El mundo está enfermo terminal de capitalismo. Y lo más terrible es que este régimen no muere solo, más bien, en la medida en que agoniza también arrastra consigo la vida de millones de personas, suprime la vida de la especie humana. En la actualidad se puede ver como millones de seres humanos huyen de sus patrias para buscar en otras lo que el capitalismo le prohibe consiguir en las propias, una mejor vida. Y Venezuela fue contagiada otra vez con ese virus mortal desde el momento en que el madurismo traicionó a Chávez, al chavismo y al pueblo venezolano. Miles y miles de jóvenes han destruido su futuro o han muerto escapando del capitalismo madurista que es igual al " capitalismo salvaje y destartalado de chancleta a fondo" que proponen los maricorinos ,o, el mismo al que están afiliados los demás partiditos de maletín siempre dispuestos a venderse por "unas monedas" para que se le haga la trampa al pueblo venezolano.
Venezuela descansa sobre dos valores incalculables. Uno, alojado en las entrañas de su suelo patrio, el petróleo, líquido que hasta el día de hoy sigue moviendo la infraestructura industrial mundial. El otro, un pueblo noble, trabajador e inteligente, abierto a la universalidad de todas las culturas, que se avecina en paz con cualquier extranjero, que no sufre de chovinismos burgueses, y que cuando se decide a luchar por la vida, no hay frontera que se lo impida.
Fue con base en estas dos premisas que Chávez empezaba a sacar al pueblo venezolano del empobrecimiento estructural en que lo había hundido el capitalismo de la IV república cuando lo mataron. Y, hoy, con los mismos presupuestos, el chavismo auténtico se apresta para convocar nuevamente al pueblo venezolano a la construcción de una patria de grandezas. A Chávez la inmensa mayoría del pueblo lo siguió porque Chávez los convocó a lo grande, a construir una vida distinta y mejor como nunca antes la habían tenido ni disfrutado. Solamente aquella persona estupidizada por el individualismo, el egoismo e integrada a las lógicas del sistema del capital no pueden entenderlo.
Sin lugar a dudas, estas dos invalorables riquezas son las palancas para impulsar el desarrollo y el bienestar del pueblo venezolano. Destinadas a desarrollar y modernizar el aparato productivo, para dirigir el desarrollo e industrialización el sistema nacional agropecuario, dedicadas a la modernización del sistema público de educación y el sistema público de salud, desplegar la investigacion científica y el desarrollo de las artes.
Pero, para lograr lo anterior, el chavismo auténtico debe conjuntarse con las organizaciones populares revolucionarias para forjar una poderosa fuerza política dentro de la Junta Patriótica de Salvación, para poder tener la capacidad despojar por un lado, del poder al madurismo corrupto y mafioso, y por otro lado, impedir que sus compinches en la defensa del capitalismo, los maricorinos y demás partiditos de maletín usurpen el poder que le pertenece al pueblo venezolano. Todos esos bichos juntos han destruido a la nación y se han enriquecido con los bienes publicos.
Se acabó el tiempo de espera. No existe ninguna razón que justifique seguir retrasando la aparición en el escenario politico del chavismo auténtico como la primera fuerza política nacional. Cualquier obstáculo, diferencia o discrepancia que se anteponga o se esgrima para impedir la reorganización del chavismo auténtico debe ignorarse, omitirse porque eso, en un momento de tanta desgracias para el pueblo venezolano, significa complicidad con los enemigos del pueblo. Los intereses particulares no pueden privar sobre los intereses colectivos nacionales. Con ese espíritu de unidad y grandeza, es que se han comenzado a mover todas las redes de los colectivos chavistas a nivel nacional. El momento es ahora, no hay excusa para no hacerlo. El 13A es el día del resurgimiento.
