Carta Abierta a Monseñor André Dupuy Nuncio Apostólico

¡ No se meta !

Carta Abierta a Monseñor André Dupuy
Nuncio Apostólico del Papa Juan Pablo II
en la República Bolivariana de Venezuela


Santiago Arconada Rodríguez


Respetado Monseñor Dupuy:


Su intervención en el diario “El Nacional” de fecha domingo 19 de octubre de 2003, es una abierta agresión a mis derechos como ciudadano venezolano y como miembro de la Iglesia Cristiana Católica Apostólica y Romana a la que pertenecemos tras recibir el sacramento del Bautismo.

Como ciudadano venezolano no estoy dispuesto a aceptar pasivamente que usted, en su carácter de representante diplomático del Estado del Vaticano, pisotee la soberanía nacional venezolana utilizando para ello el falaz recurso de su investidura eclesiástica.

Usted, como embajador del Estado del Vaticano, se permite una descarada intromisión en los asuntos internos de los venezolanos haciendo aparecer al sentimiento cristiano católico nacional del lado de la oposición al gobierno del Presidente Chávez , lo cual es falso, tendencioso y propiciador de violencia, como a continuación pienso argumentar.

Antes es conveniente aclarar que en el supuesto negado de que todos los católicos y católicas venezolanos fueran antichavistas, usted seguiría siendo el representante diplomático de un Estado extranjero, y las conductas políticas de los venezolanos, católicos o no, no serían de su incumbencia. Por eso, su actitud como diplomático revela el carácter internacional de la conjura para continuar las acciones de desestabilización contra el gobierno constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, victorioso en cinco consultas electorales consecutivas y dos Golpes de Estado a lo largo de sus primeros cuatro años de gobierno. Legítimo y legal como muy pocos en este planeta.

Usted, para realizar su maniobra política, miente. No es que desconozca la situación, es que la deforma a conciencia. Pinta la historia haciendo ver que los problemas a los que alude tratándolos de “tragedia humana” hubiesen aparecido en el gobierno del Presidente Chávez y no fueran más bien la herencia que recibió de los que depredaron al país a lo largo de medio milenio, lapso que se inició con la invasión imperial ibérica, el genocidio de la población, el arrasamiento de vidas, bienes, culturas y lenguas. Continuó con el apuntalamiento durante tres siglos del ominoso sistema colonial. Y ahora en los años llamados democráticos además de continuar e intensificarse la expoliación de los recursos naturales, ocurrieron cosas como las siguientes: Ojalá que la Nunciatura hubiese hablado cuando masacraron a los campesinos de El Amparo, en el Edo. Apure, bajo el gobierno de Jaime Lusinchi (AD). Ojalá que la Nunciatura hubiese denunciado la masacre de Cantaura, cuando bajo el gobierno de Luis Herrera Campins (COPEI) bombardearon y ametrallaron a un puñado de muchachos y muchachas en el Edo. Anzoátegui. Ojalá que la Nunciatura hubiese manifestado su preocupación por las condiciones de vida de la población y el clima de libertades democráticas cuando bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez (AD) se asesinó en torturas la luminosa existencia de Jorge Rodríguez, por presentarle tan sólo un ramillete de ejemplos tomados al azar de entre otros muchos y tan graves como los que le he expuesto

Como cristiano católico es cuando siento su mentira más ofensiva, cuando se refiere a la Iglesia Católica Venezolana como un cuerpo monolítico y exento de contradicciones, como un todo borreguno y sometido a la coyuntural correlación de fuerzas existente al interior de la Conferencia Episcopal. Es esa mentira la que me propongo evidenciar haciendo uso de información disponible en la red, no hay que hacer infidencia alguna. Es tan simple como hacer la lectura de las que son posiciones públicas de diferentes representantes y miembros de la Iglesia al interior del debate político nacional.

En un artículo difundido por la Agencia Noticiosa ALAI-AMLATINA, y titulado “El camino no es el Referendo” el P. Arturo Sosa s.j., Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela, da sus opiniones sobre la coyuntura política nacional y, pensando como un politólogo de la oposición, opina que para los objetivos que ésta persigue el Referendo es inconveniente.

La sistemática denuncia que el P. Miguel Matos s.j. Maestro de Novicios de la Compañía de Jesús en Venezuela ha hecho tanto en el ámbito nacional como el internacional, del modo tendencioso en el que la jerarquía episcopal venezolana ha pretendido difundir al exterior la realidad del país, ha hecho de él un referente muy significativo de las voluntades católicas y no católicas que apoyan al proceso bolivariano.

El P. Míkel de Viana s.j , profesor en la UCAB es un reconocido vocero de la oposición al gobierno del Presidente Chávez.

El P. Acacio Belandria s.j. párroco en la región de El Nula (frontera de los estados Apure y Táchira) es colaborador del presidente de la Junta Parroquial, quien es militante del MVR, en las iniciativas comunitarias que se han realizado.

Podría seguir, pero no tendría mucho sentido. Estos cuatro jesuitas venezolanos lo desmienten demasiado rotundamente y expresan una interesante faceta de la Fe Cristiana que pareciera haber superado el fundamentalismo, esto es que nadie pueda utilizar a la Fe con fines políticos; que se puede ser cristiano, católico, apostólico y romano, y encima jesuita, y junto a todo eso ser afecto al gobierno del Presidente Chávez, o partícipe de la oposición a éste, sin que nadie pueda invocar a la Fe Cristiana para inducir a nadie a una u otra conducta,

Ese paso de avance de la Iglesia Católica Venezolana, que ha vivido durante las últimas cuatro décadas la vivificante presencia de la Teología de la Liberación, que se ha alimentado de la palabra profética de Dom Helder Cámara, de Mons. Leonidas Proaño, de Mons Pedro Casaldáliga, de Mons. Samuel Ruiz, que se siente iluminada por el martirio de Mons. Oscar Arnulfo Romero y los jesuitas de El Salvador, ha sido desconocida en forma ominosa por usted en su declaración. Usted pareciera hacer creer que en Venezuela todos, toditos los católicos le rezan a Mons. Escrivá de Balaguer. Usted miente.

A mí no me importaría que usted fuese otro cura de derechas más, que en lo referente a la situación venezolana asumiera la responsabilidad política personal de alinearse con las fuerzas de la oposición al gobierno del Presidente Chávez. Lo que me parece una verdadera barbaridad es que pretenda hacerlo representando a “la” Iglesia Católica o “al” sentimiento católico, y además, representando a la embajada de un Estado extranjero. Para decirlo coloquialmente Monseñor, por un foul así, en un partido de fútbol le habrían sacado la tarjeta roja.

Del mismo modo que el Papa Juan Pablo II tuvo la asertividad necesaria para resumir la actitud oficial de la Iglesia Católica, con ocasión de los quinientos años de la llegada de Cristóbal Colón a estas tierras, en la palabra “Perdón”; tenga la asertividad necesaria para lavarle la cara a la jerarquía de la Iglesia Católica venezolana , que la tiene manchada de Golpe de Estado.
Debo terminar expresándole una vez más mi repudio a la intervención del Vaticano en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela, y la manipulación del sentimiento y la Fe católica venezolana para beneficio de los intereses políticos de los sectores que se agrupan en la oposición al Presidente Chávez , entre los que no por casualidad se cuenta la minúscula élite acaudalada de la sociedad venezolana.



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Santiago Arconada


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