Variaciones sobre un mismo tema

La UPEL: nada nuevo bajo el Sol

Señalar que las universidades nacionales (autónomas) son actores esenciales de la oposición al gobierno bolivariano es ya tópico, banal. Lo importante es que logremos algún día explicarle al país cómo ellas han sabido vacilar al gobierno y salirse siempre con la suya: utilizan el presupuesto asignado por el Estado para fines meramente mercantiles (sólo la UCV tiene más de cuatrocientas cuentas corrientes), conspiran en la desestabilización política de la nación y utilizan a los estudiantes como carne de cañón en el "re-calentamiento" de la calle. Y no pasa nada. Por ello lo que ocurre en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), cuyas autoridades utilizan el presupuesto para financiar campañas antigubernamentales, es un lugar común, la historia de todos los días. Sin embargo hay algo extraño y algo inconcebible en el hecho de las franelas estampadas con el NO a la enmienda: Lo extraño es que un grupo de estudiantes revolucionarios logró capturarlas in fraganti (a las franelas y a las autoridades) en la oficina del Rectorado. Y lo inconcebible es que la UPEL es una universidad "experimental", que, por ley, debe estar al servicio exclusivo de las políticas educativas del Estado y lo único que hace es, exactamente, lo contrario: las sabotea y, cuando puede, oportunamente, las utiliza para lograr financiamiento para seguir saboteando. Y no pasa nada. Y no sólo se trata de que sean "antichavistas", no. Esto es lo de menos. Lo que en verdad debe pre-ocupar al gobierno es la calidad del proceso educativo que en ella se lleva a cabo y del "producto" que de ella egresa, que no sólo adolece de profundas fallas en su formación profesional, sino que sigue modelándose con la visión que se impuso en los años ochenta: tecnocrática, antihumanista y neoliberal que desprecia el Estado Docente y a la soberanía nacional como valores decadentes.

II

El Pedagógico de Caracas

La APIPC atacó de nuevo. Esta vez ya no es insultando a los profesores en las asambleas, ni con su ausencia total en las reivindicaciones laborales ni con el maltrato invariable a sus asociados (como en la reciente fiesta de fin de año 2008), sino que vuelve a utilizar la representatividad que le otorgó la comunidad de los docentes asociados para fijar una posición política que sólo representa a un sector de esta comunidad. Evidentemente que conociendo la trayectoria díscola y falta de principios de quienes ocupan los cargos del "comité ejecutivo", no podíamos esperar otra actitud, pero al menos en esta oportunidad se cuidaron de no atropellar nuestro idioma, como han hecho en todos su anteriores volantes. Sin embargo este último panfleto es muy pobre, porque:

1º. Constituye lo que se conoce como una "contradicción en los términos", porque su título dice "DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS" y, ya lo dijimos, este "comité ejecutivo" nunca ha dado muestras de tenerlos, entonces ¿cuáles principios y de quiénes?

2º. Al no tener el "comité ejecutivo" principios ni argumentos propios y al no consultar con la comunidad antes de emitir alguna opinión, sigue al pie de la letra la línea "bajada" por Globovisión y utiliza como epígrafe el párrafo utilizado por ese "partido mediático" en sus mensajes contra la enmienda. ¿Sabrán a qué texto pertenece ese párrafo?

3º. La "producción intelectual" o "contenido" del panfleto, es decir su "originalidad", se reduce a tres párrafos cortos en los que repiten los argumentos manidos por la oposición en Globovisión. El resto del panfleto son unos textos ya gastados de tanto uso, pero que, sin embargo, si esta APIPC fuera una institución seria y responsable, podrían servir para iniciar una discusión en la comunidad y no para tomarlos como verdad definitiva respecto a la historia constitucional de Venezuela ni mucho menos como lápida en la interpretación del pensamiento de Simón Bolívar, pero… ¿Quién le puede pedir peras al horno? Lo que les falta ahora es ponerse a calentar las calles…Puerto Rico dixi.



III

¿Qué hacer?

La verdad es que es muy poco lo que podemos hacer en el seno de esta universidad, porque, como en el resto de las universidades nacionales, la coalición entre la "vieja izquierda" y la "derecha de siempre" constituye la mayoría aplastante electoralmente. Pero sólo electoralmente, porque es comprobable "objetivamente" que no hay en su actitud contraria al gobierno ningún fondo intelectual o de ideas políticas claras y coherentes. En palabras de la psicología: estamos ante una disociación que separa lo político de lo social y ha reducido lo que es una confrontación de naturaleza política, colectiva, a un problema psicológico, personal, que se dirime "virtualmente" en los medios de comunicación entre unos individuos (cada cual por su lado, en su familia y en su grupo de pares) y el Presidente de la República. Por eso los opositores no necesitan líderes ni partidos que los convoquen y organicen, para ellos es suficiente con mirar televisión, escuchar la radio y leer la prensa nacional o regional, para mantener vivo su enfrentamiento personal con ese "tipo" que es el culpable de tanto daño a "su" país y del malestar en "su" vida cotidiana y que incluso lo alejó de familiares y amigos. Por esto, repetimos, es muy poco lo que podemos hacer dentro de estas universidades, porque si apenas tenemos capacidad para influir sobre nuestros hijos… ¿cómo vamos a influir sobre unos adultos ya "psicosiados"?

Nuestra propuesta al gobierno es que partamos de una idea: las universidades nacionales y su engendro experimental la UPEL, son cascarones vacíos que tienen los días contados. En sus pasillos, en sus aulas y en sus oficinas rectorales rebotan cual eco sin destino los términos que otrora les alimentó el espíritu: excelencia académica, eficiencia administrativa, dominio científico y tecnológico, servicio a la comunidad, etc., etc. Son fantasmas que ya no asustan a nadie.

Dejemos estas universidades nacionales y a la UPEL, tal y como están. Congelen sus presupuestos y exijan cuentas claras de su ejecución y así poco a poco se reducirán a su mínima expresión institucional en el ámbito educativo y laboral nacional y veremos, como ya se ve con la UCV y la USB, que realizarán el sueño que este gobierno les truncó: entregarse plenamente al capital para privatizar sus espacios y servicios. ¿Y en qué nos afectaría, si al fin y al cabo son universidades para las minorías del país?

Aboquémonos a lo que queremos y no tenemos. Aprobemos las nuevas leyes que necesitamos en el sector educativo para poner orden en nuestras universidades, fortalezcamos las misiones educativas, mejoremos nuestros medios de comunicación. Invirtamos el presupuesto (sobre todo este año de crisis económica) en nuestros proyectos, teniendo como idea política rectora que esta es una revolución pacífica, que todo lo logra con los votos, es decir, con la persuasión racional y la concientización política de las mayorías que sólo tienen acceso a la educación gratuita y ésta sólo la puede ofrecer el Estado. Y el Estado está en nuestras manos.

Sólo nos resta precisar un aspecto que está de último porque es el más importante. Vital. Sin el cual nunca sabremos qué queremos: Más allá del "bolivarianismo", que es una ideología en construcción, Definamos de una buena vez qué tipo de izquierda somos: si liberales de izquierda, si izquierdistas radicales, o izquierdistas eclécticos (como los chinos), si marxistas de derecha o marxistas/leninistas, etc., etc.… (debe haber un largo etcétera). Es vital porque este proceso cumplió 10 años y aún no tiene identidad y ya sabemos muy bien qué peligros acechan a un niño sin afinidad.

papa.goyo@gmail.com


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