Quiasmo río efesoíta. El quiasmo río efesoíta del filósofo de Éfeso. Y, de Éfeso, era el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo. Heráclito, el padre abanderado de la dialéctica de Occidente, junto con su contemporáneo, Buda, el padre abanderado de la dialéctica de Oriente. Buda, decía, que vivimos en un mundo plagado de contradicciones grises caliginosas borrosas. Heráclito, decía, vivimos en un mundo cargado de tensivas armonías articuladas simultáneas concomitantes concordadas contradictorias grises caliginosas borrosas del somos y no somos. Agora ahora hogaño, los pensadores y las pensadoras, antes de Cristo, estaban dados y dadas, solo y sólo y nada más, que a pensar. A pensar y a sentir. Y, quizás y sin quizás, pensadores y pensadoras, muy por encima de los pensadores y las pensadoras, del hoy que es siempre todavía y el doctor Einstein no lo sabía. Eso que llaman coeficiente intelectual, agora ahora hogaño inteligencia artificial, que no es inteligencia artificial, puesto que una máquina artificiosa industrial, no ha de superar jamás de los jamases, a la inteligencia natural del ser humano. Pues los griegos y las griegas, de la antigua Grecia, aceptemos, 700 años antes de Cristo, pudiérase pasar a creer que fueron, mas pensadores y más pensadoras, pero y empero, que los pensadores y las pensadoras de hoy en día. Y, que no en vano surgiera la expresión: El ocio creativo. Ocio creativo, que deviene de allá, de las catacumbas de la modernidad ilustrada originaria greca einsteiniana de Albert Einstein. Pudiérase pasar a creer y a pensar, lo del ocio creativo, que eso se ha perdido. Pudiérase pasar a creer y a sentir, que eso, del ocio creativo, se ha perdido. Y, a buen seguro que los poetas de Homero hasta Platón, no eran tan monótonos y mono tonos, como los de hoy. Es tan soporífero oír, al poderoso aedo latino ladino en el habla a Pablo Neruda, recitar sus poemas, es una carretilla, asín ansí así, una carretilla monótona, como las ruedas y eje de una carreta. Y, esto, me ha motivado a eliminar muchas de las veces a las comas a los puntos y comas, y, sustituir esos signos ortográficos, por ya preposiciones, ya por adverbios y ya por conjunciones. Asina asín así, por la conjunción copulativa inclusiva "Y". Y, eliminados aquellos signos ortográficos. Y, luego, en concomitancia, enfatizar como cuando bajar la voz en las preposiciones, en los adverbios y en las conjunciones. Y, asina, en sube y baja párvulo infantil, ha de hacerse y ha de hacer la lectura de los poemas de los poetas contemporáneos mas y más encantadores estéticos sensibles. Y, a mas y a más, se estaría cumpliendo con lo Heber Marcuse, que es la sensibilidad, la condición en el hombre y en la mujer la que hase cambiar y la que hase de desarrollar. Y, desarrollar la inteligencia, eso ha sido de Luis Alberto Machado. Y, lo del desarrollo de la voluntad, eso ha sido de Friedrich Nietzsche. Y, lo del desarrollo de la responsabilidad, eso ha sido y ha de ser en los políticos como la del doctor Caldera y como la del comandante Chávez. Agora ahora hogaño, como hemos tenido por dicho y como hemos detentado por mentado, que fuera en el filósofo de Éfeso, el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo, el padre abanderado de la dialéctica de Occidente, que existiera lo del quiasmo río efesoíta.
Con digresión y sin digresión, el quiasmo río efesoíta del filósofo de Éfeso, el filósofo pensador griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo. Y, lo del quiasmo río efesoíta, en Heráclito, que intentaba traducir su filosofía, su imagen, en forma significativa conmovedora sensorial, o sea y es decir, decir sus pensamientos y sus sentimientos, al través del natural fluir de un río. Todo fluye natural como fluye un río. Y, lo que fluye natural, no permanece siendo igual a sí mismo. Y, todo lo que fluye naturales es siempre nuevo. O sea y es decir, decir descendemos y no descendemos. O sea y es decir, decir somos y no somos. Del descendemos y el no descendemos, del somos y el no somos, de esto dicho, por Heráclito, de él, surge el cleuasmo oxímoron quiasmo río efesoíta heraclitoiano de Heráclito, o sea y es decir, decir: Un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. O sea y es decir, decir el quiasmo río efesoíta del filósofo de Éfeso, el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo. Agora ahora hogaño, los pensadores y las pensadoras, que vivieran antes de Cristo, estaban dados y dadas a pensar. Y, a pensar y a sentir. Y, quizás y sin quizás, pensadores y pensadoras, muy por encima de los pensadores y las pensadoras, del hoy que es siempre todavía y el doctor Einstein no lo sabía. Con franqueza y sin franqueza, fuera Heráclito, que