Nuestra victoria será … la de todas las masas revolucionarias, oprimidas
y explotadas del mundo quienes están retando la estructura reaccionaria y contrarrevolucionaria del poder capitalista, imperialista y neocolonial.
Kwame Nkrumah (1909-1972)
En El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Carlos Marx escribe: “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se le olvidó agregar: una vez como tragedia, y la otra como farsa” (http://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/brumaire/brum1.htm). Sin embargo, cuando se refiere a dos personajes extraordinarios de la historia del ‘Sur universal’ o Tercer Mundo como lo son el ex-presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, uno de los principales fundadores del Panafricanismo y del Socialismo Africano, y el presidente actual de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, promotor original del Socialismo Bolivariano, tendríamos que modificar la observación de Marx y decir: una vez como libertador, y la otra como emancipador.
Kwame Nkrumah fue al lado de Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Samora Machel, Jomo Kenyatta, Julius Nyerere, Kenneth Kaunda, Robert Mugabe, Agostinho Neto y muchos otros, uno de los más destacados líderes y revolucionarios africanos de la época de la descolonización. Nació el 21 de Septiembre de 1909 en el pueblo de Nkroful en el sudoeste de la colonia británica Costa de Oro, posteriormente llamado Ghana a partir de su independencia en 1957. Nkrumah provino de una modesta familia tradicional y fue educado en una escuela de misionarios católicos. En 1935 con la ayuda económica de un familiar se fue a EE.UU. y estudió en la Lincoln University, la universidad más antigua para personas de color en EE.UU., donde se graduó en economía y teología. Posteriormente obtuvo su magister en pedagogía y filosofía. Después de la Segunda Guerra Mundial se mudó a Londres donde estudió por dos años en la London School of Economics and Political Science.
En 1945 participó bajo la dirección de W.E.B. Du Bois en la organización del Quinto Congreso Pan-Africano en Manchester. En 1947 regresó a Costa de Oro y en 1949 fundó la Convención Partido del Pueblo (CPP). En 1950, en el marco de las protestas sociales y políticas que sacudieron el país y en las que estuvo involucrado, Nkrumah fue llevado preso. Las elecciones de 1951 las ganó su partido político, el CPP y Nkrumah fue liberado para formar parte del gobierno, que posteriormente llevó a Costa de Oro a la independencia en 1957 con el nuevo nombre de Ghana. Igual que Hugo Chávez, Nkrumah fue encarcelado por defender la causa de los oprimidos que en aquella época era la de las masas coloniales subyugadas y empobrecidas, y luego fue llevado al poder como resultado de un proceso electoral democrático.
Por su oposición contundente al colonialismo, neocolonialismo e imperialismo y por sus convicciones socialistas el gobierno de Nkrumah, durante un viaje de este a China en 1966, sufrió un golpe de Estado organizado por el servicio secreto británico y apoyado por sus sanguinarios aliados globales. Nkrumah ya había experimentado las mismas campañas de difamación odiosas que en estos últimos años hemos visto en contra del gobierno y de la persona del presidente Hugo Chávez en Venezuela. A Nkrumah se le imputó haber arruinado la economía del país, haberse erigido como ‘dictador socialista’ y haberse enriquecido con los fondos del estado, acusaciones refutadas posteriormente por el en su escrito The Big Lie (La gran mentira) del año 1969. Nkrumah pasó el resto de su vida en el exilio en Guinea albergado por su amigo político, el presidente Sekou Touré, y continuó escribiendo sus libros en la capital, Conakry. El 27 de abril de 1972 durante un tratamiento médico contra el cáncer, murió en Bucarest, Rumania. Sin embargo, hasta el día de hoy su sueño diurno revolucionario de unos “Estados Unidos de África” liberados y socialistas sigue vivo.
En su lucha por la independencia de Ghana, por consolidar el poder político y por sembrar los fundamentos de una Ghana socialista, sin perder jamás la perspectiva panafricanista, Nkrumah dejó por escrito sus pensamientos claves, producto de sus experiencias, en numerosas obras como: Towards Colonial Freedom (Hacia la Libertad Colonial, 1945); African Socialism Revisited (Socialismo Africano revisado, 1957); I speak of Freedom (Hablo de Libertad, 1958), Africa Must Unite (África tiene que unirse, 1963); Consciencism: Philosophy of the African Revolution (El Consciencismo: Filosofía de la Revolución Africana, 1964); Neo-Colonialism, the Last Stage of Imperialism (El Neocolonialismo, Última Fase del Imperialismo, 1965); Handbook for Revolutionary Warfare (Manual para la Guerra Revolucionaria, 1968); Class Struggle in Africa (Lucha de Clases en África, 1970); Revolutionary Path (Sendero Revolucionario, 1973).
