El arsenal más destructivo conocido en este tiempo, abre una herida grande al crecimiento de la humanidad y está hoy aquí reconocido, disfrazado de transporte emergente y ningún organismo se atreve a pedir solvencia, sabiendo que está siendo usado para matar y siguen produciendo bajas; tantas como en cualquier guerra de esas con que el imperio ataca silencioso con las mas modernas conocidas.
Esas armas letales, actúan como si estuvieran coordinadas por el mismísimo demonio; se distribuyen en los lugares más recónditos de la patria y en todos los pueblos tienen hospitales saturados de lesionados grave o mutilados de por vida y en el ambiente de guerra son conocidos como daños colaterales.
Lo peor de estás bajás, es que en su mayoría son jóvenes entre 15 y 30 años; que usan su rebeldía para mostrarse en campos improvisados de batalla con caballos que hacen piruetas y sin pistas, usan cómo escudo de defensa su propia vida, solo porque el traficante de armas decidió utilizar su poder bélico en la necesidad y emergencia que tienen en algunos casos y con ellos engorda su capital sin importar lo que está causando en baja.
Esas armas en otros países tienen normas para su uso y con el control evitan que los daños sean tanto, aquí las estadísticas muestran cifras alarmantes.y al parecer no hay ningún plan para detener el holocausto, combinadas con las cifra que proporciona la delincuencia (aunque están un poco controladas) hacen un parte de guerra superior a cualquier pueblo bombardeado.
La comercialización ha llegado a extremos donde no importa la vida con tal de comercializar la sofisticada arma, camuflada para acabar con la especie. Parece un plan acordado con los dueños del imperio para reducir la población mundial con el plan disimulado del exterminio.
Alguien tiene que aportar una propuesta para evitar que las armas sigan causando tanto estragos, evitar que se venda el arma, sin una formación mínima para transitar en medio de un campo de batalla donde lo único seguro si no hay conciencia es la muerte.
Es necesario encontrar una forma de evitar la venta sin previo comprobante de domicilio para que no sea un auto suicidio, pagarle al capital para que acabe con familias enteras aprovechando la necesidad, porque esa juventud es la que necesita la patria para que mañana podamos decir.
SIN PATRIA NO QUIERO VIDA.
HAZTE CONCIENCIA
Antonio Machuca
