Después no digan

Me molesta muchísimo el hecho de que, frente a cada derrota que Chávez le propina a la oposición, lo único que estos atinan a decir es que los robaron, que les hicieron fraude, que el Presidente tiene controlado el CNE, y toda una serie de excusas más que se resumen en la pretensión de hacer creer que todo el mundo tiene la culpa de su debacle, menos ellos.

Sin embargo, la realidad es completamente distinta a lo que ellos hacen ver. Veamos, por ejemplo, lo que está sucediendo en este momento. Mientras que los opositores están de vacaciones en Miami, en Aruba, en Grecia o en cualquier otro destino distinto a su propio país, los revolucionarios están construyendo el partido más grande y más interesante que se haya constituido en toda la historia de la América Latina.

Yo sé que, como siempre, los oposicionistas van a decir que eso es mentira. Que lo máximo que puede estar pasando es que algunos asalariados del gobierno están asistiendo obligados y sin ganas a unas reuniones, porque si no asisten los botan del trabajo. Pero debo decir, nuevamente, que la realidad es muy distinta.

CONFIESO QUE DUDÉ

Debo confesar que cuando la Comisión Nacional Promotora del Partido Socialista Unido de Venezuela anunció al país que se habían inscrito como aspirantes a militantes la cantidad de 5 millones 600 mil personas, me pareció exagerado. La meta eran 4 millones, y ciertamente, de por sí, ya era una aspiración larga. Pero mi duda se desvaneció por completo cuando, en mi condición de Propulsora del PSUV, me tocó ser la facilitadota de un Batallón Socialista. A mi zona le correspondió constituir un batallón que estaba conformado por 391 personas. Dudé, porque nunca me imaginé que en cinco cuadras, en una zona de clase media, pudiera haber cuatro centenas de personas que, no sólo eran afectas al proceso revolucionario, sino que además habían manifestado su voluntad de formar parte del Partido Socialista. Es decir, de identificarse públicamente con una posición política.

Para comprobarlo y con motivo de que había que convocar a todos los aspirantes para que participaran en la primera asamblea del Batallón Socialista, me tomé la molestia de llamar por teléfono a cada uno. Y existían. Se contentaban cuando recibían la llamada, expresaban su interés por conocer de qué trataba la actividad para la cual se le estaba invitando. En fin, sí se habían inscrito como aspirantes y además sus direcciones y teléfonos estaban correctas, lo cual demuestra un nivel de organización verdaderamente importante.

Por si todo esto fuera poco, ya van tres asambleas de batallones (en el Municipio Libertador), y cada una es más interesante que la anterior, porque cada una de las personas que nos hemos inscrito como aspirantes a militantes del PSUV nos estamos sintiendo parte de algo mucho más grande. Son más de 20 mil los batallones que deben constituirse a nivel nacional. Tuve la oportunidad de ayudar en sitios tan alejados como Apure o Amazonas, y allí, parece mentira, es donde la gente está más motivada.

Por esta razón, y volviendo a mi planteamiento inicial: ¿Cuándo venga el próximo proceso electoral en Venezuela, quién cree Usted que salga victorioso, los que están en Miami, o los que todos los fines de semana se están reuniendo aquí en Venezuela, organizándose como partido, escribiendo los estatutos de una organización novedosa y adaptada a los criterios de una democracia del siglo XXI?

Creo que la respuesta es obvia. Después no digan que no se los dije.

mphelnacional@yahoo.com


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Mary Pili Hernández

Ex-ministra de la Juventud, ex-viceministra de Relaciones Exteriores para América del Norte, y ex-concejal por el Municipio Libertador. Cristiana, Periodista, Socialista, Bolivariana, Antiimperialista y Chavista.

 mphopinion@yahoo.com      @marypilih

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