Quemar cauchos es lo más fácil

Están cada mañana perorando del hambre que el pueblo pasa, y resulta que
donde hay peo no es en los cerros sino en la distinguida zona del Este,
cerca del Country Club; por donde vive Juan Fernández y las nenas de
Primero Justicia. Y en nombre de los supuestos “muertos de hambre” sale
bola de cebo Rosendo a pedir que Chávez se vaya. El nombre de los
hambrientos, vemos bien enfluxados y comidos a Juan Fernández y Antonio
Ledezma. Estos canallas dicen que llevan varias noches sin poder conciliar
el sueño porque la carestía y las necesidades entre los pobres está
creciendo pavorosamente.

Cada vez que Oswaldo Álvarez Paz ataca al Presidente por la crítica
situación del desempleo y de la miseria en el pueblo, le aumenta la
papada. Hemos visto a doña Albis Muñoz y al mar de escuálidos del Este
decir que el pueblo si acaso puede comerse un plato de comida al día,
mientras Andrés Velásquez se ha vuelto un repugnante tarugo. El gordo
Urbieta de la CTV no salió más por televisión porque está hospitalizado
por sobrepeso. Cada vez que iba a Globoinvención, salía más marrano. Ahora
el ambivalente de Elìas Santana está proponiendo una huelga de hambre con
todos los gordos de la Coordinadora, para resistir en la calle.
Y entonces, para intentar derrocar al gobierno han optado por lo más
fácil: poner a cuatro carajitos a quemar cauchos y a trancar las vías. De
esto en Mérida estamos hasta los cojones y todo el mundo sabe que son
pagados por la Coordinadora y por la CIA. Cuatro carajitos en la calle, y
ya quieren que se diga que estamos como en Haití, que se nos aplique la
maldita Carta de la OEA.

Claro, con el apoyo de todos los medios privados, quieren apabullar a la
opinión pública, una opinión que ya no come cuentos.
En Mérida han destrozado semáforos, han derribando postes y han vertido
toda la mierda de la basura en la calle. Eso lo ha hecho la bella
oposición democrática, y salen por allí con sus banderas celebrando el
acoso de las moscas y de la mierda. Como siempre han vivido en la mierda,
nada les incomoda.

Y la policía que se presta para el jueguito, por yo los dejaría en sus
lacras, podridos entre miasmas. Ayer un grupo de sifrinos, cerca de las
Tapias, en Mérida, se amarraron la bandera en el cuello, como supermán, y
comenzaron a dar alaridos contra Chávez mientras corrían y se le
atravesaban a los carros. Eso es todo lo que le queda a Coordinadora,
alimentada por los cerdos de Globotraición. Yo creo que ha llegado la hora
de que el pueblo chapista salga a la calle y les dé la cara.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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