Hay cuatro aspectos claves de la teoría revolucionaria científica de Nkrumah que son de sumo interés para nuestra propia experiencia en el marco de la Revolución Bolivariana y de la construcción del socialismo del siglo XXI. Estos son: 1. La identificación de la esencia del neocolonialismo e imperialismo, 2. la consolidación del poder popular, 3. la reconstrucción económica rumbo a una economía socialista y 4. la determinación de la esencia y del funcionamiento del partido revolucionario.
En cuanto a la dimensión internacionalista hay que destacar que en sus esfuerzos por romper las cadenas del neocolonialismo e imperialismo, Nkrumah siempre mantuvo una perspectiva panafricanista. De una manera comparable, en su lucha contra el neoliberalismo e imperialismo de nuestros tiempos, el presidente Chávez siempre ha mantenido un enfoque de unión e integración latinoamericana. Forzado sin embargo por las circunstancias de la realidad colonial africana, Nkrumah tuvo que empezar su lucha a escala limitada a ‘un sólo país’, para posteriormente enfocar la lucha que abarcaría a África toda. De igual forma y obligado por la realidad neoliberal latinoamericana, Chávez tuvo que primero restringir su proyecto de transformación social al marco venezolano antes de poder empezar a construir alianzas con otros países latinoamericanos y caribeños.
En lo concerniente a la identificación de la esencia del neocolonialismo e imperialismo, Nkrumah observa:
La esencia del neocolonialismo es que el estado al que subyuga, es, en teoría, independiente y tiene todos los adornos de una aparente soberanía internacional. En realidad su sistema económico y por ende sus políticas son dirigidas desde afuera. […] El neocolonialismo es, al mismo tiempo, la forma más aguda del imperialismo. Para aquellos que lo practican, significa poder sin responsabilidad alguna y para aquellos que lo sufren, significa explotación sin misericordia (Nkrumah, 1974: ix-xi, nt-nuestra traducción).
Salta a la vista, que esta esencia sigue vigente en las estructuras de poder y coerción hoy reinante en los niveles económico, financiero, político y militar del capitalismo globalizado. El gobierno del presidente Chávez ha librado una batalla sin precedentes por salir de las garras del neoliberalismo e imperialismo y construir al mismo tiempo una auténtica Alternativa Bolivariana para América Latina para terminar con la explotación sin misericordia de los pueblos latinoamericanos.
En su libro Towards Colonial Freedom (Hacia la libertad colonial) Nkrumah trata el tema de la organización de las masas coloniales, condición sine qua non para que tenga vida y éxito la lucha por la liberación nacional. Tiene que ser una organización con raíces en el movimiento de los trabajadores, los campesinos y la juventud. Para tal fin según Nkrumah, hay que combatir el analfabetismo político mediante la educación política o conscientización de las masas. Los objetivos del movimiento de liberación nacional son liberarse del régimen colonial, instaurar el poder político del pueblo y construir el socialismo. Las tres etapas entrelazadas para alcanzar estos objetivos son: La conquista del poder político, la transferencia del poder político al pueblo y la reconstrucción total de la sociedad mediante la eliminación de la opresión y explotación, lo que quiere decir la abolición del capitalismo mismo. Conste en este contexto que de una manera similar durante los años pasados la Revolución Bolivariana ha llevado a cabo pasos firmes para recuperar su plena soberanía nacional, instaurar una democracia participativa y encaminarse hacia un nuevo socialismo del siglo XXI.
