Venezuela, la Libertadora


En tiempos de Independencia, los dueños de la colonia jamás hubiesen creído posible una derrota. Hoy día, el imperialismo yanqui seguro de su victoria ataca al Bravo Pueblo de Bolívar, transitando caminos una y mil veces recorridos. Chile, El Salvador, Panamá; Nicaragua y Haití, son solo algunos de los países que conocen lo certero de un ataque norteamericano a sus pretendidas intenciones de socavar las bases capitalistas de dominación. Se ve venir la barbarie, la violencia, no ensayos de “guarimbas libertinarias”, sino violencia en dolor mayor.

La permanencia de Chávez en el poder y su negación a convocar el referéndum revocatorio son justificativos válidos de un ejercicio intelectual cuasi infantil, como dice Pascual Serrano (http://www.rebelion.org/medios/040308pas.htm 08/03/04) “Es decir, no hace falta ni recoger firmas para el referéndum revocatorio ni contar las que hay, lo que hayan decidido los venezolanos sobre la aceptación o no del referéndum es irrelevante…” , lo importante es la decisión del Imperio de evitar que el proceso de Democracia Participativa se abra como una posibilidad cierta de un futuro bonito, donde los sueños no se escondan en el puño cerrado de las frustraciones y remonten vuelo por los cielos de la patria bolivariana, hasta alcanzar la América nuestra, la tuya, la mía, la de Bolívar, la de Martí, la de Chávez, la del Ché, la de Alí, la de todos…

La decisión de truncar su inevitable hegemonía está tomada. Con una determinación propia de la Dominación, sin dudas, sin desobediencia, debe ser acatada, a como de lugar, oculta tras la fachada de la pretendida legalidad de Organismos Internacionales a su Servicio (OEA), esquiva tras las diferencias con países hermanos carentes de respuesta para sus nacionales (Colombia, Chile) o, frontal con opositores venezolanos obnubilados por el odio mediático y/o sus intereses financieros, se entretejen los hilos de una trama que pretende abortar el nacimiento de un modelo social de equilibrio para los excluidos. Las cartas están echadas, el Imperio viene por la riqueza patria.

Sin embargo, América Latina pudiese ser testigo de excepción del histórico devenir del ciclo de vida y muerte de los Imperios del mundo. Luchar contra el coraje de un pueblo aguerrido que defiende su herencia libertaria, es cuando menos temerario, los millones de patriotas que salieron a la calle el trece de Abril de 2002 exigiendo el regreso del Presidente, estaban dispuestos a perder primero su vida y por último, su esperanza. Tal vez para los Estados Unidos, esta hazaña o la encarnecida defensa de millones de venezolanos de la Industria Petrolera en Diciembre-Enero 2003, sea insignificante, para el pueblo de Bolívar es una bandera, una razón de vida. Se defiende el sueño de una Patria Bonita y Soberanamente Independiente, sin duda, sin discusión, sin opción, sin negociación, esta es una determinación propia de pueblos Libertadores.

Parafaseando a Bolívar, Venezuela parece destinada por la providencia para desterrar de su suelo a los dominadores en nombre de la Independencia. Sabe el pueblo bolivariano, que un hombre sin esperanza, pierde su capacidad de soñar y se convierte en un muerto en vida, por eso ha resistido en este contexto histórico, las continuas embestidas de la Contra Venezolana e internacional, golpe de estado cívico-militar, golpe petrolero, guerra mediática y psicológica, grupos de choque enguarimbaos, como históricamente lo hizo en tiempos de colonización y en tiempos de independencia. Cada uno de nosotros, sentirá renacer en su interior la fuerza, el coraje y la pasión necesaria de los libertadores, la patria buena no es utopía, es herencia histórica, está allí, en lo profundo de ti, y estará presente por siempre jamás. Que se oigan las campanadas, al unísono, un solo grito para decir al mundo:


Al pueblo de Bolívar,
¡¡¡NADIE LE QUITA SU ESPERANZA!!! .


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Rusalki C. Alvarado P


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