La voz de Chávez retumbó en el mundo

Todavía no salgo de mi asombro al constatar el Amor que el Presidente Hugo Chávez Frías dejo anclado en millones de corazones en el mundo entero. Las muestras y manifestaciones de dolor y pesar que han movilizado sin cesar innumerables compatriotas hasta la Academia Militar, sitio donde se realizan sus exequias, así como las muestras de solidaridad y respetos que abarcan países de todos los continentes, movimientos sociales, políticos, culturales, religiosos mundiales, hasta escenarios como la ONU y otros espacios de discusión colectiva, desbordó las expectativas de propios y extraños. La voz de Chávez se elevó a las alturas, acompañado, en esta su tierra natal, por el llanto de los dioses y, retumbó aquella tarde del 05 de marzo, sobre el infinito cielo, cruzó mares, desiertos, sabanas, pampas, océanos y horizontes lejanos, para convertirse en un grito ensordecedor que todos vimos, sentimos y oímos, que no dejo lugar a la duda, de la verdadera Dimensión Humana de este nuestro nuevo Inmortal Líder.

Ante la partida de este personaje histórico, el Secretario General de ONU dijo que “su legado perdurará en la historia”. Así mismo, señaló el representante del G-77, “que el líder venezolano será recordado por su moral y defensa de la justicia, así como por su lucha por la cooperación e integración del mundo y la reducción de las desigualdades sociales. Ha sido comparado por el Ministro Francés como una mezcla de Charles de Gaulle con León Blum, dos importantes figuras históricas la Sociedad francesa.

Estoy absolutamente segura, que este acontecimiento inédito en el mundo, aún no encuentra explicación, por tanto, habrá que estudiarlo durante mucho tiempo; en estos momentos, no pretendo hacerlo, ni siquiera aproximarme a intentar una explicación lógica y coherente dentro de este pequeño espacio, aún no he podido internalizar su partida, mucho menos el impacto de esta conmoción y, sus consecuencias para mi país y las sociedades modernas. Solo sé que siempre lo sentí como un Hacedor de Caminos, un vanguardista con una capacidad de análisis poco común. Calificado por Elías Jaua, actual Canciller venezolano como un ser humano adelantado a su tiempo, su obra lo convierte en un Gran Líder Latinoamericano, sin discusión; a su muerte le acompañaron 16 declaratorias de Luto Nacional de igual número de países y a su Funeral de Estado asistieron, para rendirle tributo, una treintena de Mandatarios y cincuenta y cinco delegaciones de Alto Nivel, y, durante esto días, y ondearon banderas a Media Asta y se realizaron actos de reconocimiento en escenarios tan diversos como la ONU y, el Parlamento Vasco, entre otros. Pocos políticos reciben este honor, por no decir ninguno que recuerde.

Como comprender este hecho histórico sin precedentes, sobre uno de los personajes más vilipendiados, injuriados y descalificados del que se tenga conocimiento, a través de una mediática que ha hecho millones de dólares con artículos desproporcionados de una realidad sociopolítica tergiversada y, muy alejada de la realidad venezolana?. Creo que debe hacerse a través del análisis de la compresión histórica del tiempo que le tocó vivir y la intrínseca relación hombre-pensamiento-acción.

Como dije, este análisis llevará tiempo hacerlo, mientras la realidad es que su obra fue manipulada por una oposición de tendencia Derechista, que él calificó, acertadamente, como Apátrida, en combinación con la Derecha Internacional, que produjo que muchos ciudadanos venezolanos o no, pensarán que estaban ante un “Dictador ávido de poder e insensible ante el sufrimiento de su pueblo”, cuyo lenguaje de odio dividió a la sociedad venezolana entre seguidores y opositores a extremos tales, de no poder nunca más interactuar, entre ellos, puesto la agresión verbal llegó a niveles de la vergüenza.

Al revisar su pensamiento, en un intento de aproximación, encontramos su interpretación de Gramsci y el “parto de la historia”, como la lucha de aquello que no termina de morir y aquello que no termina de nacer. Las contradicciones entre los dos bandos se acentuaron y este líder siempre se colocó al lado de los que creen en un mundo nuevo, más humano, un mundo donde la Justicia Social y al Equidad prevalezca por encima de intereses personales y mercantilistas, obviamente fue una lucha titánica, hecha por un Titán de la Historia, único e irrepetible. Para él “los caminos profundos de la historia se marcan con esfuerzo, con sacrificio y casi siempre con dolor”. Sin duda ha sido doloroso!

