Aló Presidente y los intelectuales

Con una fina ironía, el Presidente Chávez empezó esta tarde en El Calvario, su encuentro con los “intelectuales-de-izquierda“. A cada uno le hizo alguna broma de esas que ningun intelectual aceptaría si no viniera del Señor Presidente. Y es que los intelectuales suelen ser así, solemnes, arrogantes y “enfluxados“ cuando son de derecha y solemnes, arrogantes y disfrazados de pueblo cuando son de izquierda.

Entre los intelectuales de izquierda són comunes las barbas, el pelo largo, los pantalones arrugados y si son mujeres, los “etnodisfraces“ al tono de los tiempos. Los de derecha por el contrario, se ven forzados a disfrazarse de banqueros para no desentonar en los saraos donde a su vez los banqueros se codean con los intelectuales en un equitativo intercambio. Por un rato, el intelectual aparenta tener poder y dinero y el adinerado poderoso aparenta tener inteligencia. En aquellos convites, lo único que no es aparente, són los pasapalos, el wisky 18 años, los vinos exquisitos y las guapísimas sobrinas que suelen acompañar a los octogenarios banqueros. Al menos eso es lo que pudo filmar Avila TV en el sarao de la Quinta Esmeralda, donde hizo acto de presencia “toda Caracas“ (según ellos y ellas).

Pero volvamos a nuestra reseña: No conforme con sus bromas iniciales, el presidente cometió la travesura de pedir a su auditorio que le hicieran un resúmen de las propuestas concretas surgidas en las sesudas deliberaciones colectivas del encuentro y resultó divertidísimo el incómodo silencio que se instaló por unos interminables segundos en el ambiente, hasta que el mismo Chávez trajo a colación el concepto de “Intelectual Orgánico“ y la tesis once de Marx sobre Fehuerbach. (“Los filósofos de han dedicado a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo“). Con esta divertida zarandeada, mi presidente dejó bien claro que para tranquilidad y dicha de los venezolanos, el prefiere que no lo vayamos a confundir con un intelectual.

Me llamó poderosamente la atención una comparación muy aguda que hizo mi presidente, entre el encuentro de la derecha y el de nuestros intelectuales, subrayando que aquellos se habían reunido a puerta cerrada y con un control muy estricto respecto al acceso de los medios de comunicación. Mientras que el nuestro había sido abierto, democrático y muy cercano al pueblo.

Personalmente, este segundo formato –abierto y democrático- me parece infinitamente mejor en términos morales que el de nuestros adversarios, pero no deja de molestarme una idea: Si ellos se reunieron prácticamente a puerta cerrada muy probablemente se debe a que su encuentro fué infinitamente mas práctico que el nuestro. La inteligencia internacional de derecha, no vino a presentar unas ideas que de sobra saben ellos, tanto como nosotros, que son impresentables. Por el contrario, seguramente se reunieron para trazar estrategias de poder, para buscar caminos que les permitan torcer la trayectoria histórica que ha tomado Venezuela desde hace 10 años, e imponer esas impresentables ideas de las que son portadores. Y en eso nos llevan una gran ventaja, porque no pierden el tiempo disertando sobre temas que en fin de cuentas, cualquiera medianamente interesado puede encontrar en cualquiera de los muchos libros que los intelectuales publican cada año.

Si a usted le atraen las posiciones de derecha, le sugiero que se lea a John Rawls o a Milton Friedman, en lugar de escuchar al mentecato de Jorge Castañeda o el Sr. Vargas Llosa. Estos son sujetos que encajan perfectamente en un conocido verso de Lope de Vega:


“Comprendo lo que me basta,

y solamente no entiendo,

como se aguanta a si mismo

un ignorane soberbio“ 

Me parece muy bien que los hombres y mujeres de luces, se reunan de vez en cuando e intercambien ideas, porque estoy convencido de que toda idea es en fin de cuentas un producto social y en consecuencia, las ideas nacen, se complementan o combaten, e incluso se anulan entre sí en el proceso de socialización. Lo que no me parece bien es que establezcamos parangones. Ellos y nosotros, derecha e izquierda, somos polos de una contradicción dialógica que no puede alcanzar síntesis de ninguna naturaleza. No me atrevo a especular si algun día, uno de los dos polos de esta contradicción terminará anulando definitivamete al otro, porque sólo la praxis es capaz de dirimir esta cuestión. Después de todo, creo firmemente que el futuro está abierto (Aunque Popper no suele hacerle mucha gracia a los intelectuales de izquierda).

Por esto, mas allá de que proponer un debate público me parece una buena broma y un modo eficaz de poner en evidencia a mercenarios repugnantes como el Sr. Vargas Llosa, no espero que semejante debate llegue a tener efecto. Y si me equivoco habrá que grabarlo y ponerlo a competir con los discos de chistes del Conde del Guácharo o los rebuznos de Emilio Lovera


cajp391130@yahoo.es



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Pedro Calzada


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