Episodio Vergonzoso


Un episodio vergonzoso, sin duda, ha sido la muerte del niño Deivis Campos.

Por un lado, el afán de la oposición golpista en desacreditar el novel proyecto de justicia social denominado Barrio Adentro, que intenta, entre otras cosas, convertirse en una suerte de ensayo de plan piloto de medicina primaria, puesto en marcha por el gobierno nacional y por el otro, la dramática situación de desabastecimiento de insumos médicos quirúrgicos de los hospitales de la República.

El enfoque que se le pudiera dar desde el punto de vista legal de negligencia en el cual podrían haber incurrido colegas capitalinos al no atender pronta y diligentemente al paciente, refiriéndolo y contrarefiriéndolo, término conocido como peloteo, bajo el argumento de la carencia de insumos y de disponibilidad del recurso cama, es delicado y se debió manejar con mucho tacto por parte de mis colegas capitalinos.

Hemos sustentado la tesis, que de abnegados médicos se puede pasar a la condición de imputado en un tribunal. Esto lo afirmamos sobre la base ética de no ejecutar un acto médico que suponga la inseguridad del binomio médico – paciente.

El médico venezolano está en el centro de un peligroso sándwich atrapado entre el deber de prestar el servicio y no poder hacerlo, simplemente, por carecer del recurso insumo.

En este orden de ideas la negligencia médica se pudiera interpretar desde dos puntos de vista:

1. El referir un paciente a otro centro hospitalario en iguales condiciones o peores que el de origen, bajo el argumento de la carencia del recurso insumo, sin garantizar un adecuado traslado que suponga la preservación de la vida en el trayecto, como fue este caso y sin tener la seguridad que va a ser atendido, pronta y debidamente en el centro hospitalario en donde se recibe el paciente, es negligente

2. Atenderlo haciendo caso omiso, el médico, de la carencia del insumo, lo que no garantizaría un adecuado acto médico, es imprudente e igualmente negligente.

Entonces, la muerte de este pequeño compatriota desnuda tres hechos:

1. La insensibilidad con la que muchos médicos prestan sus servicios profesionales olvidando que la razón que mueve el acto médico es desinteresado y abnegado; principio, etimológico y filosófico de la medicina

2. El desconocimiento que en materia de derecho médico penal tiene el médico venezolano que lo lleva, a través de sus actos, a incurrir en delito, la mayoría de las veces, sin conocimiento de causa pero, que no lo exonera de una querella tribunalicia, y

3. El terrible desabastecimiento de material médico quirúrgico en los hospitales, responsabilidad directa del Estado Venezolano, como bien lo enfatizó el Presidente de la Republica en su programa Aló Presidente del día domingo 3 de Agosto de 2003, consagrado en el artículo 85 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual ni él, ni su equipo de salud pueden convertir en letra muerta sino cumplirla y hacerla cumplir.

(*)Médico



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Eliécer Alvarado(*)

Médico y revolucionario.

 elieceralvarado@hotmail.com

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