Piar y Bolívar: La verdad histórica de la Campaña de Guayana (10/10/1816 al 16/10/1817)

Con este título está circulando un libro en Ciudad Guayana, que viene aportar nuevos elementos de juicio de quienes han pretendido lanzarle sombras a ese controvertido y victorioso prócer de la gesta emancipadora, que con justicia lo reivindica y lo coloca en su justo lugar que la historia lo debe tener. Dentro de esta polémica uno de quienes han tenido su pluma y su intelecto en defensa del General en Jefe Manuel Carlos Piar ha sido el Ing. Ovidio Figueroa y no de ahora, sino de décadas atrás; es quien escribe el prólogo del Libro. Los autores son el historiador, cronista de Ciudad Guayana y Teniente Coronel Antonio Valdez Mederico y Alonso Valdez Mederico, lamentablemente fallecido recientemente; a quien acompañé en numerosas oportunidades en el Grupo Tomasote en sus correrías literarias y de denuncias; quien no desperdiciaba espacio para convertirse en un defensor a ultranza de este insigne militar.

A través de la historia siempre han existido intereses soterrados de pretender lanzarlo al basurero de la historia, impidiendo que sus restos simbólicos estén presentes entre los grandes en el Panteón Nacional. Es ahora que una fuerte corriente de opinión ha permitido su ingreso. El mismo Ing. Ovidio Figueroa en el prólogo del libro lo hace saber al sostener "que con el contenido de este libro, cambien de opinión que sobre él tienen y le de paso a la justicia sobre la esencia del hombre, del ciudadano, del militar, que llego a ser el primer General en Jefe del ejército patriota".

Como todos sabemos y para abreviar el dia 29/09/1817 fue hecho prisionero en Aragua de Barcelona por su amigo el General Manuel Cedeño bajo engaño, mediante promesas que nunca cumplió; luego trasladado a Angostura (hoy Ciudad Bolívar). El 02/10/1817, el Jefe Supremo Libertador Simón Bolívar ordena al General Carlos Soublette, Fiscal de la Causa, abrirle un juicio al detenido acusándolo de crímenes de insubordinación, de conspirador, de sedicioso, de desertor y le adjunta trece expedientes que le servirán de base para la instrucción del expediente. Cuando bien se sabe que el único delito, si es que se le puede acusar es el de insubordinación, que podía ser rebatible. Los demás cargos son puros inventos. Luego de los alegatos de parte y parte, con un defensor como el Capitán Fernando Galindes, que no era de su consideración y agrado; el 15/10 el Consejo de Guerra, se pronuncia por el fusilamiento, como pena capital; no obstante el General Soublette, quien vestía las charreteras de General por las vías del compadrazgo y la familiaridad, sin haber participado en ninguna batalla, siempre asomaba un achaque para no hacerlo; tuvo el estupor de pedir el ahorcamiento que para la época esa pena era catalogado como un deshonor para un militar.

Piar estuvo convencido hasta el último momento que no sería fusilado, no obstante hubo como una especie de razzia entre los asistentes para asumir tamaña determinación contra el militar más afortunado de la historia, genio e invencible entre los grandes. Sus triunfos están en consonancia con los que han librado grandes batallas en la historia. Lo que pasó después de este infausto acontecimiento. Muchos de los documentos donde el General Piar sale bien librado, fueron deliberadamente destruidos. Hubo un discreto silencio, al decir del historiador Asdrúbal González. El expediente del proceso que lo llevo al patíbulo estuvo desaparecido por setenta años.

Luis Roa

Luisroa519@gmail.com



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Luís Roa

Licenciado en Administración de Empresas (ULA). Luchador social. Jubilado de CVG Alcasa

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