Peloteo en la Onidex

Antes de comenzar, quiero agradecer a los lectores y colaboradores de Aporrea, quienes se mostraron solidarios y a través de correos y mensajes de texto se pusieron a la orden luego de revisar el caso de identidad de la periodista Jessica Mariana Mavárez Briceño, CI: 18.572.524, cuyo número probablemente por error le fue otorgado a otra persona.

     Mil gracias a todos, incluyendo a Aporrea, el portal digital más leído del país…así es el pueblo revolucionario, pero lamentablemente no se ha pronunciado ningún funcionario de la Onidex dispuesto a resolver el problema.

     Por eso a veces -y como persona simpatizante de este proceso me da dolor decirlo-, pero hay que admitir que una cosa dice y hace el presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías y otra cosa se siente, se percibe de muchos funcionarios que están al frente de las instituciones del país y  que hacen precisamente todo lo contrario. A la joven Mavárez Briceño de una manera irresponsable la han peloteado de la Onidex de Maracaibo, estado Zulia, a Caracas y viceversa y la han puesto al borde de la desesperación.

     Está indocumentada. Le da miedo mostrar su cédula, porque donde le hagan una revisión exhaustiva detectarán que el número de su laminado lo tiene otra dama y eso, obviamente, le acarreará problemas con la justicia aún cuando ella no es la responsable de esa irregularidad.

     Pero las esperanzas son las últimas que se pierden y cumplidas las instancias requeridas, ya no queda más que rezar porque aparezca el funcionario de la Onidex encargado de estos casos, por eso, permítanme recordarles con detalles la situación que afecta a Jessica Mariana.

     La joven obtuvo la cédula para ingresar a la educación primaria y hace un año, ya culminando su carrera en la universidad, se enteró de que su número le fue adjudicado a otra joven de nacionalidad colombiana llamada Dioselina Uribe Santana.

     Desde entonces, comenzó a intentar las gestiones para que la Oficina Nacional de Identificación y Extranjería le solventara el asunto, pero las diligencias se le convirtieron en un vía crucis.

     Mavárez Briceño se dirigió a la Onidex de Maracaibo y presentó sus datos personales y en esta oficina le pidieron tres meses de plazo para solucionar la situación.

     Al cabo de tres meses, le entregaron un sobre cerrado y le dijeron que debía entregarlo personalmente a la oficina de Caracas y así lo hizo. Pero aquí perdió tres meses más. Le respondieron que ella debía ubicar, en algún lugar del Zulia,  a la persona a quien le adjudicaron su número de cédula.

     Ahora bien, si Jessica Mariana Mavárez Briceño sacó el documento en la Onidex y ha llevado sus datos personales a esta oficina, ¿por qué debe pasar por la angustia de buscar a una dama de nacionalidad colombiana que posiblemente no esté ni en el país?

     Más cuando Jessica descubre la irregularidad en su documento al intentar renovar el pasaporte, lo que indica que existen demasiadas evidencias que permiten demostrar que el número 18.572.524 le pertenece desde su infancia.

     Lo cierto es que en este momento Jessica no existe como ciudadana venezolana, incluso, ni siquiera sabe si podrá retirar su título de comunicadora social que debe recibir en noviembre, además del trauma de no poder ejercer su derecho al voto en las próximas elecciones, decisivas para el proceso revolucionario que lidera el presidente Chávez.

     Jéssica Mariana Mavárez Briceño hace un llamado a los directivos de la Onidex, a fin de que esta oficina le devuelva  cuanto antes su identidad.

     Agotada todas las instancias a su alcance, deja los teléfonos: 0414-6457398, 0424-6411564 y los correos lorenamavarez@gmail.com, jessicamavarez@hotmail.com, para que puedan contactarla. Requiere de los funcionarios de la Onidex indicados, para resolver el problema.



albemor60@hotmail.com



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Alberto Morán


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