Por siempre Comandante (Más que amor frenesí)

Vino como caído del cielo, con las manos abiertas para darlo todo. Tiene una gran voluntad y yo me siento muy feliz de tenerlo como el líder de nuestra revolución. Él habita en los corazones y en las caras de felicidad que reflejan los desposeídos, lo excluidos, cuando lo ven, lo aprecian suyo. Toca sus cabezas y la solidaridad y el amor se hace presente cierto y decidido. Es fraternal siempre con todos, y el pueblo le entiende perfectamente y se identifican inmediatamente con el proceso revolucionario boliviano.

No se porque siempre pienso (Le debía este escrito comandante) que el líder cuando estaba de militar y se la pasaba organizando actos culturales –música de veguero, música recia la califican los conocedores -- pedía mucho y pedía de todo, no tanto para él sino hasta para los indígenas o para darle una mano a quien lo precisara. Hasta tal punto era así que se dijo un día: ¡Me canse de pedir; ya verán; algún día tendré lo suficiente para dar, para repartirlo todo y lo que me sobre lo pondré debajo del colchón porque siempre habrá alguien que lo solicite. Si el comandante sabía lo que era demandar, aprendió rápidamente a entregar lo que apenas tenía. Llegó un día en que podía quitarse la camisa del atuendo militar, la chaqueta del traje de camuflaje, la franela, para dárselo a un indio necesitado, a un pobre sin nada; y no era para imitar a su modelo, a su ídolo que la infamia y la calumnia lo sepultaron en Santa Marta con una camisa prestada. Felipe Antonio le decía; compadre usted no tiene remedio, todo lo regala. El Comandante decía: es natural, nací así. Si al hombre más rico del mundo, un tal William Henry Gates III (alias) Bill Gates dueño de la empresa de software Microsoft, productora del sistema operativo para computadoras personales más utilizado en el mundo; el periodista y productor de cine Michael Moore se le ocurrió regalarle un matero de planta decorativa el día de su cumpleaños.

Si regalarle a este súper millonario es una acción difícil; más difícil es hacerle un presente al Comandante. ¿Que obsequiarle a un ser humano que todo lo da? Digo todo esto porque el todo lo entrega y no pide nada. Cada vez que lo veo en una acción de calle, la gente, o sea el pueblo, le entrega papelitos de todos los colores, desde el humilde papel de traza hasta el fino papel de seda. Peticiones por aquí, -- presumo que hasta propuestas de matrimonio le harán -- peticiones por allá; me imagino que el Comandante tendrá un laberinto o una cantidad inimaginable de estantes que un abundante personal se encarga de clasificar. Vea usted, pues. Si entrega una casa a una familia, la madre le entrega un papelito (Solidaridad popular) para que ayude a la comadre, al hijo que está en la zona del hierro sin trabajo o al vecino que necesita una silla de rueda. Todos piden por que han sido tantos años de abandono y miseria, de pobreza que hay que aprovechar su presencia. Lo veo en “Aló, Presidente” y lo veo actuar -- Y el muchacho que es llorón, y la madre que lo pellizca. ¡Ay mi madre!, abuelita que no le han dado una pensión, fulanito anota ahí y mañana mismo me le das una pensión a la abuelita, y ¿tiene casa? No; démele una casita a la abuela pa`que viva con sus nietos -- Así que tomé una hoja de papel y me dispuse yo también a pedir. A Ver ¿Qué necesito? Tengo MERCAL cerca, un Centro de Diagnostico Integral (CDI) a pocos metros. Mi hija estudia en un liceo Bolivariano. Mi hijo más pequeño está en un Simoncito. El Mayor estudia Comunicación en La Misión Sucre (Universidad Bolivariana).También llegó PDVAL. Mi compañera de vida está estudiando y tiene beca; y yo soy productor independiente y me va mejor que nunca. Lo juro, vivo al lado de la misión Barrio Adentro y tengo medicinas gratis para toda la familia. El estadio Metropolitano de Lara casi bordea mi hogar y yo para completar me puse después de viejo a estudiar. Tengo mi propia casa y pretendo cotidianamente vivir bien y todo eso existe gracias al comandante. Me quedé mirando fijamente el papel en blanco y me dije para mis adentros: Hay que hacerle un regalo al Comandante. Le voy a obsequiarle más lealtad, más solidaridad, más conciencia revolucionaria, mucho más desprendimiento, más justicia y equidad y mi voto para siempre. Hacer un mayor esfuerzo por esta Patria hermosa y luchar por y para la revolución y el socialismo. En fin voy a regalarle al comandante todos los valores que estamos recuperando y que la IV República nos quitó, para que vaya por el mundo regalándoselos a nuestros hermanos de esta América Unida. Espere un momentico; si tengo algo que pedirle comandante ¿Será posible que usted pida por nuestra comunidad y le pida a su compadre Reyes Reyes que nos termine el Centro de Participación Comunitaria que tiene tres años paralizado? Todo no es perfecto mi comandante. Por cierto comandante amigo, no le trabajo a su gobierno, ni tengo cargo alguno que defender. Más que amor, frenesí por la revolución bolivariana y socialista. Gracias por darnos SIDOR y por esa revolución desde la base del PSUV.

Antojofel@hotmail.com


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Antonio Fernández Lunardi


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