Periodistas mercenarios

El rumor recorría desde los pasillos de la Escuela de Periodismo de la UCV, hacia todo el país. Había todavía incrédulos, pero la incognita se fue despejando y hoy la investigaciones demuestran lo que se rumoraba, hay periodistas, algunos egresados otros, piratas profesionales que han escogido el periodismo como fuente de ingreso, se prestan para ponerse al servicio de otras naciones en contra de su propio país.

Cuesta creerlo, pero la realidad es dura como el acero, personas que convivieron en la vida universitaria o que en algún momento de la vida coincidimos es aspectos profesionales y en el mismo azar de la cotidianidad, hoy, aparecen señalados, como servidores de otros intereses, contrarios a los de sus propias naciones, donde se les dio hasta educación gratuita.

Por supuesto que hablar de periodistas en general, es hablar de mucha gente, los que realmente son universitarios, los que se consagraron en la profesión en base a la experiencia si haberla estudiado y son buenos en el ejercicio y los que han asaltado la profesión, sólo con el propósito de hacer negocios, rebuscarse y comercializarla aprovechando el prestigio de esta noble disciplina.

La voz y la pluma de acuerdo a la tradición profesional y sus nobles propósitos deben estar al servicio de pueblo, que es el recipiendario de nuestro trabajo a través de las diferentes del modalidades de ejercicio, por ello las leyes que nos norman y los códigos de ética que establecen deberes de comportamiento han establecido como norte de nuestra actividad la búsqueda de la verdad y su difusión.

Pero poner la voz y la pluma al servicio de otros países en contra de los intereses de nuestra propia nacionalidad y gentilicio, desdice de los nobles fines del periodismo en cualquier latitud.

Hoy vemos de acuerdo a las informaciones que salen a la luz pública, como grandes poderes imperiales, haciendo uso del poder del dinero, logran enrolar para sus filas a decenas de periodistas en todo el mundo y en particular en Venezuela, que echan por la borda todo interés nacional, toda defensa de su propio terruño, para por unos cuantos dólares, servir a los intereses de estas poderosas naciones que buscan subyugarnos y colocar nuestros gobiernos a su servicio.

Los que asumen esa postura hacen un grave daño a la profesión del periodista, al público, al pueblo que es en definitiva quien espera la información, la noticia, el análisis o la interpretación, de la manera más equilibrada posible. El pueblo nos observa como profesionales imparciales, equilibrados, no parcializados por dinero, al servicio de una ideología, menos al servicio de poderes transnacionales que lo que buscan es la dominación de los pueblos para exprimirlos y extraerles sus riquezas, para beneficios de sus élites, porque en realidad también sus sectores populares reciben las migajas de esos robos imperiales.

En el caso específico de nuestro país, los periodistas deben regirse por la Ley de Ejercicio del Periodismo y el Código de Ética del Periodista venezolano, y este último contempla una serie de artículos que contradicen de una manera explícita la conducta mercenaria adoptada por algunos de sus miembros.

Por ejemplo, el Código de Ética, de los periodistas venezolanos, que es de obligatorio cumplimiento de acuerdo al artículo número uno de la Ley de Ejercicio Profesional, establece el deber de todo periodista venezolano a defender la nacionalidad, al mismo tiempo que deber ser instrumento para el desarrollo independiente del país, la ciencia, la cultura y la comunicación.

Así mismo, establece el deber de estar al servicio de la liberación de los pueblos y del hombre.

Una conducta mercenaria, que se presta, por unos cuantos dólares a ponerse al servicio de potencias extranjeras, perjudicando a su propio país y defraudando a sus propios seguidores, contradice videntemente estos principios y coloca al periodista que acepta a esta práctica, al margen de la ley, de su Código de Ética Profesional y de espaldas al interés nacional.

Por eso he planteado en algunas reflexiones que la Ética, no se compra en botica, que no basta memorizar un Código de Ética, para actuar honestamente, sino que esto debe ser una práctica consciente, reflexiva apegada a un ejercicio responsable, a un sentir nacional, estrechamente vinculada al servicio de la patria que te ha visto nacer y te ha dado educación para ser un servidor público.

Es lamentable que los periodistas mercenarios, le den la espalda a su país, porque desdicen no sólo del sentido de la actividad profesional del periodismo, sino, por que colocan los intereses de potencias extranjeras por encima de los intereses de su propio nación, negándose a sí mismos y contribuyendo a que su propio territorio sea pasto de las ambiciones y saqueos de potencias extranjeras.

Con toda fuerza debemos hoy, elevar los principios éticos del periodismo y la comunicación frente al periodismo mercenario, contra el uso irresponsable de las Redes Sociales y frente a los tontos útiles que se prestan a enlodar sus nombres y los de su familia, poniendo en peligro su propio país. "La ética es una cuestión de principios, y estos no se dejan de lado, por unos cuantos dólares".



 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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