Los Influencers una actividad sin Ley ni Control

  • La corrupción mina a esta actividad, donde sus actores se prestan a patrocinar actividades ilegales a través de empresas camufladas, estilos de vida que se mantienen con dinero de origen desconocido; desinformar con fines políticos, inflar liderazgos políticos mediocres, y promocionar eventos de todo tipo donde puede haber negocio de drogas, entre bastidores.

Bajo el amparo del mundo digital, de la generalización en el uso de las redes sociales, se ha venido conformando una actividad que carece de todo control y es asumida por cualquier aventurero sin profesión que se hace llamar influencer y la desarrolla sin que haya normas específicas que la determinen y orienten.

Al margen de todo control y normas deontológicas desarrollan actividades que tradicionalmente los periodistas, publicistas y relacionistas, pero con la diferencia que los comunicadores egresados de las diferentes universidades, si tienen una Ley que los rige y un Código de Ética Profesional, con principios que deben cumplir en sus funciones en el marco de las sociedades donde se desarrollan.

Esta actividad a la cual las Escuelas de Periodismo o Comunicación Social, no le han prestado atención, por que parecen instituciones que se desprenden de sus egresados y al parecer poco les importa que los profesionales que forma tenga un protección especial y su ejercicio sea de alguna manera velado por el Estado, ha cobrado mucha fuerza y coloca a los profesionales del periodismo en sus diferentes especialidades en una gran desventaja profesional.

Tampoco los Colegios Profesionales de Periodistas, otrora de gran influencia y preocupados por el bienestar de sus agremiados, se ocupa hoy de esa situación que afecta a todos los periodistas, no solo en Venezuela, sino, en toda la región. Vemos como estos organismos gremiales a nivel de cada país donde existen e incluso la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), están ausentes de estos asuntos que tocan sensiblemente a la profesión.

En las Redes Sociales los llamados influencers actúan a sus anchas, creando contenido, generados poster, creando publicidad, con imágenes, audios, textos que son enviados y luego compartidos y replicados, sin que esos contenidos sean de alguna manera supervisados en su calidad, veracidad, uso del lenguaje y menos orientados por normas deontológicas.

Todo allí gira en el mundo de la casualidad, de la dispersión, en un mundo con luna dinámica, donde el receptor, poco le importa la profundidad, la verdad de los acontecimientos, por la misma dinámica de la vida moderna y ese es el terreno propicio para que los influencers actúen, al margen de toda responsabilidad.

Por esas razón, Ud. puede ver que cada vez en frecuente observar, ciudadanos e instituciones tanto públicas como privadas que son afectadas por esos contenidos y las investigaciones o aplicación de la ley si se han cometidos delitos prácticamente queda en desuso.

En teoría cualquier persona que trabaje con contenidos que sean enviados por la Redes, debe ser responsable por el impacto de ese mensaje. Pero ya sabemos que las normativa al respecto o no existen o caducan rápidamente por el avance arrollador de las tecnología comunicaciones, a las cuales no nos da tiempo de adaptarnos, sino, que nos arrastran.

La legalidad de los contenidos manejados por los influencers en el mundo digital está muy alejada de la veracidad, de la autenticidad de los textos, del respecto por los derecho de terceras personas, de la obligación que deberían tener para que el receptor distinga la publicidad de la información, el respeto por la propiedad intelectual; del apego a determinados principios de la comunicación que tratan de ponderar el impacto social que los mensajes y la información en general, genera en nuestras sociedades.

El Engaño parece ser la norma en el mundo digital y esto lo puede apreciar cualquiera que la use cotidianamente, cuando se publicitan hechos, situaciones supuestos accidentes y catástrofes, muerte de ciudadanos etc. etc. que a los pocos días Ud. se da cuenta que lo han timado, pero ya efecto se ha producido al Ud. haber recibido el impacto de la información falsa.

Sirvan estas reflexiones para alertar a los gremios, organismos competentes, sobre actividades que tienen gran influencia hoy en nuestras sociedades, pero que al mismo tiempo son tratadas con ligereza y ejercidas con poca responsabilidad a pesar del gran impacto social que producen.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1908 veces.



Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

Visite el perfil de Jesús Sotillo Bolívar para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Jesús Sotillo Bolívar

Jesús Sotillo Bolívar

Más artículos de este autor