En cuanto a la consolidación del poder popular, en su libro Africa must Unite (África tiene que unirse), Nkrumah advierte que
En la medida en que la lucha nacional se intensifica en los territorios coloniales y la independencia aparece en el horizonte, los poderes imperialistas, pescando en las aguas revueltas del comunalismo, tribalismo e intereses sectarios, se empeñan en crear fisiones en el frente nacional, con fines de alcanzar su fragmentación. (Spark, 1970: 33 nt)
Nkrumah observa que las fuerzas imperialistas siempre buscan aliarse con el ala más moderado dentro del movimiento de liberación para mantener a raya al ala extremo, dividir el movimiento y asegurar así la continuidad neocolonial. Y es por eso, que según Nkrumah la estructura, la composición, el liderazgo, las fuerzas motrices y el contenido ideológico del movimiento de liberación son decisivos si se quiere evitar la infiltración de las fuerzas contrarias. En todo esto, no se cansa en reiterar la importancia de la participación activa de las masas en cada instante del proceso y del apoyo del pueblo en cada nuevo paso. El poder popular sólo se consolida orientándose en los objetivos siguientes: La supremacía del pueblo, la unidad y estabilidad nacional, la transformación de las instituciones tradicionales del estado para servir a los intereses verdaderamente nacionales y con ello al pueblo. A tal efecto, Nkrumah sugiere una nueva constitución del pueblo que tiene que ser aprobado por todo el pueblo mediante referéndum nacional. Aquí y en lo concerniente a la importancia del pueblo como protagonista de los procesos revolucionarios saltan a la vista las múltiples coincidencias con el proceso venezolano.
En cuanto a la reconstrucción económica rumbo a una economía socialista, Nkrumah sostiene que no basta con adquirir la independencia política, sino que hay que alcanzar la reorganización radical de la economía nacional encaminándola hacia el socialismo. Señala que el socialismo es la única alternativa viable ya que seguir el camino del desarrollo capitalista es dejar el control de la economía nacional en manos del capital privado foráneo. Según Nkrumah, un proceso de recuperación económica sólo se puede iniciar mediante la mejora sustancial de la educación y de la salud del pueblo, que es el pilar central del crecimiento económico. El estado tiene que jugar el papel primordial en la economía para estimularla y mantenerla en marcha. Igualmente importante son una planificación económica que incluya a toda la geografía nacional, la instauración de una economía mixta, una revolución agraria, un estándar mínimo de vida digna para todos, la participación activa del pueblo bajo formas de organización propias en el proceso de planificación económica, el pleno control del estado sobre las inversiones extranjeras, el cambio de viejas actitudes contrarias a los principios socialistas, la rotación constante de los funcionarios dentro de la administración para evitar la corrupción y el clientelismo, y la prevención del auge de una nueva clase privilegiada. Aquí también son evidentes las coincidencias con la Revolución Bolivariana, con sus fortalezas y debilidades.
Finalmente y en cuanto a la naturaleza y el funcionamiento del partido revolucionario, Nkrumah destaca que la esencia del partido consiste en ser expresión o forma organizacional de la iniciativa revolucionaria de las masas. El eje central del partido según Nkrumah es el hombre común y corriente. El partido revolucionario convive precisamente con el hombre común, conoce y discute sus problemas, comparte sus aspiraciones y lo ayuda a organizarse para luchar por su propia liberación. Según este concepto de partido, la membresía tiene que ser abierta a todo el pueblo. Además, el partido tiene que tener un programa claro y una ideología bien definida para evitar que gire en torno a una persona y crea un culto a la personalidad. El objetivo principal del programa de partido tiene que ser el autogobierno del pueblo despejando así el camino hacia la plena independencia y la sociedad socialista. En este punto del partido revolucionario podemos y debemos todavía aprender mucho del concepto de Nkrumah y deberíamos debatirlo en el marco de la conformación del Partido Socialista Unido de Venezuela.
La independencia real, el socialismo soñado por Kwame Nkrumah - el Chávez negro de África - y muchos de sus compañeros de lucha en todo el continente africano como también en América Latina y en Asia, no se ha podido materializar por ahora. ¡Volvemos a la carga pues, con las experiencias del pasado y la creatividad del futuro que reside en los pueblos del mundo!
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Bibliografía
Kwame Nkrumah, Neo-Colonialism, The Last Stage of Imperialism, Panaf, London 1974.
The Editors of The Spark (Accra), Some Essential Features of Nkrumaism, Panaf, London 1970.
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*Artículo publicado en la revista Política Exterior y Soberanía, Publicación trimestral del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual, Año 2 No. 4: “África y Venezuela. Juntas en Solidaridad”, Octubre – Diciembre 2007, Caracas-Venezuela, págs. 81-84.
Próximamente descarcable en:
http://institutopedrogual.edu.ve/index.php?option=com_content&task=view&id=159&Itemid=138