Sin embargo, voy a detenerme en su concepción del Amor, ese mensaje que llevó en forma sostenida, constante, por los confines de la Tierra. Chávez no llamo al odio, sino al Amor, en todo sentido y lugar. El Amor hacia la Patria, la Madre, la Amistad, la Mujer y el Pueblo, fueron su norte y su bandera. Consideraba el Amor como el combustible más poderoso de toda la historia y de todos los lugares. Hablo de la cotidianidad de la vida de los pobres como lugares desbordados de Amor. Para Chávez el verdadero revolucionario era un ser que amaba intensamente su trabajo, sin queja, pero con lucha y combate. Sin tregua. Exigente con sus colaboradores, siendo el primero en dar el ejemplo. Su verbo se hizo uno con sus actos, por ello trabajó sin descanso y con pasión durante más de veinte horas diarias, todos los días, durante sus catorce años de gobierno. Cuando más cerca estabas de él mayor era el tiempo que dedicabas al trabajo, muchas veces hasta la madrugada. No había otra forma de ser como él, sin embargo, esta entrega incansable no le impidió dedicar una frase amable, un abrazo, una sonrisa, a todos quiénes lo rodeaban.

Ese era Hugo Chávez, el Amor hecho hombre. El Ser humano que abrazó y fue abrazado por todos los seres que conoció directa e indirectamente, en una conexión tal que hizo de sus mas caros anhelos y dolores, su sueño y su lucha. El Presidente que recogía en su carro un accidentado en la carretera solitaria, o en su avión una niña enferma para que fuese asistida. El Presidente que atendió personalmente los afectados por el Deslave de Vargas o los damnificados por los intensos aguaceros del trópico, les devolvió su dignidad cuando estaban frente a la intemperie. Reía, cantaba, lloraba, con su Pueblo, se solidarizaba con el dolor de sus semejantes en cualquier espacio o lugar. Tenía un don único, oía los sonidos del pueblo. Pocos tienen esa capacidad.

Su Amor por su Patria y por su Pueblo le consumió la vida, en una apasionada entrega que le llevó a emitir frases duras ante las injusticias que veía, porque laceraban su espíritu. Confrontó esas injusticias con su verbo ardiente, como llamarada de vida, poco diplomático, sin pedir ni dar cuartel, cosa que sus adversarios no le perdonaron en vida. No le importó estas injurias, supo ponerse por encima de ellas y no le importa, estoy segura, haberse consumido hasta agotar la vida, como el mismo dijo “El Amor puede más que la muerte”, porque para él la muerte era inexistente.

Por eso hoy somos testigos de su más grande victoria, calló todas las matrices de opinión sobre él, con su Voz viva, después de su muerte y con eso, la venció y, por ahora, sus adversarios están vestidos con el manto de la vergüenza. Tenía razón, Comandante, Presidente, Militante de los Sueños, la muerte no existe. Fue su última gran y victoriosa batalla que lo hizo infinitamente indestructible

Su lugar en la historia se escribió aquella tarde en las que después de llanto los dioses enviaron un lienzo fino para consolar la vida; sus seguidores lo amaron por las mismas razones por las cuales sus adversarios lo odiaron. Su capacidad de amar y dar amor, su pasión inconmensurable para decir y defender sus ideas, la entrega y dedicación con la que cobijó a su pueblo, el combate frontal en todos los espacios de su transitar vital, constituyen recuerdos imborrables de la Dimensión Humana de este líder político que se trascendió a sí mismo, sembrándose en los vientos huracanados de la Gloria.

Para mí, en lo personal, fue un honor Presidente, amarte y que tú amaras mis sueños, los recogí una mañana, hace más de veinte años, cuando ya ni sabía donde habitaba la esperanza, los tenía en algún lugar, esparcidos por el viento. Con ellos entre las manos, durante todos estos años, me uní a ti, boina roja de vida, y nos hicimos Uno. Hoy, nuestros sueños andan por allí construyendo Patria. Permíteme el orgullo de seguir contigo y seguir con mis sueños. Son míos, son tuyos, son nuestros, de cada uno de nosotros. Chávez mío, Chávez tuyo, Chávez nuestro. Nos encontraremos, como siempre, en el renacer de la mañana, en la sonrisa de los niños, en la nota musical, o en el verso del bohemio; y cada noche, en la profundidad del silencio o en el más preciado anhelo. Hasta que te vuelva a ver Comandante, mientras tanto, seguiré siendo una militante de mi causa, por ser tuya y de tu causa, por ser mía.


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Rusalki C. Alvarado P.


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