viera y viviera tanto como sintiera, en carne propia sudorosa viva, el díptico del Libertador Simón Bolívar, natura y persona. De natura, saliera el quiasmo río efesoíta y de la persona sudorosa viva, saliera el quiasmo río efesoíta. De la persona sudorosa viva, de Heráclito, surgiera de sus fluviales copiosas incontrolables sudoraciones, a lo que hoy, a esa enfermedad, de copiosa sudoración, que padecía Heráclito, se le llama en la medicina moderna ilustrada, hiperhidrosis. La hiperhidrosis, que aquejaba al genio filósofo efesoíta, se la controlaban con laxa mierda humana, mas y más que estítica como laxa mierda tanto como las de Sancho Panza, que soltara sobre el palo de encina convertido simultáneamente en palo gallinero, en que se subiera el escudero cagado, al ver a Don Quijote enfrentar el poderoso león enjaulado, que Don Quijote pidió que lo liberaran, y la laxa mierda fluía como un río heraclitoiano por los calzones mamelucos bombachones de Sancho Panza sobre la encina. Agora ahora hogaño, a Heráclito, lo metían en un tambor la mitad lleno de mierda y la mitad vacío. Hasta cierto tiempo, y, hacía flexiones hasta que la mierda le llegaba al cuello. Y, entorno y alrededor del esclarecido contradictorio filósofo caliginoso borroso, las familiares moscas vulgares. Y, alguien de la comunidad comunal que aportaba la solidaria mierda curativa bendita, con un gigantesco abanico blanquinegro borroso, espantaba a las inevitables golosas moscas del zumbido preciado musical a ritmo de rockreggaeska y aquel foxtrox musical de las violeras y la canción ¡La mierda humana es divina! Y, aquel rockreggaeska, de las inevitables golosas moscas vulgares, que evocaran en la persona del filósofo, a las leyes de la dialéctica. Lo que indica que las leyes de la dialéctica nacieran de un tambor de mierda humana y con el zumbido de las moscas violeras vulgares, de un tambor de mierda humana, la mitad llena de caca y la mitad vacía, en grandes flexiones y reflexiones de Heráclito. Y, que con la ayuda de la mierda, Heráclito trascendiera a la historia, lo que no ha de avergonzar al materialismo histórico no histérico flemático capaz, que no le ha sabido sacar sacando la punta puta a Heráclito. Y, no fuera con mierda de cerdo cochino marrano negro, que Heráclito tendiera y trascendiera a la historia. Y, fuera el fenomenal cochino negro, que perseguía diligente a Hermito Escalona, mi vecinal de Aporrea. Y, que Hermito, soltara su mierda en agachado monte de los matorrales y de los marranos cimarrones. Y, que Hermito, cuídárase sus nalgas y cuadrárase su ojo culantro quevedoiano ante enormes informes animales realengo sedientos hambrientos, que sabían lo de Hermito, y, salían tras de él, los cochinos de Calistra, la compañera don Graciano. Y, agachado Hermito, tocante barriga con rodilla, pujaba Hermito, que mi vecino de Aporrea, no sufriera de hemorroides, como se alborotaran las tripas y las almorranas, que en rebelión militar sintomática de los dolores de barriga, con la llegada de las pocetas, en que la gente ha de cagar sentada, y, adiós al choque de la barriga con las rodillas como las en cuclillas de las crestas del acontecer de montañas, de valles y de colinas. Y, esto es mas y más viejo que cagar agachao, terminara en remate final siempre Hermito Escalona, mi vecino de Aporrea, y, de la calle Alegría, con sus nalgas estropeadas como las de Don Francisco y su radiante ojo avizor culantro quevedoiano, como el de Antonio Herrera, Chiquito Obscuro de San Carlos de Cojedes, asina ansí, lo apodara Chupita Chapita a Antonio Herrera, cuando, Chupita Chapita, viérale desnudo a Tony, como le decía doña Pepita, la madrina de Hermito, en el canal de San Carlos a la altura de El Algarrobo, viérale, Chupita Chapita, el culo negro a Antonio, y, de ahí en lo adelante, quedárase bautizado, Antonio Herrera, como Chiquito Obscuro. Y, don Cele Ávila, el de los huevos fríos y el de los huevos duros, no decía Oscuro, sino ¡Ah, Vida!, con aquella voz simpática de sentida enamorada femenina. Enamorado, don Cele, ¡Ah, Vida!, de Antonio y de Hermito, mi vecino de la comuna de Aporrea y de la calle Alegría. Agora ahora hogaño, Don Francisco y su radiante ojo avizor culantro quevedoiano, reclamando en las mesas misas musas, paz en los infiernos de Palestina Ucrania Yemen Taiwán Siria y Guyana. Y, como hemos tenido por dicho y como hemos detentado por mentado, es en el filósofo de Éfeso, el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo, el padre abanderado de la dialéctica de Occidente, lo del fluir fluvial de las aguas de un río natural y lo del fluir fluvial del salubre sudor personal, natura y persona, asina ansí asín así, naciera lo del quiasmo río efesoíta.
