Hay quienes ni siquiera saben que son dueños de sí mismo, sencillamente porque están alienados; hay otros que fungen de socialistas pero tampoco saben que no lo son; asimismo encontramos personas que profesan religiones de la boca hacia afuera y en la práctica desdicen de sus creencias, porque tampoco saben que no son creyentes.
En realidad lo que más abunda es el fanatismo, el disociado sicótico atrapado por el poder mediático y el lumpen que funge de derecha y le hace el juego a los oligarcas y para colmo ven como sus enemigos a los amigos del pueblo. Este andamiaje debemos desmontarlo, toda vez que el hombre nuevo, la mujer nueva, debe competir muy duramente con el pasado.
"La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantes escuela", precisó Ernesto "Che" Guevara.
Debemos entender que en la creación de una sociedad nueva, una de las últimas ambiciones, es ver a un hombre y a una mujer liberado de su enajenación.
La tarea consiste en impedir que las nuevas generaciones atrapadas por el senil capitalismo salvaje con sus armas ideológicas se corrompan y dañen a las otras.
"La arcilla fundamental de nuestra obra es la juventud, en ella depositamos nuestra esperanza y la preparamos para tomar de nuestras manos la bandera", nos recuerda el Che.
Un revolucionario no sólo es un combatiente, también es un sembrador de conciencia. Hay que enseñar que nuestros hermanos los trabajadores y las trabajadoras, entiendan que el origen de nuestros males es causado por el capitalismo salvaje y sus sucedáneos, que es un régimen depredador, viejo, cruel, acabado y atrapado en sus contradicciones, un asesino que pario la propia historia pero que ahora la propia historia va por él: el sustentable sistema socialista.
El capitalismo salvaje después de cinco siglos infatigable en su criminal faena, en la que antes de terminar su agonía y morir, pretende arrastrar a su tumba a toda la humanidad, pues va contra toda forma de vida en nuestra Madre Tierra. Es el principal causante del calentamiento global.
Que entienda que por su criminal causa, la injusticia en el barrio, en cada esquina, en el campo, en la ciudad, será superada por su contrario: el sustentable sistema socialista, que marcha de manera incontenible.