Banco Industrial como prueba de la imposibilidad del Socialismo en Venezuela

En los últimos seis años he sido censurado sólo una vez en un medio del Estado. Presenté un “spot” donde el “Profesor Lupa” se derrumbaba en su escritorio y declaraba:

--“Estoy agotado porque vengo del Banco Industrial. Ahí hay un misterio de la ciencia: uno entra chavista y a las dos horas se ha vuelto escuálido o, por lo menos, tiene dudas. Usted, joven revolucionario que no sabe si en el futuro podrá resistir las torturas en Guantánamo o en Abu Grahib: vaya al Banco Industrial y sabrá si está o no preparado para seguir su vocación…Misterios de la Ciencia.”

Mi compatriota, camarada y verdadero amigo Yuri Pimentel, Presidente de VTV, lo vetó o dejó que lo vetaran los “políticamente correctos” que pululan en la administración pública y corrigen los excesos de los “talibanes” para asegurarse que, de éxito en éxito, la Revolución degenere en gobierno. Lo conversamos afablemente, le expliqué que muchos empleados públicos me pedían en la calle que denunciara el maltrato de ese banco con sus clientes, y Yuri me respondió riendo (le gustó el spot y sabía que reflejaba un sentimiento general) que nosotros no debíamos atacar las instituciones oficiales, pues para eso estaba la oposición. Me convenció y lo dejé de ese tamaño…hasta ayer en la tarde cuando me vi obligado a “aperturar” una cuenta en el Banco Industrial.

Desprecio por el pueblo

La única explicación racional de lo que tuve que pasar es que los banqueros de Venezuela han asignado a la Directiva del Industrial la tarea de demostrar que un banco del Estado no funciona, y por lo tanto el socialismo tampoco. Los empleados son personas amables, pero no pueden sino desesperarse ante la ausencia de cajeros y la muchedumbre que reclama para ser atendida. Si uno llama por teléfono al número 0500-BIVREAL (248325) le saldrá una musiquita y una grabación que dice: “Su llamada es muy importante para nosotros, por favor no se retire”…más musiquita y la misma voz: “Nuestros operadores se encuentran ocupados, por favor espere”, y más musiquita. Puse el teléfono en altavoz y mis sobrinos estuvieron bailando y riéndose de mí durante 15 minutos bien cronometrados, sin que nunca alguien respondiera mi llamada.

Los banqueros tienen el corazón a la derecha

Los bancos son las empresas con mayores utilidades en la Venezuela Bolivariana. Pagan salarios miserables a sus empleados. Nada justifica que el Industrial tenga tan pocos cajeros y que trate como ganado a quienes están forzados a cobrar “por nómina” en sus destartaladas instalaciones. No existe ningún organismo oficial que defienda al pueblo de este maltrato y que limite la pérdida de horas-hombre que implica tanta ineficiencia. Reto a que haga una encuesta entre los usuarios del Industrial para ver si no es la peor y más constante humillación continuada que se experimenta en este país.

Sólo el PSUV podrá ayudarnos

Pido a las bases del PSUV que tomen en consideración esta infame actitud profundamente anti-socialista, y eleven su opinión a la dirigencia a ver si alguien en lo alto del Estado (puesto que Chávez no puede hacerlo todo) se tome la molestia de defender la dignidad de los usuarios del Banco Industrial. Ganar elecciones es imprescindible para legitimar al Gobierno Bolivariano, pero además de ganar elecciones hay que desarmar a la burguesía: el PSUV debe ser el motor del empoderamiento del pueblo en el terreno de la vida social, una vanguardia contra el burocratismo y la corrupción.

Contra el anti-chavismo oficial

La Directiva del Banco Industrial de Venezuela conspira por acción u omisión contra el Proceso en el terreno de lo simbólico y la vida cotidiana. Su propósito parece ser el mal servicio de un banco nacionalizado a los ojos del público, para imponer las ventajas de la privatización en el subconsciente colectivo. Puede entenderse que los muy ocupados altos funcionarios y diputados no hagan cola para cobrar sus cheques, pero es inadmisible que reconstituyan el “país político” (de derecha o izquierda) desentendiéndose del país real humillado por la burocracia. Lo que sucede en el Banco Industrial es la medida exacta de la diferencia entre nuestro discurso y la realidad.

rotheeduardo@hotmail.com


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Eduardo Rothe


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