La coordinadora de Bush

A George Bush lo está irritando más la llamada coordinadora democrática que el mismo Hugo Chávez, el propio. Sus planes imperiales de instalar un procónsul en Venezuela al estilo de Irak, se están viendo frustrados por las reyertas en el seno de la díscola CD. Esta gente se cansó de disimular una supuesta unidad pegada con saliva de loro preñado. Los cargos regionales han hecho saltar en pedazos los amapuches y las promesas de eterna fidelidad. Como declaró un diputado, más pudo el interés que el amor que te tenía.

Desde que empezaron con sus marchas, saltos y trancasterapia, la oposición hizo suya la consigna de “vamos a contarnos”. La constitución la alcanzó y ante las inevitables elecciones regionales, entró en pánico. Ahora no quiere contarse.

Primero Justicia pide que saquen del G5 a Juan Fernández (se pelean el mismo target) y que callen de una vez a Ledezma, Pérez Vivas y Jesús Torrealba. En la coordinadora –sostienen los amarillosos- sólo deben decidir los partidos con fuerza parlamentaria. Adiós “sociedad civil” y bien lejos con las ONG unipersonales. ¿Con qué se come eso? ¿No les suena?

Siempre buscando soluciones afuera, pronto veremos un desfile de opositores solicitando ayuda en las instancias internacionales, denunciando a sus conmilitones, echándose al pajón unos a otros. En la ONU escucharán perplejos y propondrán crear urgentemente un “Grupo de Amigos” de la CD. La OEA dirá que no procede aplicar la “Carta Democrática” a la llamada Coordinadora Democrática. CNN, como los medios domésticos, maquillará la trifulca. Bush pedirá a Condolezza que los cite a Washington para regañarlos.

Urge allí, en el chiripero opositor, una mesa de negociación, con su Timoteo y su Aguiar y su Américo. Pero eso sí, nada de estar poniendo bombas por allá y por acá para acusar al adversario interno de semejantes actos explosivos.

Seguramente el sector más vivo traerá de incógnito al inefable señor Gaviria y lo meterá en Coche o Cubagua, pues en Margarita lo descubren muy rápido. Esta isla no guarda secretos.

El sector golpista de la oposición gritará para reivindicar su aguda estrategia, o sea, que a Chávez debían tumbarlo antes de que empezaran a tumbarse entre ellos mismos. La cámara de la televisión acusará al Presidente de dividir a la pobre oposición. En los estadios seguirán poniendo el disquito “Este gobierno va caer”, mientras la coordinadora se desmorona. Bush convocará al Consejo de Seguridad para que en vano le explique la vaina. Su cuate Vicente Fox le preguntará por teléfono: ¿ahora qué hacemos, mande usted?

El grandilocuente José Toro Hardy hará un programa “especial”, de esos en los que hala la historia por los pelos, para sintetizar cómo Chávez enemistó a Primero Justicia con Juan Fernández y los adecos, tal cual ocurrió con el imperio romano o algo así. Una comisión viajará a Madrid en busca de la intervención de Aznar en el zafarrancho. “Joder, hombre”, responderá el franquista, “esperemos que hable Bush”.

Que nadie corra hacia las candidaturas, gritará un precandidato moderado, mientras marca record en los 100 metros planos. Mendoza ya se lanzó por Miranda. Andrés Velásquez dice que se conforma con Anzoátegui o Bolívar, nada más. Fermín se sacrifica por la alcaldía Mayor. Hay reyerta en Falcón, Táchira, Portuguesa y siga mapa abajo. Hagan sus apuestas. Es mejor decir: “aquí ganó un politiquero, que aquí perdió un “sociedad civil”. El negro Cova no pudo montar a Frijolito. Bush está arrecho y pide que le devuelvan sus dólares. Vea usted.



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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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