Con divagancia y sin divagancia, el chiquito obscuro celedonioiano, ¡Ah, Vida!, quiasmo río efesoíta. Agora ahora hogaño, lo bueno de Don Quijote y su Ingenioso Hidalgo, son los encajes críticos sociales que han de tener vigencia a mas y a más allá del tiempo, y, es eso lo que le da el carácter de Obra Universal. Y, es inaceptable la poda y el macheteo a Don Quijote, como la vulgar poda que le hiciera el Premio Nobel de Literatura 1978, José Saramago, y, esa poda al Ingenioso Hidalgo, vendiérasela, José Saramago, al comandante presidente Chávez. Y, lo mas triste y más triste, que nadie en Venezuela, protestara la poda vendida al presidente por José Saramago. Y, asina asín ansí así, la poda que viene dándose con la Real Academia Española de la Lengua, (RAEL), que sin consulta universal secreta cósmica, recurre a la cómica machetera poda, y, nadie en el universo mundo literario, protesta, y, amén a la RAEL. Y, si no fuera por Don Quijote, jamás de los jamases, desviara la Cáscara Amarga de su titularidad, mas y más, pero y empero, el Ingenioso Hidalgo, me lo permite. Y, mas y más, Don Quijote, margullera en el quiasmo río efesoíta, cuando Don Quijote, dijera en el Ingenioso Hidalgo: Las cosas no siempre son lo parecen y las cosas no siempre son lo que son. Don Quijote estaba, hablando de la Leyes de la dialéctica, primero que Hegel y primero que Marx. Y, como hemos tenido por dicho y como hemos detentado por mentado, es en el filósofo de Éfeso, el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo, el padre abanderado de las leyes se dialéctica en Occidente, lo del fluir fluvial de las aguas de un río natural y lo del fluir fluvial del sudor personal, natura y persona, asina ansí asín así, naciera lo del quiasmo río efesoíta.
Con petición de principio y sin petición de principio, el quiasmo río efesoíta. El quiasmo río efesoíta, ha de tener como grata gratificante grafía, a mas y a más del yin y el yang de Laozi y de Walt Whitman, ha de tener al cuadrángulo rectángulo de Pitágora. El quiasmo río efesoíta, ha de verse en la lemniscata de Bernoulli, en la paradójica parábola cúbica de Picasso, en la paradójica cúbica composición con hoja en el lienzo pictórico blanquinegro de Fernand Léger. El quiasmo río efesoíta, ha de haber nacido y verse fluir del tambor de mierda de Heráclito, la mitad lleno de mierda y la mitad vacío, ha de verse fluir en la bacinilla de Rosa María de la calle Alegría de San Carlos de Cojedes, la mitad llena de miao y la mitad vacía, ha de verse fluir en el cóncavo convexo concomitante contradictorio caliginoso concupiscente 69 cojedeño de Cojedes del asina coge y no dejes como si fuera como lo del memorioso Funes de Jorge Luis Borges, Hómero Ruiz, Royo X de San Carlos de Cojedes. El quiasmo río efesoíta, ha de verse fluir en el enunciado verdadero y en el enunciado falso de las caras del cartón cuadrángulo rectángulo pitagórico que guindara del techo del Botiquín de Miguelito en San Carlos de Cojedes. Y, como hemos tenido por dicho y como hemos detentado por mentado, es en el filósofo de Éfeso, el pensador filósofo griego Heráclito, 500 años antes de Jesucristo, el padre abanderado de las leyes se dialéctica en Occidente, lo del fluir fluvial de las aguas de un río natural y lo del fluir fluvial salubre del sudor personal, natura y persona, asina ansí asín así, naciera lo del quiasmo río efesoíta.
Si el quiasmo río efesoíta, surgiera del fluir de un río de natura. Entonces sea dicho que el quiasmo río efesoíta, surgiera del fluir de un río sudoroso salubre de persona. Ergo vergo sea dicho que del fluir natural de las aguas de un río. Que del fluir del sudor salubre del cuerpo de un filósofo. Que todo fluye como fluye un río de agua y de sudor. Y, lo que fluye, no permanece siendo igual a sí mismo. Que por el cuerpo del filósofo Heráclito corría copioso el sudor salubre. Que al cuerpo sudoroso copioso del filósofo era la enfermedad de la hiperhidrosis. Que la hiperhidrosis copiosa filosófica se aliviaba con tambores mierda. Que de la hiperhidrosis y de los tambores de mierda surgieran las leyes de la dialéctica. Que como hemos tenido por dicho y que como hemos detentado por mentado, que es en el filósofo de Éfeso, que es en el pensador filósofo griego Heráclito, que viviera 500 años antes de Jesucristo, que fuera el padre abanderado de las leyes se dialéctica en Occidente, que la dialéctica surgieran del fluir fluvial natural de las aguas de un río y del fluir fluvial sudor salubre personal, que naciera natura y persona, que asina ansí asín así, el díptico del Libertador Simón Bolívar, que el díptico del Libertador Simón Bolívar, derrumbara el hexámetro de Quintiliano. Que asina ansí asín así, naciera, natura y persona, del quiasmo río efesoíta. Que todo lo que fluye es siempre nuevo. Que asina lo del fluir fluvial de las aguas de un río natural y lo del fluir fluvial hiperhidrosis de un río salubre personal. Que natura y persona, asina ansí asín así, naciera del quiasmo río efesoíta.