Venezuela es un "Socio fiable"
Vladimir Putin
De extrema y vital importancia ha sido el memorándum de entendimiento, firmado el 7 del pasado mes de noviembre del año en curso, entre la empresa rusa Kamaz y la venezolana JC Internacional 2004; este tiene como objetivo principal, el establecimiento en suelo venezolano, de una planta de ensamblaje de camiones y autobuses de transporte público de pasajeros.
El acuerdo de intención trasciende más allá de los límites comerciales, propios de este tipo de negocios, se trata en este caso de dos países que han sido sometidos a una gran cantidad de sanciones económicas, a La Federación de Rusia se le han impuesto más de 30.000 y unas 947 en el caso de La República Bolivariana de Venezuela.
Sabemos que Rusia posee inmensos recursos naturales y ha impuesto su método de lucha contra estas injustas medidas tomadas por occidente, tanto así que, la economía rusa en vez de decaer se ha fortalecido, algo no esperado por las águilas del norte; sin embargo, lo mismo no ha sucedido con Venezuela, quien ha tenido que luchar y resistir los duros golpes, que han dejado las sanciones en todas las aristas de la economía, una de ellas es el transporte público, sector que se ha venido deteriorando.
Según el portal El Diario, el 80% de la flota automotriz que realiza esta actividad en Venezuela, no se renueva desde los años 70 y 80 del siglo pasado, la falta de divisas ha dispuesto la imposibilidad de importar repuestos necesarios para el buen funcionamiento vehicular, además la población soporta las colas, la pérdida de tiempo, y el mal estado de las unidades.
El transporte en Venezuela tiene una historia muy larga, comenzando por el desarrollo atrasado de los ferrocarriles. Por décadas, el transporte ha estado en las manos privadas de empresarios, estos solo han sido burgueses del ramo, nunca desarrollaron una verdadera industria automotriz, con el tiempo las grandes empresas, se fueron dedicando a asegurar el transporte de mercancías de importación y exportación.
El transporte público se quedó rezagado, se fragmentó, y la división hizo que el transporte quedara en manos de pequeños empresarios, muchos de estos hombres sufren las consecuencias de las oscilaciones económicas; en consecuencia, las unidades de transporte se deterioran y sus dueños, en vez de dedicarse a conformar políticas adecuadas de transporte , en la mayoría de los casos, solo exigen el alza de las tarifas, que una vez concedidas, al poco tiempo la inflación las desplaza y nuevamente comienza el ciclo en búsqueda de tarifas más altas.
Son muchas las cosas que debemos tratar en el área de transporte, establecimientos de rutas, tarifas, abastecimiento de gasolina o Diesel, venta de repuestos, y algunas otras más, pero el gobierno nacional está atento a todos estos detalles y ejecuta políticas de Estado, en la dirección de solventar todas estas consecuencias, que en su mayoría son producto de las sanciones económicas impuestas al país.
Lo cierto del caso es que hoy día, la flota autobusera tiene una obsolescencia técnica que no le permite continuar operativo cien por ciento, en este sentido la planta de ensamblaje propuesta por Rusia y Venezuela trae una esperanza que todo venezolano debe apoyar, la producción de autobuses nuevos traerá un especial alivio a nuestro pueblo.
El fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre Rusia y Venezuela, a través de este futuro convenio, de abastecimiento del mercado de vehículos de pasajeros y carga, no solo impulsa el sector automotriz en Venezuela, sino que también abre las puertas, a otros países de la región para seguir el ejemplo, nuestro país se convierte en una vitrina de negocios para el Caribe y países suramericanos.
En sus relaciones bilaterales, los dos países están comprometidos en construir nuevos lazos económicos, comerciales y financieros, en áreas de desarrollo tecnológico, industria, transporte, turismo y militar.
La planta de ensamblaje llega en un momento en que Venezuela, debido a una decisión no afortunada por parte de Brasil, no entró por ahora, en el grupo de los BRICS, así que la planta de ensamblaje también trae consigo dos símbolos de gran valor, el primero es la alta inversión que hace Kamaz, lo que se traduce en la confianza de Rusia sobre Venezuela, y el segundo, es una muestra sólida de que Venezuela tiene mucho que aportar a todo el grupo BRICS.
Les toca a las partes involucradas llevar a cabo la instalación de la planta y ponerla en marcha con los estándares de funcionamiento y seguridad adecuados según lo indique el proyecto de ingeniería, para lo cual se debe contar, no solo con excelentes profesionales, sino también, con que éstos tengan un elevado compromiso con el proyecto.