¿Estan en riesgo las empresas eléctricas públicas? (I)

Algunos se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena o relampaguea; otros, de la crisis del sistema eléctrico interconectado, cuando se produce un apagón lo suficientemente prolongado como para empezar a preocuparse porque los alimentos se pueden descomponer si no hay refrigeración. Aquí cabe recordar el verso de cierre del poema “Los Apagones” del “poeta de las cosas sencillas”, Aquiles Nazoa: “Y usted, que aunque cuarentón / es ingenuo todavía / mientras acuesta la cría / le adelanta a su mujer: / – ¡Mañana al amanecer, / demando a la compañía!”.

Sonará jocoso el verso; pero la Ley Orgánica del Servicio Eléctrico (LOSE) –promulgada durante “la cuarta”, con el único propósito de privatizar las empresas eléctricas del estado venezolano, e inexplicablemente refrendada por “la quinta”– establece en su Artículo 40 que “los usuarios del servicio eléctrico nacional tienen, entre otros, los siguientes derechos: … Obtener, por parte de la empresa encargada del suministro de electricidad, una compensación adecuada cuando la calidad del servicio no cumpla con las normas… que dicte la Comisión Nacional de Energía Eléctrica, y el resarcimiento de los daños causados por fallas en el suministro de energía eléctrica…”.

Pero; antes de que pretenda iniciar un proceso de demanda judicial para intentar resarcir los daños que usted considera que este último apagón, o el posiblemente mal servicio al cual se ve sometido continuamente, debe saber que existe un Reglamento de la Ley Orgánica del Servicio Eléctrico (RELOSE) en el cual se exige que su instalación eléctrica debe ser diseñada acorde con el Código Eléctrico Nacional (CEN), y ello requiere de la intervención de un ingeniero electricista. Es probable que usted se haya ahorrado esta asesoría, cuyo costo es ínfimo en comparación con los daños eléctricos que algunas veces ocurre como consecuencia de ello. También pudiera ser que lo haya estafado un tercero y haya alterado la medición del servicio; entonces, la penalización podría ser más alta que la compensación de los daños.

Volviendo a la ley, tan “ferozmente concebida”; ésta señala en su Artículo 3, Parágrafo Único, que “El Estado se reserva la actividad de generación hidroeléctrica en las cuencas de los ríos Caroní, Paragua y Caura”. ¿Por qué no se incluyó el Desarrollo Uribante-Caparo? (DESURCA). Para la fecha de su promulgación se había despilfarrado en su primera etapa un monto superior al costo inicialmente estimado para las tres. Se estaban concluyendo las presas de La Vueltosa y Borde Seco. Luego, por no estar incluido en la Ley, el estado cedería el Desarrollo en comodato por cien años (aunque la LOSE señale que veinte).

El costo de inversión más elevado ya estaría erogado y sería –relativamente– más barato construir la central generadora faltante. Eso sí; nada de raro sería que “el adecuado mantenimiento de las cuencas” fuera financiado por la nación. Durante los primeros años de su gobierno, se convenció a Chávez de la “inconveniencia” de concluir este proyecto; mientras la LOSE permanecía inalterada. Después de una fuerte lucha de un grupo de profesionales de CADAFE, se demostró la conveniencia técnica de su conclusión, para brindar la necesaria seguridad eléctrica de los estados sur-occidentales fronterizos.

¿A quienes les convenía un retraso en este Desarrollo? En primer término a quienes continúan su manipulación para lograr de nuevo la privatización del sistema eléctrico. No hay que olvidar que independientemente de los grandes montos de inversión que el estado ha destinado para recuperarlas, éstas serían rematadas cuando se considere la imposibilidad de lo anterior. En segundo lugar, a quienes mantienen en su agenda una invasión desde Colombia y necesitan la frontera desguarnecida eléctricamente.

Aunque los centros de comunicación cuentan con sistemas de respaldo para cuando falle el servicio eléctrico de corriente alterna, durante el reciente apagón hubo problemas con algunas empresas de comunicación; en otras palabras, “la mesa estaba preparada; pero, los comensales no habían llegado, porque no era a la hora convenida”.

El gobierno debería realizar una inspección en todos los puntos de transmisión para verificar el lapso de servicio de estas empresas a través de su sistema de respaldo, al tiempo que concluye rápidamente la red nacional de fibra óptica y la consolida. Es tiempo de reconsiderar la sustitución del viejo cable de guarda de las torres de transmisión por los nuevos cables de fibra óptica.


*Ingeniero Electricista (luiserangel@hotmail.com)


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Luis E. Rangel M.*


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