Apuntes sobre una revolución mojigata - El debate sobre el aborto

Pena ajena, Mary Pili

Al hablar de Revolución nos imaginamos un conjunto de procesos que conllevan a una nueva visión del mundo. Cuando se plantea un cambio de orden social se espera el cuestionamiento de aspectos conservadores, la cotidianidad y de la legislación en un país, pues se supone el distanciamiento de posturas moralistas y la práctica de una mayor representación de voluntades colectivas, en concordancia con las necesidades manifiestas en la sociedad.

Actualmente, en términos de legislación, hacer mención al aborto en Venezuela no puede ser hablando de “…un bebecito latiendo adentro”, tal y como lo hiciera Maripili Hernández en el programa matutino de VTV EN CONFIANZA la semana pasada, partiendo por supuesto de su particular visión católica y animando además a sus “camaradas” a cuestionar el proyecto de ley que sobre el tema se discute actualmente en la Asamblea Nacional. Más allá de ello y fuera de escaramuzas mojigatas que pueden envolver una opinión de ese tipo en una portavoz del gobierno, se trata de un contexto nacional en el que niñas y adolescentes carecen de prevención y educación sexual temprana, mujeres que mueren por falta de atención médica, mujeres violadas, malformaciones; y más aún, mujeres que tienen el derecho a escoger entre si hacerse o no un aborto y en las mejores condiciones posibles sin que su vida corra peligro.

Sin embargo estas líneas no pretenden generar un cuestionamiento a favor o en contra del aborto, sino un llamado de atención al modo en que se genera una matriz de opinión por parte de actores gubernamentales de este nuestro gobierno revolucionario. Vemos con sorpresa y en ocasiones con pena ajena, como nuestros representantes asumen posturas muy personales frente a los que siempre se han considerado temas tabú, como lo son: el aborto, las drogas, la religión, la homosexualidad, etc., olvidando que son portavoces del gobierno de un país donde se supone sucede un cambio liderizado por un gobierno “progresista”.

Por ejemplo, hacerse valer un alcalde, o un representante de la asamblea, de la supuesta homosexualidad de un tercero para descalificarlo; no enfrentar con voluntad política el tema del consumo de drogas blandas en nuestro país; declarar vacaciones colectivas por la Semana Santa católica a las instituciones públicas en un declarado gobierno laico; o querer resolver con ligereza y mojigatería el tema del aborto en Venezuela, son conductas que mucho se distancian del proceder de un verdadero movimiento de cambios.

Chávez al hacer mención a estos tema presenta su particular visión al respecto, sin embargo ha dejado muy claro que son temas en discusión que deben ser evaluados tomando en cuenta a la colectividad…tomen nota. Y es que no se trata señores representantes de los poderes públicos de ser revolucionarios simplemente para exigir reivindicaciones institucionales sino también para cuestionar aspectos y transformar ideas al dar cabida a las nuevas necesidades de una realidad cambiante.


Ma. Teresa Guanique es Socióloga
José Carlos Gómez es Productor Audiovisual. Su email es jcagomez@yahoo.com



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