armas, en el un caso y en el otro vendamos petróleo.

Estructuras políticas que no saben lo que es soberanía plena y autodeterminación real, con una fortalezca ideológica propia para un proceso revolucionario. Claro, para las próximas elecciones, es preferible bueno conocido que malo por conocer. Queda la expectativa del cambio… Sin embargo, dado que las masas latinas siguen confiando en Chávez, estamos dispuestos a confiar, pero, para garantizar el desarrollo del proceso, ponemos el acento en la necesidad que los funcionarios “altos” rompan los vínculos con la burguesía, única manera efectiva y moral de conquistar las reivindicaciones sociales y económicas de las masas.

Única garantía para que el pueblo presione a los gobiernos y satisfaga las demandas sociales de igualdad de oportunidad para todos. De lo contrario practiquemos un socialismo mixto, con Rusia y China, así como la economía, aceptando a los nuevos burgueses y sus maniobras para favorecer al capitalismo interno.


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Raúl Crespo


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